lunes, 2 de junio de 2025

 

Fábula

 

El Faro y el mar

Una tarde de verano cuando aún el sol no se escondía, el mar estaba muy enojado, sus mareas lo demostraban así, golpeando fuertemente sus olas contra el Faro que estaba aún apagado. Los barcos apenas podían flotar con tanto oleaje.

Al ver esto el bondadoso Faro, siempre atento y expectante le preguntó qué le pasaba, ya que la luna no había cambiado para que él se pusiera así de bravo.

-Estoy muy enojado- Dijo el mar haciendo romper fuertes olas sobre la playa. – En el día de ayer los barcos decidieron no navegar por mis aguas porque venía una supuesta tormenta que nunca llegó, estuve todo el día muy aburrido… a vos te tiene que haber pasado lo mismo –dijo- Por la noche no tuviste a nadie a quien guiar, o sea, perdiste tu energía prendiendo tu luz iluminando el camino en vano- y volvió a reventar una gran ola que dio vuelta una pequeña embarcación.

El Faro al ver esta furia tan dramática del Mar, trato de calmarlo minimizando el problema. -Haya o no alguien a quien guiar, enciendo mi luz y te ilumino a vos que te veo a veces tan pacífico y otras con tantas olas que vienen y van, disfruto mucho eso. Pero la verdad que lo que estoy viendo hoy no me gusta, porque a pesar que no hay tormentas que pongan en peligro las embarcaciones, estás tú tan furioso que haces peligroso el navegar, seguramente mañana nadie querrá salir otra vez por estas olas tremendas que estás generando.

El Mar se quedó quieto pensando lo que le decía el Faro. –La verdad tienes razón, ayer no disfruté el día pacífico que había, pensando en mí enojo porque estaba aburrido, sin darme cuenta que siempre estás conmigo, acompañándome, ahí firme y en silencio, solo observando.

Claro- Dijo el Faro –Hay que aprovechar cada momento que es único, no lo dejemos pasar pensando que podría ser mejor. Vivamos cada instante.

 

Moraleja: “Hay que vivir el presente sin pensar ni engancharse con lo que pasó ayer.”

 

Laura Mondati

22/05/2025

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexiones     Durante muchos años dediqué mis horas de lectura a las biografías. Ejercía sobre mí una especie de fascinación ver c...