lunes, 19 de junio de 2023

 

Creación de un personaje

 

 

UN HOMBRE

El Hombre estaba parado en la esquina de un barrio gris y triste. Las lamparillas de la calle apenas iluminaban su rostro con una luz amarillenta y borrosa.

Era de mediana edad, pelo lacio, gris y abundante partido al medio que caía sobre sus orejas. Sus ojos pequeños como semi cerrados, ojos de zorro, diría una vecina. Los labios lineales sostenían un eterno cigarrillo que balanceaba la ceniza como si fuera pesada.

Las piernas entreabiertas sostenían un cuerpo bien armado. Tenía un aire taimado y sólido, esa solidez que tienen los hombres acostumbrados a luchar y vencer.

Vestía un pantalón oscuro, de color indescriptible.

No se sabría si sonreía o alimentaba un gesto algo burlón. Cada tanto se tocaba la cintura, como tanteando un arma o para confirmar que estaba en su sitio. ¿Un cuchillo? ¿Una pistola? ¡Quién sabe!

Su presencia inspiraba desconfianza sino miedo. Los perros y los hombres lo respetaban y le temían.

Había sobrevivido una niñez de hambre y carencias. Luchó contra el frío y la pobreza. Decidido a sortear una muerte segura, el muchachito esmirriado del barrizal y el cascotazo (*) devino en un hombre fuerte y luchador.

Un aire de compadrito y matón iluminaban su aura.

Fue un hombre temido y solo, muy solo. No parecía tener amigos ni mujer. Era la persona más sola de esa esquina y del barrio.

La noche se acercaba y era una bendición de tan fresca. El hombre no se movió. Así vivía siempre como esperando algo que no llegaba.

Quizás a la muerte desafiaba.

La muerte amarga y vengativa llegaría a desafiarlo escondida tras otro hombre que provocador y fornido apareció en la esquina con un aire de superioridad.

Desesperadamente esperanzado él lo mira, su mirada era provocativa.

Los hombres se acercan, se enlazan, se traban en una lucha breve pero furiosa. El hombre cae, el otro se va corriendo.

Del paredón de la esquina cubierto de magnolias, cae como una lluvia el perfume de las flores, y rodea su cuerpo como una mortaja y así queda ese ser, solo en la esquina, como había vivido.

Dios sabrá qué pensó, qué sintió, que esperaba.

 

Clara Molina- 2023

 

(*)Cascotazo.

Sustantivo masculino. Este vocabulario en la actualidad está en desuso, se define como un impacto o un  golpe recibido o dado por un cascote. Fuente internet.

 

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