jueves, 28 de octubre de 2021

 


Arturo y Manuel


Arturo era un hombre tranquilo, le gustaba caminar por el vecindario y desde que falleció su esposa lo hacía en solitario, ahora se había ido de viaje al norte del país a visitar a su hermana, y Manolito, su nieto, que era un niño muy cariñoso, lo extrañaba y cada día le preguntaba por teléfono cuándo regresaría.

-¡Dale abu! volvé pronto que te extraño- Por eso apenas regresó lo llamó para hacerle la invitación.

Arturo se sentía preocupado, porque desde que volvió de su viaje, su canario amarillo estaba muy desanimado, ya no cantaba alegre como solía hacerlo cada mañana: -¿Será que echa en falta a la patrona? Tal vez le pasa como a mí-  pensó.

A la hora convenida salió de su casa, muy bien arreglado y con un regalo para Manuel; apenas se vieron, se abrazaron y se fueron caminando hacia el café Los Amigos, que estaba en el barrio. ¡Qué feliz estaban el niño y su abuelo!, entraron y se acomodaron en una mesa junto a una ventana.

-¡Quiero una chocolatada con medias lunas! -dijo el pequeño entusiasmado.

-Si mi niño, pida lo que quiera- De pronto Arturo se acordó del regalo y lo entregó a Manolito.

-Gracias abu, qué lindo, me encantan las travesuras de Mafalda.

Pasaron una hermosa mañana charlando y riendo, comentando cosas de viajes y escuela.

Había mucho para decir, había mucho amor entre ellos.


        Ana María Muñoz - 2020

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