martes, 28 de febrero de 2023

 

Mi barrio.

Mi barrio mide el tiempo justo para ejercitarse dando una vuelta caminando.

Tiene casas que antes eran iguales y ahora son similares, y hay otras completamente distintas, asimismo están ubicadas una al lado de la otra y se divide en cuadras.

Su gente es como cualquier otra, con más o menos estudios o tal vez con ninguno, todos se saludan. Las personas son mayores, pocos adolescentes y muchos niños de los que alguna vez lo fuimos.

Todos pasamos en algún momento por la plaza de la vuelta, con sus juegos viejos, rotos, mal pintados y que los niños siguen añorando cada día. Hay en una parte de la misma, una explanada de baldosas con escalones de cemento a un costado que se usan de tribuna cuando juegan un picadito y otras veces sirve de sala de espera de padres mientras sus hijos patinan, andan en bici, triciclo o simplemente corren libres. El pasto predomina en su suelo, los pinos son altos, muy altos, muchas tardes se ven personas haciendo picnic y tomando mate.

 Al lado de la plaza, hay una iglesia que era pequeña y fueron ampliándola tanto como la asistencia de la gente que se dio por un largo tiempo. Hoy les queda grande. Pasando la iglesia está la escuela del barrio, la primaria y la secundaria, recuerdo que se llenaba, no había cupos y actualmente la ocupan las personas de otros barrios porque los de acá prefieren escuelas de más allá.

También hay varios almacenes, al parecer nos gusta comer o tendrá que ver con cómo se llamaba antes el barrio que ahora se llama San Cayetano. En estos almacenes se encuentra la gente, la que se saluda con confianza y la que se saluda aunque sea desconocida, además de comprar,  uno se entera de lo que le sucedió a alguien o de algo que desconoce. Cuando llegan las vacaciones, los almaceneros se toman sus semanas de descanso y los que no descansan son los clientes que caminan hasta el otro almacén, el de allá o el de la esquina, e incluso descubren los que no sabían que existían.

Mi barrio tiene tantos años como yo. Estamos los de siempre, los que van y vienen y los que llegan para quedarse. Cada cuadra es un mundo diferente, hasta los perros saben eso. Cada tanto, pasan vendedores ambulantes puerta a puerta, y cada día pasa el panadero con su auto viejo anunciando por parlante su llegada, pasa el que hace trueques por una batería vieja, la carreta tirada por el caballo flaco y cansado que hace asomar a los niños para admirarlo.

Las calles de este barrio una vez fueron de tierra, las casas no tenían rejas, había una finca que cortaba sus cuadras, los niños colmaban las tardes con sus gritos, risas, corridas y llantos. Pasaba un señor en una carreta que hacía sonar una campana anunciando su llegada para darles una vuelta por sus calles.

Mi barrio estaba sólo y poco a poco fue rodeado por otros más. Este barrio tiene historia y también historias que alguna vez se las contaré.

 

Marisel Gómez - 2020

jueves, 23 de febrero de 2023

 

Rimando



Caer, caer, caer. Separatividad.
Me pliego y te repliego.
¿Importa acaso nuestra virginidad?
Tiro mis ideas al fuego.

Mirar, mirar, mirar. Subjetividad.
Parece valer más lo que pienso.
¿Dónde dejamos la alteridad?
Y me pierdo entre lo que siento.

Escuchar, escuchar, escuchar. Fidelidad.
Yo, tu, el, y por fin nosotros.
¿Y dónde pones tu identidad?
Que no te tienten esos otros.

Saltar, saltar, saltar. Diversidad.
Atreverse con lo diferente.
Y mantener la mismidad.
Es decir sí, sí y sí al presente.
          

