Anécdota
LOS LÍMITES
En un viaje al Sur en pleno invierno, conseguimos para pernoctar una casa de fin de semana ubicada junto al Lago Pellegrini que no había sido habitada desde el verano. Afuera la temperatura descendía aproximándose a cero grado y adentro la sensación térmica era menor, dado el ambiente húmedo e intensamente frío.
Junto a la chimenea había una provisión de leños gruesos, de entre ocho a quince centímetros de diámetro, y en una pequeña mesita apenas unas escasas hojas de periódico, lo que hizo que los adultos ni intentáramos encender el fuego, abocándonos a buscar mantas y bolsas de agua caliente para calentar las camas, pero los seis niños del grupo se dedicaron con gran seriedad a que aquellos leños encendieran, logrando al poco rato una brillante fogata que transmitía calidez con su sola imagen.
¿Qué pasó? Los
adultos “sabíamos” que no se puede encender un leño grueso con apenas una hoja
de papel, pero los niños no, por lo que no tenían límite para “crear” fuego con
esos dos simples elementos.
Iris Neli – 2011
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