martes, 31 de enero de 2023

 

Una vez…

Hace muchos, muchos años, mi hija mayor, Elisa, era chiquita, muy distraída ella, muy distraída yo.

Se enganchaba con cualquier grupo de niños que estuviera jugando cerca y se quedaba allí como si ella también fuera parte del grupo.

Estábamos en el Mercado Central de Mendoza. Ese día lo recuerdo como un lugar inmenso. Así se me representa: inmenso y lleno de gente.

Yo estaba comprando algo, de pronto me acuerdo de mi hija y no estaba allí.

Empecé mentalmente a buscarla y recorrer el lugar con los ojos. No la veía. El pánico se iba apoderando de mí. El corazón galopaba en mi pecho como caballos salvajes. Empezaron a latir mis sienes. No hay terror más fuerte, ni miedo, ni pánico más horrendo que creer que perdiste a tu hija.

Con un esfuerzo tremendo empecé a caminar. Visualizo el lugar perfectamente, como si fuera hoy. El camino se me hizo tan largo que me faltaba el aire.

Ya lloraba, ya oraba, balbuceaba su nombre. Por un momento fue  como si la mente quedara inmóvil sobre un punto fijo, no razonaba, no pensaba; la tierra, el mundo se detuvo.

Caminé por un túnel oscuro hacia la otra punta del mercado, y allí estaba con la boca entreabierta siguiendo unas niñas que tenían globos de colores.

¿Qué se hace ahí? No recuerdo. Encontrarla fue otro tiempo, otra vida, otra yo, otra ella.

Silencio, sin palabras, ni sonidos, ni rumores, tomé su manita en mi mano.

Hijita querida, así quedaste siempre. Aún sostengo tu mano. No te vayas. No me olvides.

No te distraigas .No me distraigo.

 

Clara Molina - 2022

jueves, 26 de enero de 2023

 

EL ENSAYO

 

            Es el medio apropiado para comunicarnos con el lector y movilizar su pensamiento. Para lograrlo, la escritura de la obra debe ser concisa, convincente y seductora, organizando las ideas con rigor y expresarlas con estilo.  

            No necesitamos de un modelo de redacción. Nos ofrece una completa libertad en cuanto a temas, técnicas y formas expresivas, donde deben imponerse los argumentos, hechos y datos en tono objetivo, por encima de lo emocional.

            Los límites textuales del ensayo abarcan un amplio campo de posibilidades. Su libertad formal es amplia y permite desarrollar una gran variedad  de temas: historia, economía, filosofía, literatura, ciencias, estéticas, y más.

 

                                                            Taller Lápiz Creativo

 

 

miércoles, 25 de enero de 2023

 

Expando mi conciencia.

Agrando mi corazón.

Mi sentir es solo amor,

por el Amor que recibo.

 

Alberto coronel

 

martes, 24 de enero de 2023

 

                                         ¿Por qué escribir?

 

*  Osar: Escribir como pensamos no es fácil, pero podemos aspirar a hacerlo de manera simple y clara, no para ser Borges o Sábato, ellos fueron únicos, y nosotros también, sino para expresarnos a través del lenguaje escrito.

* Divertirnos.   Aprenderemos a reírnos con los duendes que nos habitan. Escribiendo les daremos la licencia para que salgan y nos permitan descubrir nuestra capacidad de expresión.

* Comunicarnos: Compartir tiempo y espacio con otras personas nos permitirá descubrir la diversidad de pensamiento sobre una idea (consigna), aparentemente única, lo que permitirá enriquecernos mutuamente.

* Ampliar nuestro lenguaje: Implica expandir las áreas del conocimiento, ya que no se puede plasmar en papel lo que no se sabe. Tenemos la capacidad de investigar y los conocimientos a nuestro alcance.

* Desarrollar la creatividad. Podemos ser más creativos de lo que ya somos, ejercitándonos.                                   

* Superar inhibiciones: ver que sí podemos hacerlo de una manera única. Es el primer paso para soltarnos y desarrollar nuestro propio estilo en la escritura.

* Escribiendo desarrollamos la objetividad, la memoria y el contexto al adaptar el lenguaje a la edad de quienes serán los receptores de lo que escribimos. No es lo mismo un niño de 2 años a uno de 5, de 9 o un adolescente, ni si lo que escribimos es un cuento, una poesía, un ensayo o una obra de teatro.

