LA RISA EN MI
VIDA
“La risa, remedio infalible” se llamaba una sección de la
revista mundialmente conocida Selecciones del Reader’s Digest , soy una persona
de risa fácil, a veces voy por la calle y recuerdo alguna situación graciosa y
me pongo a reír, la gente a mi alrededor me mira sorprendida o con desdén, tal
vez pensarán que estoy loca y en realidad confieso que siempre estuve un poco desquiciada,
como para reírme sola en la vía pública o ir entonando alguna canción.
De mi madre heredé el placer de reír y cantar, ella lo hacía
siempre y no dependía de su estado de ánimo, era más bien algo natural en ella.
Jugando con mi mascota Cleussa me río mucho, también con mis
nietos cuando jugamos a las cartas y a los dados, a veces les hago trampa y me
delata la risa que no puedo contener.
Con Jerónimo es con quien más me río, a veces cuando estamos
por comer nos tentamos y no podemos parar.
En realidad hay muchas situaciones que me causan risa, como
ir al baño muy apurada y olvidarme levantar la tapa del inodoro, ¡oh que
situación! Lo que nunca me ha causado risa es la burla hacia las personas,
sobre todo los mal llamados “chistes” acerca de las discapacidades.
Cuando me junto con mis amigas a tomar el té, que
generalmente termina siendo cerveza, nos reímos a carcajadas
recordando alguna anécdota, o de cualquier cosa, y pasamos momentos muy alegres,
es como una terapia.
Creo que la risa nos ayuda a llevar los problemas de forma
mas aliviada, lo cual no quiere decir que nos riamos de las adversidades, pero
el trago amargo puede endulzarse con un poco de buen humor.
Ana María Muñoz
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