 

Adriana Brescia - 2022

 

 

miércoles, 22 de febrero de 2023

 

 

                       EL CUENTO



Es una narración sobre hechos que transcurren en un lugar y un tiempo determinados, con personajes ficticios y se centra, generalmente, en una sola historia, dentro de la cual  hay un narrador que cuenta las acciones que se van desarrollando en el relato. Se destacan tres tiempos:

-          Situación inicial: se presentan los personajes, se describe el lugar y el tiempo en el que ocurren las acciones. Los hechos se presentan con un determinado equilibrio.

-          Conflicto: el equilibrio de la situación inicial se rompe y surge una complicación que los personajes tratan de resolver a lo largo del relato.

-          Desenlace: el conflicto planteado se resuelve, muchas veces, de manera sorprendente.

El narrador es inventado por el autor para que narre los hechos en el interior del relato, el autor es la persona real que escribe el cuento y no forma parte del relato, por lo que no debemos confundirlos, ya que el narrador sólo existe dentro del cuento.

El narrador puede ser un personaje del cuento, y contará la historia en primera persona. También hay narradores que cuentan la historia en tercera persona, por lo tanto no son personajes de la historia, aunque sí forman parte del relato contando las acciones de los personaje.

En una narración, las acciones principales son consecuencia de una acción anteriores. 

Las acciones del relato se van encadenando por un orden lógico y temporal. La sucesión temporal de los hechos hace que la narración avance.

Las acciones de las secuencias narrativas son realizadas por los distintos personajes. Algunos de ellos resultan imprescindibles para el desarrollo de la historia: son los personajes principales. Otros no cumplen una función tan importante en la narración: se trata de los personajes secundarios.

 

 

                                   Taller LÁPIZ CREATIVO

 

                                                           

 

 

martes, 21 de febrero de 2023

 

 


                                                               Edad para entender


Estudiaba urgida por el escaso tiempo que tenía para rendir un examen cuando llegó mi vecinito de cuatro años con “Solo una pregunta”: ¿Por qué no podemos ir a la Luna en avión?

Ante la urgencia y la edad del interesado, sólo pude explicarle la ley de la gravedad que, cuando lo pensé mejor dudé ¿A un niño de cuatro años? Pero quería seguir con mi estudio.

El pequeño escuchó muy atentamente, y al terminar mi exposición comentó: “Ahora entiendo”, y se fue.



                                                                                              AMI

lunes, 20 de febrero de 2023

 

      Paseo de verano


Llovía muy fuerte

Mientras yo esperaba

Bastante impaciente

Que el agua cesara.

 

Y apenas paró

Salí entusiasmada,

las aguas llevaban

gran correntada

que se acumulaba

en el gran playón

de atrás de las vías

de aquella estación.

 

Mas eso a mí

no me asustaría,

un poco de barro

que después se iría.

 

Así que atrevida,

sin mucha atención,

al poner mi pie

quedé sumergida.

 

Y en el piso embarrado

no pude hacer pie,

y alguien piadoso

me ayudó a salir,

tomando su paraguas

lo alargó hacia mí.

 

Quedó como un trapo

mi  bello vestido,

mandando el paseo

al total olvido.

              

Ami

 

domingo, 19 de febrero de 2023

 

 

Cada día, cada paso es una decisión propia, íntima.

Cada ser es artífice de su destino.

Puedo dormir toda mi vida culpando a los demás de mi suerte

 o puedo hacerme cargo de los resultados.

 

sábado, 18 de febrero de 2023

 

FRITZ Y EL COSECHADOR DE PIEDRAS

 

En el mes de octubre de 1968, cuando el calorcito comenzaba a hacerse sentir, don Julio, el doctor dueño de la finca “La Rinconada”, donde yo trabajaba por aquel entonces como peón “comodín”, me hizo llamar a la casa principal en la que él vivía la mayor parte del año. Fui a verlo no sin preocupación, pues lo había visto de lejos muy pocas veces y nunca había hablado con él. ¿Qué podía querer de mí? Me hicieron pasar a un saloncito con unos sillones muy bonitos y cuadros grandes y coloridos en las paredes.  