 

Cómo:

Escribir lo que se nos ocurra acerca de la consigna, y luego organizarlo en un texto, prestando atención a la gramática, la puntuación, las redundancias, las carencias y todo aquello concerniente a clarificar la idea que se pretende transmitir y nos permita manejar el lenguaje escrito con mayor fluidez. No para tener un texto gramaticalmente perfecto, sino para quedar satisfechos con nuestro trabajo.

-No explicar lo escrito, la escritura, como otras formas de arte, comunican y resuenan en cada persona de diferente manera, no tratemos de influir en su comprensión.

 

TALLER LÁPIZ CREATIVO.

lunes, 23 de enero de 2023

domingo, 22 de enero de 2023

 



Realizarnos a nosotros mismos en lugar de realizar un concepto y quedar estancado en el proceso natural de maduración y crecimiento.



 

jueves, 19 de enero de 2023

 



Mis fortalezas

“Divina Madre, gracias por tu bondad.

Gracias por brindarme

la habilidad de crear

artesanías, afiches y diseños.

Bendice las almas que las reciben.

Bendice los materiales que me brindas

para que pueda seguir creando

y brindando amor, compañía y alegría.

Divina Madre,

bendice este momento y espacio

y a quienes me ayudan siempre a crear.”

 

Gabriela Medawar - 2022



miércoles, 18 de enero de 2023

 

 

          Si pudiera…       

 

Vivir con alegría,

agradeciendo…

En el lugar de pedir

dones para mí,

ofrendar lo que recibo

por mi bien o por mi mal;

Por mi bien con alegría

del regalo recibido,

Por mi mal con la intención

a otras almas ayudar

cargando con sus dolores

si yo los puedo cargar.

                               Iris Nelly

 

domingo, 15 de enero de 2023

jueves, 12 de enero de 2023

 

¿POR QUÉ ESCRIBIR?

 

                                               No estudio para saber más sino para ignorar menos.

                                                                                  Juana Inés de la Cruz.

 

            Hace algunos años, tras una crisis producida por la muerte de personas muy queridas en paralelo con otras dificultades, se acentuó mi dislexia la que en otras oportunidades lograba manejar, pero en este caso no podía evitar cambiar una palabra por otra o no lograba encontrar la que debía utilizar, produciendo una inexplicable interrupción de lo que pretendía decir.

            Una querida amiga había tenido un problema de salud que le llevó a hablar con extrema dificultad. Guiada por su terapeuta y como otro ejercicio en su terapia escribía en un cuadernito, y poco a poco recuperó totalmente su dicción. Pensé entonces investigar dentro de mis posibilidades, la relación entre la escritura y el habla. Comencé averiguando cuanto estaba a mi alcance y además me inscribí en un taller de escritura a distancia que me llevó a descubrir espacios internos muy interesantes, además del placer que encontré en hacerlo.

            Para escribir debemos elaborar mentalmente los conceptos e ideas que deseamos comunicar, por lo que es necesario encontrar la manera de darle forma de texto escrito a aquello que estamos pensando y traducirlo a caracteres de escritura. Esto nos permite la comunicación diferida en el tiempo y en el espacio, independientemente de dónde o cuándo se haya realizado y de quien pueda ser receptor.

La lengua escrita es, necesariamente, menos espontánea que la oral, ya que el texto debe comunicar la idea sin el apoyo de lo gestual y lo auditivo. El emisor debe elaborarla mucho más si quiere que el receptor la comprenda. 

 Podemos escribir la idea tal como se nos presenta, en el idioma corriente con que hablamos; o pensando en el receptor, lo que requerirá un texto algo más elaborado, pero lo más adecuado es plantearnos si quien lo lea comprenderá la totalidad del mensaje, lo que debe llevarnos a afinar la expresión del lenguaje escrito. 

¿Qué nos permite esto? Ver cómo pensamos, cómo hablamos y cómo nos expresamos. Algunos autores hablan de que la ficción en la escritura proviene del inconsciente y es por eso que algunos escritores dicen a veces no saber cómo sigue su obra, que una vez que ésta se pone en marcha es como si cobrara vida propia. 

            Si usamos la mente a un nivel muy superficial de pensamiento común, tenemos una potencia limitada. Aprendemos el lenguaje oral por el solo hecho de estar en un medio que nos permita oír hablar, pero a escribir nos tienen que enseñar. Escribir nos lleva a hacer un esfuerzo extra porque tenemos habilitadas distintas en áreas de nuestro  cerebro para distintos modos de expresión. El simple hecho de ampliar nuestro mundo cognitivo ya es sumamente interesante.

