Respondió… abrió los ojos con sorpresa. Es que
todo cambió, cambió el mundo, que daba vueltas más rápido y lo llevó a otra
realidad, y con ella, los miedos, la incertidumbre de la muerte.
Corrían las noticias aterradoras poniendo a la
humanidad frente a la cuarentena y de rodillas supo de su fragilidad.
Alzó los ojos y con la fe entró a su interior por
primera vez, y en la soledad más absoluta recobró la verdad de su esencia, que
le permitió recordar que se debe amar al prójimo… y aceptar el cambio. Ana Julia Villanueva
Muy interesante, acorde a esta reclusión que nos obliga un ser invisible. Gracias
ResponderEliminar