ROSANA
Florecían
los aromos
indiferentes…
Anunciando
primavera.
Al
dolor de tu cuerpo,
al
fragor de tu lucha…
Perdiste
la batalla.
Se
apagó tu sonrisa,
en
un gesto de adiós,
y
tus ojos brillantes
se
quedaron sin sol.
¿Es
que acaso la Muerte
no
sació sus anhelos
al
quitarte tu brillo,
al
dejarte sin luz?
¡Cómo
robó tu belleza
al
recorrer la frontera
entre
tu vida y tu muerte!
¿Y
qué hay de tus pupilas?
¿Aún
guardan su fuego?
¿Era
este tu destino?
¿Qué
oráculo lo dispuso?
La
primavera se detuvo…
Volvió
el frío invierno.
Tu
cuerpo ya sin vida
fue
el trofeo ganado
por
el tiempo
y
el dolor acumulado.
Agosto 2018
Marta
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