Víctor, el duende
Acostumbro caminar cada día por el Parque Central de
Mendoza. Se acercaba la primavera y aumentaba la actividad, había más niños en
los juegos infantiles, grupos de gimnasia con sus profesores, adultos en las
instalaciones para ejercicios individuales, paseadores de perros y caminantes y
trotadores.
Hoy, 21 de Setiembre comienza la primavera, por eso salí muy
temprano, con los primeros rayos del sol,
para encontrar menos gente.
Troté un tramo acompañando mi paso con inspiraciones para
llenar mis pulmones del aire fresco. Me sentí algo agitada, hasta un poco
mareada, por eso me senté en un banco y traté de serenarme.
Hola –escuché de
pronto- ¿No te sientes bien?
Sorprendida miré a mi alrededor y no veía a nadie, y la misma vocesita se oyó
otra vez -¡Eh! ¡Estoy aquí, al lado del
banco, soy un gnomo, el espíritu de los picnics de primavera!
Parpadeé varias veces y logré verlo. Tendría unos veinte
centímetros de estatura, vestía un traje verde y un gorro puntiagudo del mismo
color.
Soy el que cuida de la
vida en este parque, por eso me preocupo si no te sientes bien –dijo.
¿Y cómo lo cuidas? –pregunté.
¡Con mucho esfuerzo! –farfulló-
desvío las pelotas para que no dañen las
flores o a los niños pequeñitos, apago las colillas de cigarrillos para que
nada ni nadie se queme, aviso sin que se den cuenta, a las madres cuando sus
niños se acercan al estanque, y cosas como esas.
¡Es un hermoso
trabajo! –acoté asombrada.
Sí, pero en el picnic
de primavera se junta tanta gente –dijo en tono de queja- que termino extenuado.
¿Cómo te llamás? -le
pregunté- ¿Nadie te ayuda?
Me llamo Víctor, soy
un duende, y me ayuda Lucesita, un hada y sus empleados, pero vos no podés
verlos –me aseguró.
¡Pero a vos te estoy
viendo! –dije algo alterada.
¡Claro! Me dejé ver
para que no te sintieras tan sola cuando no te sentías bien.
¡Ah! ¡Qué detalle!
¡Gracias! –dije.
¿Ya no tenés mareo? –preguntó
muy serio. Asentí con un gesto. Entonces
me voy, hoy será un día pesado de trabajo. Adiós, mañana te veo cuando pases trotando
–y desapareció de mi vista.
Ahora me pregunto: ¿Eso sucedió realmente o fue a causa del
mareo?
Asumi - 2021
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