ELEGIR POR EL OTRO
Hay quienes creen conocer a un artista a través de una sola de sus obras.
Dos amigas atendieron su negocio durante treinta y tres años en el mismo lugar, dónde la población del barrio se abastecía de pequeñas cosas de uso cotidiano.
Una vez jubiladas tomaron la decisión de retirarse y comenzaron a informar a su clientela que dejarían la actividad en seis meses, y que si no lograban venderlo simplemente cerrarían.
En ese tiempo aparecieron infinidad de interesados en comprar el negocio, “para que lo atienda mi esposa” “para que lo atiendan mis hijos” o para atenderlo ellos con alguien más a quien no habían consultado.
El negocio cerró
en la fecha fijada pues ninguno de los elegidos aceptó el magnífico trabajo que
su bien intencionado benefactor le ofrecía.
Asumi – 2009
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