martes, 21 de mayo de 2024

                                         

refranes 



                                    EL DINERO DE LOS ÁRBOLES

 

“El dinero no crece en los árboles”, me decía mi padre cuando era pequeña y le pedía dinero para golosinas… Escuché esa frase tantas veces, que quisiera saber ahora cómo borrarla de mi mente. Se me quedó instalada en el software de mi cabeza de tal modo, que no pude desinstalar ese programa. A tal punto estaba arraigada esa creencia en mí, que un día me animé a hacer un experimento.

En el jardín de casa tenía dos ciruelos que daban las frutas más ricas que jamás he probado, y un tilo grande y alto… Un día tuve una idea genial, era verano y yo estaba de vacaciones en la escuela, por lo que tenía mucho tiempo libre. Yo solía hacer un zumo de ciruelas que mi hermana adoraba porque la ayudaba a ir al baño y, además, era muy rico. Pero ese día hice algo diferente, tomé varias docenas de ciruelas e hice unos 20 litros de zumo, a la par que llené unas cuantas bolsitas del tilo que recolecté de mi jardín. Con todo esto listo, armé una mesita en la vereda y me senté…

Al lado de casa había un estudio de televisión, por lo que solía entrar y salir gente a todas horas por las tardes y las mañanas, por lo que contaba con eso a mi favor. Le ofrecí mis productos a cada persona que pasaba por la puerta de casa. Ese día no vendí mucho, pero lo suficiente como para querer intentarlo de nuevo al día siguiente. Me levanté bien temprano, tanto que, al llegar la hora del almuerzo, estaba a los bostezos.

- “No por mucho madrugar amanece más temprano”- Me dijo mamá ese día, mientras mis ojos luchaban por mantenerse abiertos. Luego me tocó el hombro. - ¿Te quedó zumo para darme un litro a mí?

-No- le contesté- Pero puedo darte un poco que me quedó de la jarra en la que daba a probar a las personas que pasaron por la vereda.

- Bueno, dicen que en casa de herrero, cuchillo de palo- saltó mi hermana mayor a acotar.

- A caballo regalado no se le miran los dientes - Respondí entre sonrisas. - Lo bueno es que ya entendí el dicho de papá, vendí todo el zumo y ahora sé que el dinero sí puede crecer en los árboles, sólo hay que saber en cuál.

                                        Denise Ferrero Ryan – 2024

 



 

 

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