Jardín de la
esperanza
Estoy sola, orando. Siento el palpitar de mi corazón, el
respirar pausado de mis pulmones tranquilos.
Ilusionada, buscando la novedad de alguien que golpea la
puerta, abro la salida de mi departamento, y un jardín maravilloso se despliega
frente a mí.
Flores de distintos colores, tamaños y texturas. Se
distribuyen por doquier. Se encuentran entre ellas violetas, margaritas,
lavandas… ¡Hay tantas!
Un camino de piedra laja me invita a recorrerlo. Mis pasos
son cuidadosos, curiosos, asombrados por lo que les rodea. Aromas, perfumes
variados acompañan, junto con una brisa primaveral y un cálido sol de amanecer.
¿Quién diseñó este jardín tan hermoso? ¿Cómo lo armó? ¿Cómo
comparto con mis amigas esta nueva caricia?
Me siento sobre un tronco a un costado, me enderezo y miro
al cielo, elevo una oración a la Madre Divina. Miro con suavidad y asombro cada
rincón, cada mata de flores, cada rayo de sol que se llena de colores.
Saco mi cuaderno y dibujo con una dedicatoria para mis
amigas, no puedo cortar ni un pétalo.
Y ese sendero que me guio bajo el sol, me pide que salude
con amor y regrese a mis tareas diarias.
Así hago, con una poesía, un perfume y un color, para cada
amistad, para cada llamado de esperanza.
Gabriela Medawar - 2023
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