viernes, 10 de noviembre de 2023

 

SOÑÉ QUE…

Caminando sobre arena mojada, me alejé tanto, que llegué a un lugar soñado de piedra coloradas enmarcando una playa encantada.

Dicen los lugareños que todo el que llega a éste lugar, regresa, hechizado por su belleza.

El sol abrasaba mi piel y el aire marino apenas refrescaba mis labios cuando la sed me atormentaba, mientras escudriñaba las piedras para ver, si alguien las había pintado. Unas eran pequeñas, otras grandes y otras inmensas, todas de un rojo intenso, yo jamás había visto algo así en otro sitio, no eran pintadas por personas, sino por la naturaleza.

En un momento, entre alucinada y desfallecida miré hacia el mar y vi una casilla, pensé en un guardavidas y en que ahí podría conseguir algo fresco para beber y recuperarme. Hacia allí me dirigí tambaleando.

Con gran dificultad logré llegar y con estupor, vi que junto a la casilla había una gran piedra blanca, la toqué, para ver si alguien la había pintado y en realidad era colorada como las otras, pero no. Era tan blanca y real que me desconcertó.

Caminé hacia el agua y entré en ella, me tendí en la orilla y ahí me quedé sin atinar a moverme, disfrutando el frescor y pensando en el misterio de la piedra blanca.

Así estaba cuando una voz me sacó de la confusión, era el guardavidas que me preguntó si estaba bien, a lo cual respondí que no.

Al ver su esbelta figura y su bello rostro quedé impresionada, él se inclinó hacia mí y me ofreció sus brazos para que me incorporara a lo que respondí que no podía, entonces me abrazó y me sacó del agua, quedamos así, se me aceleró el corazón y tuve el impulso y la osadía de besarlo, resultó lindo y correspondido, además de emocionante.

Pasaron varios días y una tarde regresé a esa playa, apenas me vio se me acercó diciendo que me estuvo esperando desde aquella tarde inolvidable.

En fin, que nos abrazamos por un largo rato y así al día siguiente y al otro, hasta que llegó el momento de mi regreso. Se terminaron las vacaciones y nunca volvimos a vernos, aunque por mucho tiempo seguí pensando en él.

Fue todo un sueño, un delirio de mi cuerpo afiebrado y mi mente trastornada de tantos días tomando sol. Ese bello hombre ni siquiera tuvo un nombre.

 

                                               Ana María Muñoz – 2023

 

Consigna: Sugerido por una fotografía de la exposición 30/35 de Pablo Ruiz. https://afogra.com/exposicion-303-35/

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...