miércoles, 15 de junio de 2022

 

Poesía.

 

Silencio

Pensativo, sentado a un lado de este enorme paredón

con sus viejas y gastadas hileras de ladrillos,

es tan alto que me deja sombrío,

aun cuando el sol con sus rayos dorados

penetra con tanta fuerza que me llega hasta los huesos sepultados.

 

El calor deja la ciudad en silencio

y el paso del tiempo se vuelve tardío,

cualquiera estaría arrobado por una pequeña brisa

aún si fuera efímera como el último abrazo de quien fue una vez amado.

Recibir el comunicado que tanto ansiaba me ha dejado extasiado.

Qué sed. Me arden los pies.

 

El horario estimativo de la noche parece nunca llegar,

el día sigue estructurado al silencio

y las plantas están secas como si en primavera no hubieran florecido.

Qué sed. Me arden los pies.

 

Marisel Gómez 20/10/2020

 

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