Cuento
Amigos en
secreto.
Paquito, un niño muy creativo de ocho años, al que le
encantaba ir a la chacra de sus abuelos,ubicada en la cercanía de unos médanos de arenas doradas,
que Paquito les llama un pedazo del Sahara.
Su abuelo cultiva verduras en su terreno, donde ha
dedicado un espacio rectangular para zanahorias, otro igual para rabanitos, también uno igual
para lechugas y otro más extenso para hinojos, que se dieron tan abundantes que le llamaron “el
bosque de los hinojos”.
Una noche, durante la cena, su abuelo contó que cuando
regaba esa tarde el cuadro de los hinojos le pareció escuchar un llanto desconsolado que
provenía del robusto tronco de una hermosa planta, pero como estaba oscureciendo, con sus
ojos gastados no logró ver nada.
Paquito, que amaba explorar, le prometió que iría al día
siguiente a investigar. El anciano lo autorizó, pero le dijo que no fuera solo.
El niño le prometió que iría con Boni, el perrito feliz de la finca.
Al amanecer se levantaron al mismo tiempo que el abuelo,
desayunaron con las delicias que había preparado la abuela y se despidieron de ella.
Partieron los tres, el abuelo, el nieto y la mascota.
Llegaron al “Bosque de los hinojos” y el anciano, luego
de señalarle el lugar donde escuchó el llanto, prosiguió su camino a cumplir con sus tareas.
Paquito miraba detenidamente cada planta del lugar señalado y Boni comenzó a
olfatear cada tronco aquí y allá, hasta que de pronto se oyó una vocesita chillona que dijo: “Salí
perro, que soy alérgica y me vas hacer estornudar”.
Paquito no veía a nadie, pero Boni ladraba mirando
fijamente un punto, y al agacharse para mirar más de cerca la vio: una niña de
la altura de su dedo meñique, con un hermoso traje verde con moñitos rosados.
¿Quién sos? –preguntó Paquito, muy asombrado al ver a quien
respondía- “Soy Lili, de la Colonia Liliput, al pie de los médanos, vine ayer a
pasear y me desorienté, ahora no sé volver” –dijo la pequeña.
Cuando Paquito salió de su asombro, le tendió su mano y
la niña subió a ella. –Te llevaremos –le dijo.
¡Oh! ¡Gracias –agregó Lili – mis padres estarán muy
preocupados!
Paquito la llevó en santiamén. Cuando la dejó al pie del
médano, ella le pidió: Esto debe ser un secreto entre vos y yo, no se lo contés
a nadie. Cuando vengas a ver a tus abuelos vení a este lugar y podremos
contarnos cómo son nuestras vidas y nuestras experiencias.
Cada uno hizo un gesto sobre su corazón en señal de
promesa fiel, con lo que se despidieron felices, y fueron amigos para siempre,
en secreto.
Asunción -
2024
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