Mi otro yo
¿DIVINA U ODIOSA ?
Ella se desvivía en saludos, besos, abrazos. Por dentro un eco repetía “¡Qué plomo! ¿Otra vez por acá?”
Ella se esmeraba en dulces y extravagantes agradecimientos. Por detrás, su cuerpo decía “¡Qué asco! ¡Repugnante!”
Ella se extenuaba en atenciones y favores. Por abajo circulaban los “ufas” y los “qué cargosos!”.
Ella se miró al espejo, y el espejo (silenciosamente) le devolvió: ¡Odiosa!
ADRIANA BRESCIA - 2022
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