ESCRIBIR
El idioma escrito lo aprendimos cuando éramos niños, por lo tanto sabemos escribir. Ya tenemos un gran trayecto recorrido.
La idea es que practiquemos, para ello nos proponemos incursionar en la anécdota, el caso, el chiste, la leyenda, la poesía, el dialogo, el ensayo, la fábula, el cuento, la biografía, el resumen, la evaluación, y más.
No siempre podemos escribir sobre lo que no conocemos, por lo que un recuerdo, una anécdota familiar, el trozo de una conversación o ver un bello paisaje pueden ser disparadores para una buena historia.
Podemos crear situaciones partiendo de lo conocido, y lanzarnos a lo desconocido ¿Qué otra cosa es la ficción, o la ciencia ficción? Y encarnar a un personaje de sexo opuesto al nuestro, o imaginar un ser de otro planeta… todo se puede si se cultiva la creatividad.
Escribir nos permite ponernos en la piel de otro. ¿Cómo siente un místico? ¿Cómo siente la mamá de un condenado? ¿Cómo siente una novia frente al altar? ¿Y un niño pobre frente a la vidriera de una juguetería?
El cuento tiene un narrador.
Esto nos da la posibilidad de proyectar en él o en el personaje todo lo que
se nos cruce por la cabeza: recuerdos, mandatos, enojos, aspectos “tapados” de
la personalidad, prejuicios, etcétera. Escribirlos nos permite dejar aflorar
estos sentimientos, o sea: reconocerlos.
Taller LÁPIZ CREATIVO
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