martes, 25 de abril de 2023

 

Ayer te conocí, Maestra, estuve contigo, sentada frente a ti.

Ahogada en el dolor y la incertidumbre, mi cabeza como el planeta mismo. Estaba inundada de murmuraciones que llegaban en oleadas de resentimientos ajenos, que despertaban mi ira, mi negación, y tal vez hasta mi desprecio.

Y te vi vestida de blanco, y del mismo color era tu largo cabello. Y hablé, no sé qué, vaciando esa bolsa de ingratos pensamientos, no sé cuánto tiempo. No sé si escuché, pues sólo recuerdo que me aconsejaste: “Haz lo que sientas, no te prendas de ideas ni quejas ajenas; tampoco te opongas, déjalos correr, que ya pasará”

Desperté con una paz más allá de lo conocido hasta entonces. Y medité mis recuerdos. Recordé los días de desolación y aridez, cuando yo te buscaba y tú te ocultabas, los que quedarán en el olvido porque el dolor me quemaba y apagaste mi fuego con un bálsamo de paz.

                                                                                              AMI - 2019

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...