Despidamos este año 2022 que tantas enseñanzas nos ha dejado y
recibamos al 2023 con nuestra mente y nuestro corazón abiertos a lo
nuevo, rodeados de amor.
Taller Lápiz Creativo
Este Taller es un espacio de escritura creativa, diseñado para las actividades de extensión Cafh Argentina 6
Fábula
Orgullo y libertad
En un pastizal brillante de luz y verdor, vivían caballos y yeguas, felices, en libertad. Todos muy hermosos y llamativos.
El pura sangre inglés reboleaba sus crines rojizas porque se sabía bello y estaba orgulloso de su estampa; le gustaba a casi todas las yeguas que andaban pavoneándose a su alrededor.
Los más viejos aconsejaban: “No muestres toda tu fuerza, ni siquiera tu pelaje limpio. Viene el hombre y te convierte en su esclavo” “A mí no van a poder atraparme”- decía el pura sangre y pensaba “Además de bello soy rápido como el viento”
Un percherón que había sido descartado por viejo y enfermo, le recordaba- “Al final te traen acá, pero mientras tanto, te alejan de la manada, no vas a ver más a tus potrillos ni a las hembras que tanto te gustan”
Harry, así se llamaba el pura sangre, no escuchaba. “Vamos Yamila a pasear lejos de este viejo” La yegua árabe, sensible y elegante hablaba con Harry de todos los prados que visitarían juntos. Ella conocía las lagunas y los ríos, le gustaba el agua.
Algunas de las otras hembras andaluzas eran las mamás de los hijos de Harry y de los otros animales soberbios. Les contaban a sus potrillitos: “El caballo, nosotros, hemos sido imprescindible en la historia de los humanos” -los chiquitos preguntaban “¿Qué es un ser humano?” y ellas respondían: “Unos que andan en dos patas, con un látigo en la mano y pinches en sus pies. Mejor, si ven alguno así, salgan corriendo y se esconden detrás de esas matas” Los caballitos decían que sí con sus cabezotas, pero no entendían bien qué querían decirles sus mamás. Las bestias despertaron del sopor y pararon las orejas en señal de alarma.
“Miren qué hermosas criaturas, parecen pura sangre” dijeron unos hombres que venían a caballo.
”Por supuesto” -dijo el negro- “Somos perfectas dijeron las andaluzas” y la yegua catalana asintió con relinchos suaves. “Vamos a buscarlos” dijeron los hombres y se lanzaron al galope y a los gritos a enlazar a los animales que huyeron en todas direcciones.
Ante tal imagen, los chiquitos quedaron espantados y no se movieron. Las mulas viejas y jubiladas de los quehaceres con humanos, no se conmovieron, se espantaban las moscas con un perezoso movimiento de su cola. Se detenían a arrancar manojos de hierba tranquilas sin apuro.
Finalmente, después de
horas de corridas y griterío, los hombres enlazaron a los caballos más fuertes
y llamativos y los obligaron a entrar a un corral.
“Ahora van a ver” decían
los viejos.
Empezó la doma a latigazos, les golpeaban los vientres con las espuelas de metal. Todos los caballos arqueaban el lomo, relinchaban protestando, algunos tiraban a sus jinetes y reían contentos creyendo que habían triunfado.
Pero, día tras día volvía a empezar el ritual de la doma, hasta que, al fin, doloridos y cansados, doblaron la testuz y aceptaron a sus “amos”.
Los caballos son fieles a sus comprensiones y cuando se sintieron doblegados, decidieron que su suerte estaba echada.
Se empezaba a vislumbrar una posible comunicación entre las razas. Los animales entendían a los humanos y se decían “Es en vano que hostiguemos a los hombres”. Se acercó una mula y le decían “Nos preservaron para la humillación y el trabajo”
A veces se les suavizaba
el gesto cuando una mano suave los acariciaba.
Y así, entendieron lo que
los viejos les habían aconsejado y sus corazones palpitaban olfateando el
perfume de la libertad perdida.
Clara Molina
Amanecer
Abrió los ojos. El sol radiante iluminaba su dormitorio.
Recordó que era el día de Navidad. Pero ella estaba sola. No había árbol, ni
regalo, ni familia con quien reunirse.
Y pensó en los que estaban lejos, imaginó un abrazo y un
beso. A cada familiar, a cada amigo y amiga.
Y floreció la amistad, el amor, todo el mundo estaba en ese
despertar.