El cerebro es responsable de elaborar el conocimiento, procesar las emociones, almacenar recuerdos y aprender. Está capacitado para expresar estas cualidades a través del lenguaje, y esta capacidad se puede ampliar conscientemente. Pensamos un mensaje, pero no lo podemos escribir tal como lo pensamos, debemos trabajarlo en otras áreas cerebrales antes de llevarlo a modo escrito.

El lenguaje es predominantemente una función del hemisferio izquierdo, aunque el hemisferio derecho tiene también un poco de lenguaje. Además, si una persona tiene daño cerebral en el hemisferio izquierdo en su temprana infancia, el hemisferio derecho se apodera de la función del lenguaje. También parece haber personas que tienen el lenguaje en el lado derecho e incluso hay quienes lo tienen en ambos lados. Se ha descubierto que la organización funcional del lenguaje es más diversa e individualizada de lo que se creía. Se han localizado áreas relacionadas con el lenguaje en los hemisferios frontales, temporales y parietales, en zonas alejadas de las clásicamente consideradas 'áreas del lenguaje'. En algunas ocasiones la localización puede variar incluso varios centímetros de una persona a otra.

Ampliar nuestro vocabulario es ampliar nuestra capacidad cerebral. La lectura nos amplía el vocabulario, más la escritura (transferir un pensamiento a caracteres) lo amplía aun más, pues debemos buscar palabras mucho más ajustadas a la idea a transmitir ya que no tendremos la retroalimentación del receptor que nos comunique verbal o gestualmente si comprendió o no. Además de tratar de usar en lo posible más de una palabra con el mismo significado para hacer el mensaje agradable y claro. 

Escribir es un ejercicio que nos puede permitir profundizar el conocimiento de la idea a transmitir, además de ordenar nuestro pensamiento en un espacio-idea-sentimiento acotado, a través de la reflexión voluntaria y necesariamente organizada. 

Nos permite dominar la divagación, ampliar el autoconocimiento y superar el egocentrismo, pensando en transmitir ideas concretas a otras personas. Por esto algunas veces nuestra mente se resiste a escribir: no desea superar la comodidad y trabajar sobre sí misma. Es como si dijese “Ya tengo suficiente, no me molesten con incómodas ampliaciones” 

Es una tarea que colabora, junto con otras como la meditación, en ampliar nuestras capacidades y desenvolvimiento. Además es un desafío que no requiere de esfuerzos desproporcionados sino de propósitos muy fáciles de intentar. A mí me sirvió y me sirve para recuperar una expresión verbal fluida y un modo agradable de comunicar con otras personas que no comparten mi espacio ni mi tiempo.

 

                                                                       Por Marta Ibáñez

                                                                                  Publicado en Vuelos Nº 77

                                                                                  Diciembre 2010

 

miércoles, 11 de enero de 2023

 

Canción de cuna

 

Pajarito colorado

 

Pajarito colorado

cántame una canción

mis ojitos no se cierran

el sueño se me escapó.

 

Pajarito colorado

asómate a mi ventana

no me puedo dormir

y quiero jugar mañana.

 

Pajarito colorado

regálame tus trinos

que estoy un poco triste

con penitas de niño

 

Pajarito colorado

que vives en mis sueños

quiero verte libre

sin jaula ni dueños.

 

Pajarito colorado

ya me estoy rindiendo

y en los brazos de mamá

ya me voy durmiendo.

° ° ° °

      Nela Bodoc - 2022

martes, 10 de enero de 2023

 

Reflexión

 

            ¿ADONDE ESTÁN LAS EXPERIENCIAS?  

 

Se pueden perder cosas materiales, por ejemplo es muy difícil encontrar un lápiz o un bolígrafo cuando se debe tomar nota de un recado en el teléfono, éste sólo aparecerá en el momento en que es totalmente innecesario. También se puede perder el tiempo: “No sé en qué se me ha ido toda la mañana”, pero, ¿y las experiencias? Me he pasado la vida teniéndolas y, al parecer,  carecen totalmente de importancia. Aunque pensara lo contrario, soy lo que he aprendido, para bien o para mal. Mis experiencias me han dejado un aprendizaje único y me convertí en individuo por el modo en que las he procesado. Pero las buenas costumbres enseñan que si la experiencia ha sido agradable está bien recordarla por un cierto tiempo, no demasiado, mucho menos expresar orgullo por ellas,  y si la experiencia ha sido mala hay que olvidarla  con mayor rapidez, y cuanto más mala haya sido más urgente es esta necesidad. Y la pregunta inevitable es, entonces ¿para qué las viví?