Cuando apareció don Julio me saludó con gesto paternal y como si fuésemos camaradas de largo tiempo. Me encomendó, en tono confidencial, que yo buscara alguna aventura interesante para un amigo suyo, suizo, que lo visitaba desde hacía unos días, al que ya lo habían paseado por los lugares conocidos e interesantes, como el Rincón del Indio, el Cañón del Atuel, la Laguna Encantada, las montañas y la Payunia, y que comenzaba a dar signos de aburrimiento ya que a ellos se les estaban agotando los recursos turísticos.

Me fui con la promesa de cumplir con su encargo y la incógnita de qué hacer para cumplirlo. Así, preocupado, entré al boliche a buscar inspiración en una copa de caña. De pronto, de un grupo de muchachos surgió un coro de carcajadas que interrumpieron mi pensamiento, por lo que don Paco, el bolichero, les amonestó:

¡No embromen así al pobre viejo, tengan un poco de respeto, caramba!

Todos se fueron riendo y hablando al mismo tiempo y sólo quedó la pequeña figura de don Rojas, con su escaso metro cincuenta de altura y sus cuarenta y cinco kilos de peso, el viejito que vendía piedras de afilar y que, según él, “cosechaba” en un lugar más allá del Cerro Negro.

Ellos se ríen –dijo el viejo con tristeza- pero es cierto, hay una ciudad colgada del cielo y un río que no moja más allá del cerro que da las piedras de afilar.

No les haga caso –dijo conciliador don Paco- son unos ignorantes.

–agregó don Rojas con tono resentido- creen que estoy mamao pero es la puritita verdá.

¿Serían las respuestas a mis preocupaciones? Así que le pregunté:

¿Usted se animaría a llevarnos a un amigo extranjero y a mí hasta ese lugar? Mi amigo le pagará muy bien.

El viejito lo pensó un buen rato, parecía sopesar los pros y los contras, hasta que al fin dijo:

Puede ser que acepte, pero hay una condición, tienen que hacer lo que yo diga. ¿Está claro?

Avisé al doctor y me presentó al suizo, que pidió que lo llamáramos Fritz. Al día siguiente muy temprano nos reunimos con don Rojas en su rancho al pie de los cerros, y antes de la partida puso sus condiciones:

No deben llevar nada de metal porque hay un cerro que se lo come, se lleva hasta las tachuelas de las botas, por eso lo mejor es ir de alpargatas. Tampoco lleven relojes, porque si no se los come los deja inservibles. Llevaremos sólo agua, y a las mulas las dejaremos por el camino y seguiremos a pie. Y a esas va a ser mejor dejarlas –agregó señalando la cámara de fotos y la filmadora del suizo.

Fritz no entendió lo que dijo nuestro guía y se lo repetí lentamente, aun así decidió llevarlas, por lo que don Rojas se encogió de hombros y partimos a lomo de mula.

Horas después llegamos a un lugar donde debimos dejar las cabalgaduras y las provisiones, y nuevamente el guía insistió con respecto a las cámaras pero el suizo siguió con ellas colgadas a su cuello. Así llegamos a un lugar desde donde se divisaba un cerro color gris ceniza en el cual, según nuestro guía, se cosechaban las piedras de afilar que allí brotaban y crecían. El suizo filmaba y fotografiaba todo mientras el viejito movía la cabeza con gesto de desaprobación.

Una hora después don Rojas dijo que era tiempo de que dejara las máquinas o el cerro que se veía adelante se las comería, pero el suizo se limitó a mirarlo con soberbia. El sendero que seguíamos era cada vez más escarpado y la brisa se transformaba en viento más y más fuerte. En ese punto nos detuvimos y don Rojas nos dijo que pidiéramos permiso al cerro para que nos dejara pasar. No creo en brujas, pero…, así que hice con todo respeto lo que me indicó, por las dudas; y como por arte de magia el viento cesó dando lugar a una agradable calma.

