*El cuento viajero
El signo de Zukehys
Abrió la puerta, los
colores ya no eran los mismos.
En ese instante se
cruzaron sus miradas y una sonrisa cómplice se dibujó en sus rostros.
Los soles dorados, con
potente luz y cálido movimiento, dejaban su lugar a la noche fresca enmarcada
por dos lunas violeta azulado que lo cambiaban todo. Eran los únicos del
planeta Tierra en esta ciudad alejada de la galaxia.
¿Era real, o tan solo un sueño? -se preguntó ella ¡El
día anterior a la mañana todo era tan rutinario! Enfrascada como siempre en su
trabajo no se había percatado de que todo había cambiado. ¿Había
cambiado?
Miró a su alrededor y
efectivamente todo había cambiado. Estaban en esa ciudad que ella había soñado
tantas veces. Nunca imaginó estar viviendo esa realidad.
Una ciudad extraña en un
mundo casi desconocido, tan lejano que parecía imposible que se
hubiesen encontrado dos terrícolas y que simplemente con una mirada hubiesen
conectado sus almas, y un amor que parecía emerger desde la noche de los
tiempos los envolvía.
- Alina –se presentó ella con una sola palabra.
- Jerzo –contestó él, y agregó -¿Qué te trae por aquí?- ambos estallaron en ruidosas carcajadas
que les hicieron sentirse estrechamente unidos.
Alina vestía un traje
que cubría todo su cuerpo, similar al que usan los astronautas, Jerzo quiso
saludarla con un apretón de manos, lo cual ella rechazó de forma
tajante. -Ya no acostumbramos esas
prácticas- dijo con indiferencia y frialdad.
Quedó un tanto confundido
con su actitud. Se sentía tentado por conocer la causa del extraño e
inexplicable comportamiento. Se quedó en silencio, observándola detenidamente,
y se alejó sorprendido al ver sus ojos fijos en la nada y distantes de él, ya
no era la misma chica alegre y risueña que conoció en otro tiempo.
Ambos tenían en común la
vestimenta, un traje enterizo que los protegían de las inclemencias del
universo. También vivían en la luna de la Tierra, y aunque sus orígenes fueran
distintos, la pasión por el trabajo los conectaba como hermanos.
La suave brisa de las dos
lunas jugó con el cabello de Alina, dejando al descubierto un pequeño tatuaje
en el cuello, cerca de la oreja.
El joven lo reconoció inmediatamente.
Era el símbolo de Zukehys. ¿Qué tenía que
ver, ella con eso? -Se preguntó angustiado -¿Será un símbolo del grupo de sacerdotisas, que deben mantener cierta
castidad, lejos de cualquier contacto físico? Pero estamos en el año 2050, no
en el pasado con prejuicios, sermones y normas. La felicidad de reencontrarnos
dos terrícolas en esta ciudad de la galaxia. Pero no debo deprimirme y
exagerar, hace mucho que no voy a reuniones y las normas y
costumbres han cambiado ¿Será para evitar cualquier contagio? -Recuerdo las historias contadas por mis
abuelos sobre la pandemia de los años 2020 a 2022, tantos muertos por contagios
por no respetar los protocolos.
La felicidad del
viaje, ver la belleza de esa ciudad de la galaxia, con sus soles dorados, que
dejaban su lugar a las dos lunas violetas y la presencia de Alina han
desequilibrado su aparente estabilidad. -Ella seguro me explicará más tarde sobre los tatuajes y su
significado. Trataré de controlar mí inseguridad y ansiedad- se dijo
para tranquilizarse.
Entraron juntos al globo,
una especie de burbuja trasparente donde se refugiaban durante las horas de
oscuridad. Él pensó restablecer la comunicación y se dio cuenta que no era el
momento, se fueron a descansar en un profundo silencio.
A mitad de la noche todo
se estremeció y una fuerte luz los cegó temporalmente; cuando Jerzo pudo ver
nuevamente, notó cómo el tatuaje de Alina brillaba, pero además cambiaba de
forma hasta llegar a ser un círculo con dos pequeñas lunas en su
interior.
Se acercó lentamente a
ella y cuando estaba a un metro, una fuerza invisible lo empujó hacia atrás, y
un grito angustiado salió de su garganta casi como un lamento – ¡Alina!
Ella ya no estaba
allí.
La noche reflejaba la
serenidad poblada de estrellas, imperturbable, y allí Jerzo, queriendo abarcar todo
el universo abrió su mente y su corazón en un profundo pedido. Esta sería una
prueba para él. Se preguntaba si aún tenía la conexión con los Guardianes de la
Luz, pues hacía unos años que no pertenecía al equipo de primera línea,
nadie respondió. Volvió a intentarlo con más fuerza y concentración, ¿Dónde
está Alina, la persona con la que compartió momentos, experiencias y un amor
que no termina?
Poco tiempo después una
pequeña nave se estacionó cerca de las colinas, dos seres radiantes de juventud
y belleza bajaron de ella y se dirigieron hacia la burbuja.
Jerzo, con una mezcla de
alivio y alegría al ver a los Guardianes de la Luz, sus entrañables amigos,
explicó nerviosamente el breve encuentro con su amada Alina y su desaparición ¿Se
la habría llevado el Amo de las Tinieblas? ¿Estaría ya bajo su influjo? ¿Representaría
ese extraño tatuaje una forma de rastrearla? Esa frialdad… ¿Sería parte de una
dominación sutil de esa oscura entidad?
Los Guardianes de la Luz
lo envolvieron en un cálido abrazo de luces increíbles. “No temas” -le transmitieron telepáticamente, que era como ellos lo
hacían. “Alina está bien, haciendo un
viaje interestelar”
¿Adónde? ¿Por qué? -gritó Jerzo, olvidando
donde estaba.
-Es su misión. Hay lunas que se abren, soles que se pierden, estrellas
tristes que dejan de brillar. Ella los pone en orden.
¿Cuándo volverá? -preguntó Jerzo
desalentado, mirando el horizonte tornasolado. Los Guardianes sonrieron,
extendieron sus manos brillantes como para acariciarlo. -Alina está feliz. ¿Te imaginas su vuelo?
Trabajo
colectivo. Taller Lápiz Creativo - 2021
Participaron:
Mirta Fernández - Gaby
Medawar - Marta Ibáñez - Clara Molina - Estela
Puebla
Any Muñoz -
María
Eugenia Bazzalo -
Nela Bodoc - Mary Farías
- Stella Maris Olivera
*El cuento
viajero: llamado así porque es creación de todas y cada una. Utilizamos para
eso el correo electrónico, una participante escribió el primer párrafo echando
a rodar la historia y se lo envió a la persona elegida para administrar el
ejercicio, que se encargaba de enviarlo a otra, y así sucesivamente. Quien lo
recibía le agregaba un párrafo continuando la idea, imaginando con creatividad
la secuencia de la historia. Lo devolvía, y se repetía el ejercicio con otra
participante.
Corregido y
elegido el título entre todas en plenaria.
...
Me fascino, no queriaque terminara, gracias. Muy bello. Felicitaciones
ResponderEliminarHermoso trabajo en equipo. La vida es mas linda compartiendo.
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