lunes, 9 de agosto de 2021

 


El todo es más que la suma de partes

 

Un grupo de amigas nos reunimos en la casa de una de nosotras, que es mosaiquista. Ellas es una artesana muy talentosa, que realiza sus obras con trocitos de azulejos de diferentes colores, combinándolos creativamente. Sus trabajos son bellísimos.

Nos hizo una propuesta interesante, divertida: trabajar en equipo. Que, cada una, intervengamos en la obra aportando trabajo y creatividad.

Puso a disposición una mesa, redonda de metal, de su jardín, que ya tenía de hace varios años. Nos surtió de una buena cantidad de retazos de coloridos azulejos y pegamento. También habían herramientas de corte, para dar la forma y el tamaño deseado al material.

Cada una debía pegar los mosaiquitos, sobre la superficie, de tal manera que se fuera formando una figura. Se podían elegir los colores y cómo distribuirlos.

La única condición era, que de alguna manera, hubiera una compenetración con el trabajo de todas y lograr una armonía.

El resultado final fue asombroso. Se produjo algo emocionante, difícil de describir. Experimentamos una unión a otro nivel. Un entendimiento sin necesidad de las palabras.

La dueña de casa quedó muy satisfecha. La mesa quedó bellísima. Y todas pasamos una tarde feliz, con música, risas, imaginación y unión.

Cada vez que visito a mi amiga mosaiquista y veo la mesa del jardín, me emociona el recuerdo de aquella experiencia tan particular.

Crear en grupo produce una sinergia y, como consecuencia, unos resultados insospechados.

 

Nela Bodoc

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