Poesía
Madre Divina
Escuché tu llamado.
en la cuna,
en la infancia,
pero no te veía,
solo percibía tu perfume…
Y en mi adolescencia
me tendiste la mano
y a ella me aferré,
me dejé guiar
en la oscuridad,
convencida de que me habías oído.
Y seguí tu mano,
aun cuando parecía alejarse
continué
y aun continúo
aunque haya tormenta,
o vacío, o luz
te sigo,
caminando en paz.
AMI - 2024
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