martes, 22 de abril de 2025

 

Cuento

 

Amigos en secreto.

 Paquito, un niño muy creativo de ocho años, al que le encantaba ir a la chacra de sus abuelos,ubicada en la cercanía de unos médanos de arenas doradas, que Paquito les llama un pedazo del Sahara.

 Su abuelo cultiva verduras en su terreno, donde ha dedicado un espacio rectangular para zanahorias, otro igual para rabanitos, también uno igual para lechugas y otro más extenso para hinojos, que se dieron tan abundantes que le llamaron “el bosque de los hinojos”.

 Una noche, durante la cena, su abuelo contó que cuando regaba esa tarde el cuadro de los hinojos le pareció escuchar un llanto desconsolado que provenía del robusto tronco de una hermosa planta, pero como estaba oscureciendo, con sus ojos gastados no logró ver nada.

 Paquito, que amaba explorar, le prometió que iría al día siguiente a investigar. El anciano lo autorizó, pero le dijo que no fuera solo. El niño le prometió que iría con Boni, el perrito feliz de la finca.

 Al amanecer se levantaron al mismo tiempo que el abuelo, desayunaron con las delicias que había preparado la abuela y se despidieron de ella. Partieron los tres, el abuelo, el nieto y la mascota.

 Llegaron al “Bosque de los hinojos” y el anciano, luego de señalarle el lugar donde escuchó el llanto, prosiguió su camino a cumplir con sus tareas. Paquito miraba detenidamente cada planta del lugar señalado y Boni comenzó a olfatear cada tronco aquí y allá, hasta que de pronto se oyó una vocesita chillona que dijo: “Salí perro, que soy alérgica y me vas hacer estornudar”.

 Paquito no veía a nadie, pero Boni ladraba mirando fijamente un punto, y al agacharse para mirar más de cerca la vio: una niña de la altura de su dedo meñique, con un hermoso traje verde con moñitos rosados.

 ¿Quién sos? –preguntó Paquito, muy asombrado al ver a quien respondía- “Soy Lili, de la Colonia Liliput, al pie de los médanos, vine ayer a pasear y me desorienté, ahora no sé volver” –dijo la pequeña.

 Cuando Paquito salió de su asombro, le tendió su mano y la niña subió a ella. –Te llevaremos –le dijo.

 ¡Oh! ¡Gracias –agregó Lili – mis padres estarán muy preocupados!

 Paquito la llevó en santiamén. Cuando la dejó al pie del médano, ella le pidió: Esto debe ser un secreto entre vos y yo, no se lo contés a nadie. Cuando vengas a ver a tus abuelos vení a este lugar y podremos contarnos cómo son nuestras vidas y nuestras experiencias.

 Cada uno hizo un gesto sobre su corazón en señal de promesa fiel, con lo que se despidieron felices, y fueron amigos para siempre, en secreto.

 

Asunción - 2024



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