Microcuento
¿Quién dijo?
Caminaba sola, sin compañía aparente, porque el sol
iluminaba su espalda y el aire despeinaba su cabello.
Se sentía libre, por primera vez evaluaba ese término:
“Libertad”.
Supo que ser libre puede ser doloroso, quizás se espere
demasiado de esa palabra, porque una cosa es lo bello que se escucha y otra
cosa es cómo se encaja en ella.
Ya no tendría que bañarse; cuando era niña la obligaban y
ella aprendió a hacerlo cada día. Ni tendría que ir al trabajo y ver caras
adustas y codiciosas. Ni aceptar salidas sociales ocultando su disgusto.
Ahora corre libre por el campo. Se oyen las campanas, ya es
la hora de volver para acompañar hasta el camposanto a sus seres queridos
sufriendo su ausencia.
Marta
Ibáñez - 2022
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