Nuevas
generaciones
Hablaba por internet con mi sobrina, madre de un bebé recién
nacido que en ese momento dormía en otra habitación y de una nena de dos años
que jugaba cerca de ella mientras conversábamos.
En un momento el bebé comenzó a llorar, ella se levantó para
ir a atenderlo y me encargó: “Cuidá la nena, ya vuelvo” como si estuviéramos en
el mismo lugar y no a dos mil quinientos kilómetros de distancia.
Paloma, la nena, comenzó a acercar sus juguetes a la cámara
para mostrármelos: una ollita, unos cubiertos chiquititos, un platito, una
cocinita… Para seguir el juego le hice
comentarios como “¡Qué bonito! ¡Qué lindo!” y para hacerlo más interactivo le
pregunté: “¿Vas a cocinar?” y ella respondió que sí, “¿Y qué vas a cocinar?” y
contestó solo una palabra: “Pizza”
Acto seguido me presentó una vieja calculadora de bolsillo
que ella usaba como su teléfono celular, fingió una llamada, y agregó: “Hola
señor, ¿Me manda una pizza a mi casa?”
Asunción Ibáñez - 2014
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