Descripción
Una frutilla
En la frutera que tengo sobre la mesa de la cocina, se
destaca un puñado de frutillas, en especial una de ellas, por su aspecto y
tamaño.
Es de un intenso color rojo brillante, que resalta aún más
por las hojitas verdes que la coronan, como si la naturaleza hubiese querido
realzar su belleza.
Tiene una forma perfecta, casi, como un corazón, que no late
pero que vibra, ansioso, esperando ese momento de entrega, cuando un humano
hinque el diente en un impaciente mordisco.
Al tacto, su superficie es fresca, suave, y al mismo tiempo
algo rugosa, por los hendiduras donde anidan las pequeñas semillas, que algún
día se volverán en nuevas frutillas.
Un suave e inconfundible aroma se desprende impregnando la
cocina. Y mientras la sostengo entre mis dedos, disfrutándola con todos mis
sentidos, menos el gusto por ahora, escucho su mensaje.
Me dice que la observe detenidamente y sea consciente que es
una obra maravillosa de la naturaleza. Y que es la más seductora de las frutas.
Infaltables en las más grandes fiestas e importantes festejos.
Poesía
Deleite
¡Oh bello y apetitoso fruto
que traes todo el placer
que los dioses y los reyes
supieron saborear
en todos los tiempos!
Yo me siento afortunada
de tenerte en mi mano
y deleitarme con tu aroma,
mientras imagino la dulzura,
que me vas a regalar,
después de
estremecerme
con la acidez del primer bocado.
seducida por tu rojo encanto,
¡Oh, corazoncito vegetal!
que entregas sin mezquindad,
este éxito dela madre tierra.
Nela Bodoc
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