Un excombatiente de la guerra de Malvinas comentaba que la situación más dolorosa para él ha sido el que la gente que le rodeaba pretendía que olvidara e hiciera como si nunca hubiera vivido esa guerra, sin que pudiera procesar la experiencia adecuadamente, aunque  sus pesadillas se lo recordaran permanentemente.  Permitirle a alguien recordar las experiencias dolorosas, como una situación extrema o la pérdida de un ser querido, escucharlo empáticamente es darle la oportunidad de que sus heridas emocionales vayan sanando.

Se nos enseña desde pequeños que el triunfo es relativo, que siempre habrá una experiencia más importante que la que hemos vivido, además no es de buena educación hacer alardes de nuestros logros. También aprendemos que el fracaso es el gran maestro; donde el dolor no tiene lugar y hay que hacerlo a un lado.

Es así que las personas que llegan a la ancianidad hablan de sus experiencias pasadas, ya deformadas por el tiempo y maceradas en sus sentimientos reprimidos, cuando ya no les importa si alguien los escucha;  la vejez les da esa franquicia, pero necesitan “destaparlas” antes de “cerrar la puerta” tras de sí. Son experiencias que están en su desván sin clasificación ni orden alguno.

Su frustración proviene de todo aquello que no pudieron asimilar, pues han vivido como sobre una cinta transportadora, un cambio de nivel sobre una escalera mecánica, su organismo y su psiquis no hicieron el correspondiente esfuerzo, ha sido como un discurrir de sucesos no realizados, una agobiante cantidad de  experiencias sin procesar que inconscientemente quiere descargar.

“Ama a tu prójimo como a ti mismo”, pero no se aprende a amar porque  se confunde el amor a sí mismo con el “amor propio”, por consiguiente amo como me amo.

La pérdida de autoestima lleva a la frustración, quizás la mayor frustración que un ser humano pueda padecer.

Lo que cuesta tolerar es la idea de la carencia total de importancia que su propia crisis, esencial para quien la padece, es insignificante o inexistente para los demás, quienes demuestran como mínimo, indiferencia, y como máximo, un rosario de consejos que quien los recibe no los puede aplicar.

La pérdida de poder y de poderse lleva a la frustración y ésta a la pérdida de autoestima. Así es que se hace necesario recurrir a cualquier cosa para no sentir ese enorme peso, y generalmente no se es consciente de ese modo de actuar.

Cuando se vive de un modo autoritario pocas veces se revisa el modo de pensar y de sentir. Se está tan seguro de tener la razón y se busca afuera la causa del fracaso, se considera que los responsables son los autoritarios que le rodean.

 

                                                           Asunción Ibáñez - 2007

viernes, 6 de enero de 2023

 


LLOVÍA.

Como siempre de arriba para abajo. Tomó el celular para llamarla.

Pero no quedaban palabras.

Miró por la ventana y el vidrio le devolvió una cara chorreada. 

Las últimas lágrimas.

Adriana Brescia – 2022



miércoles, 4 de enero de 2023

 

Ella

 

Vivía sus ilusiones

sin advertir que

era una niña de diez años

enclaustrada

en un cuerpo viejo, deforme,

gastado…

 

Sólo oía y alimentaba

su enorme cuerpo de deseos,

siempre insatisfecho,

que por no reconocerlo,

para mantenerlo,

considerando que eso es la vida,

manipula, se miente,

y cuando se descubre

no puede dormir

por el miedo al infierno…

 

Muchos cuerpos en uno:

cuerpos que luchan

por el predominio de manifestarse

sin lograr coexistir,

en ese cuerpo viejo,

gastado, deforme…

 

Con una mente de diez años,

cargada de ilusiones…

 

                               ami  - 2021

 

lunes, 2 de enero de 2023

 

Micro relato

 

NO SABER.

El sol salió nuevamente. Decidido se vistió y salió al mundo.

 Desorientado y sin saber a dónde ir, volvió y se encerró.


Adriana Brescia - 2022

 

  Reflexiones                                                                                                           CAMINO       ESPIRIT...