Ahí nos da paso –dijo el anciano- y de aquí en adelante vean lo que vean, oigan lo que oigan o huelan lo que huelan, no toquen nada o seremos pasto de los gusanos.

Algo más adelante, repentinamente Fritz era arrastrado por una corriente inexplicable, y el guía le gritó: ¡Suéltelo! ¡Dele al cerro lo que le pide!

Por eso soltó su máquina fotográfica, su cinturón, sus monedas y sus anillos, y todo volaba horizontalmente hacia un cerro rojizo que estaba a nuestra derecha; la filmadora quedó en su poder quizás por no tener partes metálicas. Y el suizo aseguró, casi en un rezongo: ¡Magnetismo!

Algo más adelante nos llegó un sonido como de cientos de voces femeninas que entonaban una coral increíble por su cadencia y armonía.

¿Walquirias? –preguntó Fritz. ¿Qué dice? –me preguntó el viejito, uniendo sus cinco dedos de una mano indicando incógnita, y como yo tampoco sabía se lo hice saber encogiéndome de hombros. Seguimos el sonido y llegamos a una hondonada cubierta de neblina, que al ir disipándose mostraba bellas mujeres que cantaban a coro y hacían gestos para que nos acercáramos, pero el guía indicó que siguiéramos. ¡Walquirias! – aseguró Fritz mientras filmaba.

También vimos una ciudad inmensa que pendía del cielo, dándonos la impresión de que se nos caería encima en cualquier momento. Ilusión óptica, por la luz del sol que proyecta una imagen sobre las nubes -dijo el suizo tratando de convencerse a sí mismo y aparentar sabiduría ante nosotros.

Posteriormente oímos unas estridentes carcajadas, imaginé unas brujas horribles que se reían de nosotros, seres sin más defensa que nuestra valentía, muy escasa en lo que a mí concernía.

Luego llegamos a un embarcadero que tenía veleros amarrados, muy ilógico si pensábamos que estábamos en una desierto semiárido en la zona del sur de Mendoza, tanto que el suizo no daba más opiniones de índole alguna y don Rojas, al igual que yo, guardábamos temeroso silencio, ante las muchas cosas que vimos, y que ya no recuerdo, pero que el suizo seguía filmando incansablemente con su camarita.

El miedo me invadía al acercarse la noche. De pronto nos envolvió otra vez el fuerte viento del principio y en un instante nos encontramos junto a las mulas. Quedamos en un estado de quietud por largo tiempo, como si nos hubiéramos congelado, cada uno ensimismado en sus propios pensamientos.

Fritz fue el primero en reaccionar. Rebobinó la cinta de su filmadora, y comprobó que las únicas imágenes grabadas eran de los cerros áridos y escarpados, los mismos que estaban frente a nosotros.

 

 

                                                    ASUNCIÓN IBÁÑEZ - 2014

jueves, 16 de febrero de 2023

 

LÁPIZ CREATIVO

 

1 – Es un taller de encuentro, donde compartimos ideas, consignas y trabajos.

2 – No es un taller dónde enseñamos técnicas, sino donde las practicamos.

3 – En cada encuentro compartimos algunos apuntes teóricos acerca del género a desarrollar.

4 - Sólo tomaremos pequeños ejemplos de grandes escritores, trataremos de “descubrir” cada ejemplo, de acuerdo a la necesidad del momento.

5 – No nos basamos en la memoria, sino en la creatividad.

6 – Con el ejercicio de escribir irá surgiendo el estilo de escritura de cada uno, con naturalidad, tratando de no seguir influencias externas.

7 – Si por alguna causa se perdiera una clase, se puede ingresar al encuentro siguiente, puesto que las consignas no son correlativas.

8 – Afirmar la confianza en nuestras capacidades, porque lo que escribe cada participante es único.

9 – No hacemos críticas que no ayuden al autor, validamos su esfuerzo, sólo reflexionamos juntos cómo podría orientarse en una construcción más clara.

