miércoles, 16 de diciembre de 2020

 

En el ocaso de mi vida se cumple una ilusión

Es ésta:

Soy Sanluiseña, mi infancia y mi adolescencia transcurrieron entre las tranquilas calles puntanas y mis estudios en la Escuela Normal, donde me recibí de maestra y también allí me inicié en la docencia.

La vida me alejó de mi provincia y me radiqué hace ya muchos años en Mendoza -ambas bellas y acogedoras- aunque de distintas características; seguí en la docencia en Mendoza.

A veces me escapo de esa concentración y vuelco mis pobres habilidades en forma mezquina, colman mi entusiasmo y mi sensibilidad; quizás no gustará esto, posiblemente pasa la raya de lo actual, pero a mí me llena de benéfico consuelo, al expresar sentires míos; lamento no hacerlo mejor. Ojalá los que se tomen la molestia de leerlos lo comprendan.

Eduqué a mis tres hijos, Cristina, Alberto y Ricardo, pensando y deseando que fueran lo mejor, lo conseguí en la medida que son nobles, muy nobles, trabajadores, correctos.

Formaron sus hogares, me regalaron seis hermosos nietos; para ellos y sus familias dedico estas líneas, sé que no soy muy expresiva, la vida me hizo algo dura por fuera, pero tengo un inmenso y profundo amor, y aunque no tengo la capacidad de hacerles llegar mis sentimientos son así y allí están, por ellos y para ellos.

Gracias, muchas gracias.

Lidia Gastaldi

 

 

 

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