EL HUEVO
Después de muchas horas de viaje,
el regreso a casa me dio
felicidad.
Días vertiginosos, con muchos
ruidos,
personas y lugares.
Mi perrita me recibe entusiasmada
con saltos de bienvenida.
Extrañaba el silencio de mi
casita,
el olor de mis cosas, cuidar mis
plantas.
Vacaciones soñadas en México,
con un final satisfactorio y
alegre.
¡Oh! hace mucho que no pruebo
bocado.
Necesito alimentarme.
Busco algo y veo que nada hay,
solo un triste huevo que me mira
desde la puerta de mi heladera.
Creo que me regala una sonrisa,
-Ven conmigo huevito lindo- le
digo
y ahí no más lo puse en un
sartén.
Revuelvo en la mochila y
encuentro
unas galletas medio molidas,
me pareció un festín y fue
suficiente
para calmar la fiera del hambre.
Regresar es la culminación de
todo viaje.
Ana María Muñoz 2023
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