Trabajo realizado con
los versos aportados por todas las participantes del taller.
En un oscuro trecho del camino, soñé que llegaba un ángel
con una antorcha encendida. El aroma del silencio embriagaba mis sentidos.
Se hizo la luz en mi mirada sombría.
“¿Qué cosas me diría?” Pensaba yo oteando el horizonte pidiéndole
ayuda al Señor. ¡“Dame coraje para romper los grilletes que me atan a las
culpas del pasado!” rogué.
El viento apagó la antorcha.
El ángel sonreía. “No te asustes. Abraza la vida” me decía
con sus ojos luminosos.
Que los ángeles guarden mi luna fría y alta para que ella,
amorosa, acompañe mi partida.
Bajo una nube sombría y viento helado, se acaban la música y
el fuego.
Una balada triste y melancólica se esparcía entre las hojas
de los árboles.
Nadie sabe por qué la noche es tristeza hecha canción.
Nadie sabe qué cosas rumiaba sobre el papel en aquella
ocasión sin abrazos y sin vida.
Y sobre el campo, la quietud del cielo, y el viento que
pasaba…… y pesaba.
Clara Molina - 2023
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