Elección
Junto a mi vivienda hay un hostel, con pasajeros que,
generalmente no se oyen, pero anoche no fue así. Tenían una gran fiesta con
voces estridentes, risas y música, a tan alto volumen que los vidrios de la ventana de mi
cuarto vibraban.
Pensé que a las once se solucionaría, la hora establecida
por el municipio para dejar de hacer ruidos molestos, pero no fue así, y a las
doce se oía aún más fuerte.
Me senté en mi cama a reflexionar: no era un drama, era
gente divirtiéndose. Yo podía elegir sufrir o dormir. Hice ejercicios de
relajación, de respiración profunda y decidí dormir.
Lo logré.
Resultó que mi decisión fue la correcta, fui la única en el
edificio que no llamó a la policía porque estaba ocupada durmiendo.
Asunción - 2022
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