Cuento
EL CONCIERTO
Llegaban lentamente, de a dos, de a tres, muchos llegaban
solos. Algunos en silencio, los más, ruidosamente.
Una anciana muy pequeña, de blancos cabellos llamó mi
atención, vestía de forma extraña un tanto desprolija, muy distinta a las demás
personas que vi llegar, todas elegantes y finas acorde al hermoso lugar.
El teatro comenzó a llenarse y las luces bajaron su
intensidad, solo quedó iluminado el escenario y al abrirse una gran puerta, los
músicos de la orquesta entraron a ocupar cada uno su sitio, con su
correspondiente instrumento.
Sonaron algunos acordes y entonces entró el director. Los
aplausos sonaron fuertes y muy largos, las personas que estaban de pié,
retomaron sus asientos.
De pronto entre la penumbra, vi a la anciana caminar por el
pasillo central con pasos inseguros, acercándose al escenario y aplaudiendo
entusiasmada.
Alguien del público se levantó e intentó sacarla de ahí;
pero ella se resistía, aplaudía con más fervor y con voz temblorosa comenzó a
decir:
-¡Hijo, hijo querido, siempre soñé verte una vez más!
Entonces cuando el Director escuchó ésa voz que le pareció
conocida, se dio vuelta, las luces se encendieron…y ahí la vio.
Pidió un micrófono y dijo unas palabras de disculpa, el
público estaba intrigado sin entender la situación, molesto porque no empezaba
el concierto.
Alguien anunció que se suspendía la actividad programada
para el día siguiente a la misma hora. La gente empezó a salir del lugar muy
disgustada haciendo diversos comentarios.
Yo me quedé escondido tras los pliegues de un cortinado y vi
como el director, hombre viajado por el mundo y famoso en todos lados, abrazaba
a la anciana entre sollozos.
Después alguien contó que la anciana salió del geriátrico
donde estaba ingresada desde hacía varios años, sin que nadie se diera cuenta.
Nadie pudo explicar cómo ella, que padecía Alzheimer, supo
que su hijo estaría allí.
Ana María Muñoz – 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario