Presagio
Una nube de
polvo cubrió la ruta.
Detuvo el
coche y se apeó.
El silencio
pesaba esa tarde de verano.
Era la hora
de la siesta.
No había
canto de pájaros.
Ni una sola
hoja se movía en los árboles.
Esa quietud
era un presagio,
Sintió un
extraño ruido bajo sus pies.
El llamador
de ángeles bailaba la danza tan temida.
Nela
Bodoc – 2024
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