Fábula
EL PERMISO DE LOS DIOSES
A la puerta del mundo superior de los dioses llamó la
Maldad, que había sido expulsada hacía muchos siglos, y pidió que le
permitieran ingresar porque tenía un pedido muy especial que hacer, un pedido,
uno solo.
La Prudencia la dejó entrar, aun cuando la Intuición dijo
tener un mal presentimiento.
Escuchémosla –dijo
el Amor -y luego lo evaluaremos entre
todos y veremos si merece que se lo concedamos.
Se reunieron todos los dioses y todas las virtudes a
escuchar a Maldad que, con humildad fingida, dijo: Sé que cada uno de los presentes en este concejo derraman ideas de paz
y amor sobre la Humanidad, por eso son amados y respetados, pero yo, que una
vez fui habitante de este hermoso mundo del cual fui expulsada por mis faltas,
cuando era muy joven e inexperta, y cometí actos por divertirme,
inconcientemente, de lo cual estoy muy arrepentida, ya que los años me han
hecho un poco más sabia. Por todo eso, pido mil disculpas. Ahora quiero
pedirles, mejor dicho, ofrecerles un proyecto que, de ser posible, creará un
nuevo dios, al cual la humanidad amará más que a todos nosotros juntos.
Después de escuchar lo que Maldad tenía para decir, y Amparo
habló: Puedes decir cuál es tu proyecto.
Espero que no sea como lo que aprobamos la última vez, el proyecto de Pobreza
que creó el dinero.
¡No! ¡Es mucho mejor!
–dijo con entusiasmo la recién
llegada- Todo el mundo tendrá una parte,
hasta los niños, los líderes del mundo y los científicos y lo podrán acumular,
habrá para pobres y ricos, para hombres y mujeres sin importar su edad, su
raza, su color o su religión, todos podrán acceder a ello. Les dará
autovaloración, los hará felices.
Bondad dudó, pues ¿algo que amarán más que a los dioses? ¡De
no creer!
Pobreza pensó que quizás ampliaría la población a su cargo y
que ya tenía suficientes problemas con ellos.
Dolor estuvo de acuerdo con Pobreza, nada nuevo modificaría
lo ya establecido dejando conforme a la mayoría.
Conciliación comentó que a ella le parecía muy bueno si
todos iban a poder tener aunque fuese un poco y sentirse más seguros. Con esta
idea Compasión estuvo totalmente de acuerdo.
Amparo y Lealtad dieron su aprobación, pensando que al fin
encontrarían igualdad para todas las personas.
Con el voto unánime autorizaron a Maldad a darle vida a su
proyecto. Así ella creó el Poder, del que todos atesoramos aunque sea una
parte insignificante, y amamos más que a todos los dioses juntos.
Asunción
- 2022
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