lunes, 13 de septiembre de 2021

 

Descripción

Una frutilla

 

En la frutera que tengo sobre la mesa de la cocina, se destaca un puñado de frutillas, en especial una de ellas, por su aspecto y tamaño.

Es de un intenso color rojo brillante, que resalta aún más por las hojitas verdes que la coronan, como si la naturaleza hubiese querido realzar su belleza.

Tiene una forma perfecta, casi, como un corazón, que no late pero que vibra, ansioso, esperando ese momento de entrega, cuando un humano hinque el diente en un impaciente mordisco.

Al tacto, su superficie es fresca, suave, y al mismo tiempo algo rugosa, por los hendiduras donde anidan las pequeñas semillas, que algún día se volverán en nuevas frutillas.

Un suave e inconfundible aroma se desprende impregnando la cocina. Y mientras la sostengo entre mis dedos, disfrutándola con todos mis sentidos, menos el gusto por ahora, escucho su mensaje.

Me dice que la observe detenidamente y sea consciente que es una obra maravillosa de la naturaleza. Y que es la más seductora de las frutas. Infaltables en las más grandes fiestas e importantes festejos.

 

Poesía

Deleite

 

¡Oh bello y apetitoso fruto

que traes todo el placer

que los dioses y los reyes

supieron saborear

en todos los tiempos!

Yo me siento afortunada

de tenerte en mi mano

y deleitarme con tu aroma,

mientras imagino la dulzura,

que me vas a regalar,

después de estremecerme

con la acidez del primer bocado.

seducida por tu rojo encanto,

¡Oh, corazoncito vegetal!

que entregas sin mezquindad,

este éxito dela madre tierra.

 

Nela Bodoc

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