BEBIDAS ESPIRITUOSAS
- ¡Buenas noches! –saludó con tono imperativo el policía.
-Para mí no son buenas – contestó con voz gangosa el conductor.
-Su documento, tarjeta verde y carnet
de conducir – solicitó la autoridad con
tono acorde al caso.
Y el aludido, pasando unos papeles – ¡Aquí tiene!
-¡Faltan sus documentos! -dijo el agente - Me va a tener que
acompañar.
-Le entregué todo lo que tenía –y agregó – y no me puedo bajar del
vehículo.
-¡No es
necesario por ahora! –contestó el policía
con cierta malicia – Córralo a un costado que le voy a tomar el valor de
alcohol en sangre.
-¿Qué? ¿Me va a analizar en público? – preguntó el aludido mientras desviaba el
auto hacia la banquina.
-¡Sople! –ordenó el policía, acto seguido miró el aparatito y – ¡Marca más de
lo permitido!
-Yo solo he tomado bebidas
espirituosas – se defendió el imputado.
Y el oficial contestó – Tiene demasiado alcohol encima, ¡No puede conducir en ese
estado! Va a quedar detenido hasta que
esté cuerdo para manejar.
Y el detenido -¡Ya
ni al espíritu lo dejan en paz!
Elena
Trunecka- 2016
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