APRENDER A AMAR
El amor se ejercita y se aprende del mismo modo que se aprende y se ejercita el respeto.
Naomi, una pequeña de primer grado lucía orgullosa un cartelito que le había dado su maestra que decía “Buena compañera y solidaria”. Aclaró que se la habían dado a todos, por lo que sus padres se sonrieron puesto que la solidaridad no es el fuerte de la pequeña, ella reaccionó diciendo: “Sí, yo presto mis cosas” a lo que su mamá preguntó “¿A Dalma también?”, y contestó “No porque ella no pide”, entonces le aclararon que ser solidaria es ayudar sin que se lo pidan, y ella contestó con un “Ah” que indicaba su desconocimiento sobre el tema. Solidaridad es amor, es lo que damos sin que nos lo pidan.
Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que el amor es algo que no se pide, no se exige, no se regala ni se impone a los demás ni a nosotros mismos. Es algo que se construye cada día, deseándolo y expandiendo el círculo de lo que amamos.
Un acto de amor es
un grano de arena en una flor. No en el mar ni en el desierto, pues es único e
irrepetible en cada ser.
Asunción – 2003
¡Qué hermoso, Marta! Muchas gracias, lo voy a compartir con mis compañeros de Hogar. Abrazo fuerte fuerte.
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