jueves, 28 de septiembre de 2023

 

                        REFRANES  (ACIERTOS O NO TANTO)

En un pequeño pueblo cordillerano la gente se levantaba muy temprano,

“Al que madruga, Dios lo ayuda” decían a menudo.

Los niños se iban a la escuela bien desayunados y siempre llegaban a tiempo, las madres iban a sus trabajos sin prisa, charlaban y reían camino a la única fábrica del lugar, los padres trabajaban en el campo de sol a sol.

Así día tras día, siempre igual, todos se conocían y eran amigos.

En las afueras vivía una anciana solitaria a la cual le decían “la yuyera” ya que sabía mucho de hierbas medicinales. Hasta su casa acudían los lugareños, buscando alivio a sus dolencias, la mujer era muy conocida, y de otros poblados también venían a verla en busca de cura para sus enfermedades.

Ella nunca estaba apurada, por las mañanas tomaba mate tranquilamente, mientras iba preparando las medicinas con los yuyos que cada tanto cortaba del campo, también usaba las flores silvestres que se abrían en todo su esplendor cuando el sol ya estaba alto.

Era una mujer sabia aunque nunca había estudiado, por eso la gente decía que ella tenía el don de sanar enfermedades porque Dios la bendijo con esa Gracia.

Cada dos o tres días, salía de su casa cerca del mediodía con una gran bolsa y se perdía en el campo buscando las plantas con las que sanar todo tipo de males.

¿Por qué sale con tanto sol doña?  Le preguntaban los que la veían pasar.

-Porque el sol es bueno para la salud m´ijo, además “No por mucho madrugar amanece más temprano” las plantas son fáciles de encontrar cuando hay mucha luz y las flores se abren al calor del sol- respondía amablemente y seguía su camino. Al atardecer la veían regresar con sus preciados yuyos sanadores.

Nadie conocía su nombre, ni su edad. La anciana no tenía familia y vivía allí desde siempre. Nunca fue joven o al menos nadie la vio jamás cuando lo fue.

                                                               Ana María Muñoz Vega – 2023

 

Consigna: Leyenda que se perpetuó en refrán.



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