10 – La finalidad de nuestro taller es desenvolver este arte de poner por escrito lo que tenemos dentro, escribiendo para un lector distante en el tiempo y el espacio, no sólo para sí.



 

 

martes, 14 de febrero de 2023

 


Consejo a mi hijo.


 

Vive tu vida, piensa que quizás estés aquí porque tú lo elegiste. Pero no debes perder de vista lo que sí puedes elegir de aquí en más: el modo de hacerlo.

 

Asunción- 2014



 

lunes, 13 de febrero de 2023

 

 

La niñez florece en mi alma,

hoy es un día especial.

Las risas y la alegría

toman todo por igual,

el júbilo de los chicos

y su gracia singular,

recuerda que aún somos niños,

¡Aún es tiempo de amar!

 

                               Alberto Coronel

sábado, 11 de febrero de 2023

 

aforismo 


El mayor sentido de libertad proviene de ser capaz de pensar, sentir y actuar con efectiva autenticidad, ya que el presente nos conecta con la fuente de la vida.

 


viernes, 10 de febrero de 2023

 

La metáfora 

Metáfora

 

Figura retórica de pensamiento por medio de la cual una

realidad o concepto se expresa diferente, con lo que lo 

representado guarda cierta relación de semejanza.

 

Ejemplos:

 

"‘La primavera de la vida” es una metáfora de la juventud.

 

“Carbones encendidos su mirada” por una mirada intensa.

 

                                        

 

 

jueves, 9 de febrero de 2023

 

A la Divina Madre

 

Divina Madre, amada Madre, gracias por este día brindado, gracias por la familia y los amigos que me acogen y quieren, gracias por poder brindarles mis trabajos, gracias porque los puedo diseñar, gracias por la lectura compartida, gracias porque pude limpiar mi departamento, gracias porque es hermoso este grupo de Cafh, amada Madre.

Les regalo esta rosa con rocío, para que su frescura acaricie nuestras mañanas, para que su blancura ilumine cada encuentro, para que su perfume inspire amor, esperanza, gozo.

Una rosa que despliegue sus pétalos con la delicadeza de la Naturaleza, que brinde la posibilidad de crecer, acompañarnos, ayudarnos, resplandecer. Que se abra con alegría y enseñanza, con potencia y dulzura.

Que abrace, así tan bella como es, a todo ser vivo que la busca y la acoge, y le brinda el palpitar entusiasta de un corazón renovado.

 

Gabriela Medawar, 12 de enero de 2023

 

miércoles, 1 de febrero de 2023

 

Poesía y humor

 

La gallina, el lodo y mi tía Matilda

 

Esa húmeda y fría mañana

mi espiritifláutica tía Matilda

con su viejo bolso marrón al hombro,

a grandes trancos, al campo se dirigía.

Iba en busca de la preciada gallina,

que un tiempo atrás le prometió

su prima Eulalia, la campesina.

Había llovido copiosamente,

las polvorientas calles de tierra,

se volvieron barro y charcos.

Pero a mi entusiástica tía Matilda

nada la detenía, cuando algo quería.

Calzada con sus enormes botines,

pues era bastante patona,

apuró el paso, ansiosa por llegar

sin preocuparse por el denso lodazal.

A cada paso se enterraba más y más

y se le hacía imposible avanzar.

A los gritos, llamaba a Eulalia,

para que la fuera auxiliar,

pero nada podía hacer la afligida mujer.

Ya sin poder salir del lugar

dejó enterrados sus viejos botines.

Furiosa, se juró a sí misma

que nunca más volvería

al ranchito de su generosa prima,

después de una intensa lluvia,

por más regalos que le prometiesen.

Y sus viejos y gastados botines,

enterrados en aquel barroso camino,

jamás le fue posible recuperar.

 

Nela Bodoc - 2021

  Reflexiones                                                                                                           CAMINO       ESPIRIT...