miércoles, 16 de abril de 2025

 


                    Un sueño gracioso

 

Recuerdo un sueño que tuve a los catorce años, por lo gracioso. Me desperté angustiada porque lo sentí muy real.

Pero, todavía me hace reír cuando lo recuerdo.

Esa noche, como casi todas las veces, me dormí pensando en un chico, amigo de mi hermano, un año mayor que yo. Eugenio, que así se llamaba, era muy lindo y aunque él ni me registraba, no me lo podía sacar de la cabeza...Yo era casi invisible.

Así fue que tuve el sueño en cuestión, .tan nítido, que dudé si no sucedió de verdad.

Había convencido a mi hermano mayor que me llevara con él a un picnic que había organizado con su barrita de amigos, entre los cuales estaba Eugenio.

Llevaba puesta una blusita blanca con flores bordadas y una faldita tableada, convencida que, esta vez, no iba a pasar desapercibida.

Aclaro que en aquella época, las chicas no usábamos pantalones, aunque fuéramos al campo. Tampoco para hacer gimnasia.

Íbamos por el campo, caminando con cuidado por un terreno irregular con algunas plantas espinosas, buscando un lugar .apropiado donde desplegar las mantas y las provisiones.

Nos encontramos con una zanja, por la corría un hilito de agua. Al cruzarla, resbalé debido a sus bordes barrosos, enterrando un pie, junto con mi blanca zapatilla. Al tratar de pararme, trastabillé y quedé tendida, boca abajo, con la falda levantada y mis calzones a la vista.

Al erguirme bruscamente, terriblemente avergonzada por las risotadas de todos, especialmente la de Eugenio, se me enganchó la falda en un alambre suelto, parte de un cerco vecino. Y allí quedó mi linda faldita.

Nadie vino en mi auxilio. Todos, de cúbito dorsal, se retorcían de la risa.

Traté de sacarme el barro, restregando el calzado, sobre los yuyos que me rodeaban. No quería ni levantar la mirada suelo.

Era tanta la angustia, la vergüenza y la rabia que desperté bañada en lágrimas y tremendo nudo en la garganta.

Tanto me había afectado la pesadilla que me sirvió parar dejar de interesarme en el ingrato y pude superar mi adolescente obsesión.

 

Nela Bodoc – 2025

 

 

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