Caminante
Toma una bolsa grande, en ella va echando todo lo que ya no
le es útil:
Adornos viejos…
Prejuicios…
Resentimientos…
Dolores…
Recuerdos…
Disfraces…
Máscaras…
Cierra la bolsa, la carga sobre su hombro y asciende hasta
el cráter de un volcán, y allí, con un adiós, la arroja hacia la lava que la
recibe con sus fauces candentes.
Y regresa, más liviano, se siente más libre.
Asunción
NAVIDAD
Día calmo, día de ensueño.
¡Bella conmemoración!
Se escucha el grito de vida,
un llanto pleno de amor…
Y con él, la nueva historia,
ha nacido el redentor.
Con él, la hermosa palabra,
su siembra será el amor.
Y pasaron dos mil años,
aun se alza su voz
por los débiles y humildes,
los sanos de corazón,
un manto bello, un abrazo,
como un rayo de fulgor,
es la doctrina de vida
del maestro del amor.
Hoy comprendo ese momento
y me vuelvo a mi interior…
Y te busco, estás vivo,
siento tu fuerza y calor.
Seguiré siempre tu ejemplo
y propagaré tu voz.
Llena de amor llevo el alma
llena de vida y amor.
Alberto Coronel.
SOLEDAD
Esperando en soledad
la llegada de un abrazo,
la mujer entristecida mira
y busca algo allá abajo,
nubes de tempestad que rompe un
rayo
manifiestan su rechazo.
Ella quiere intervenir y correr
hacia una sombra, la sombra de
una visión,
la sombra que cruza hacia las
chispas
que brillan entre las espesas
ramas…
¡Qué confusión más amarga
la que vive aquella niña
imaginando ese mundo
que brilla, que tiene alma!
Pero a ella no le llega ni la
rosa,
ni el perfume, ni la sombra, ni
las llamas,
ni la calma.
La joven mira asombrada
la luz que brilla allá abajo,
es un cuadro retorcido
de rincones y de atajos.
Nunca sabrá si escondido,
se quedó algún recuerdo
de sonidos y de besos.
Clara Molina - 2022
Microrrelato
Bodas
de acero
Miró por la ventana su jardín, la noche anterior había caído una fuerte
nevada.
Preparó un chocolate caliente para los dos.
Él se despidió con un beso y salió apresuradamente.
Envolvió cuidadosamente el saco de lana que había tejido
para él. Se lo entregaría esa noche, cuando estuvieran todos reunidos.
Sonó el timbre. Al abrir se encontró con un espléndido ramo
de rosas, seguido por una helada ráfaga.
Agregó un leño en la chimenea que iluminó su sonrisa.
El entró con una enigmática expresión. Sacó de su bolsillo
un pequeño estuche azul y se lo entregó - ¡Feliz aniversario, mi amor!
Nela
Bodoc - 2022
Las joyas de
mi Corona
Yo amo la libertad,
mi libertad de vivir,
sintiéndome en cada paso
una mujer empoderada,
que camina
respetándose su ritmo,
sin pensar en el pasado,
sin miedos en el presente,
con ganas de sonreír.
De seguir siempre adelante
con esfuerzos malogrados
Pero al fin ¡Qué resultados!
me dio la vida a su tiempo:
Tres hijos y muchos nietos
todos hermosos. Todos libres como
yo,
dando sus pasos al tiempo.
Su consciencia es admirable
¡Cómo respetan la vida!
Y todo lo que la tierra nos da.
Son honestos, resilientes,
y se ven independientes.
Libre albedrío se llama
las joyas que Dios me dio.
Clara
Molina - 2022
NO PERDER EL TIEMPO
He considerado al tiempo como a un bien ganancial. Pensé que podía utilizarlo, ganarlo o perderlo, de acuerdo a lo que hiciera, o sea un bien sometido a mis interpretaciones del momento.
Así aprendí a hacer dos cosas distintas a un tiempo, como escuchar el noticiero durante el desayuno, tejer mientras veía televisión o leer mientras descansaba los pies.
La costumbre transforma en cultura los actos repetidos y determina qué está bien y qué está mal.
Aprendí y conseguí el estrés.
AMI
Reflexión
He compartido tiempos históricos con genocidas, estafadores, y demás seres que hacen su vida como dueños del mundo y su contenido, incluyendo a la humanidad, pero quizás ellos sean quienes hacen posible que muchos otros puedan ser la luz que muestre el camino.
Y cada ser con
el que he compartido este espacio-tiempo ha sido mi educador, por el bien
deseado o el mal indeseado, y doy gracias a Dios por ello.
Asunción - 2010
CAMBIAR
He pasado la mayor parte de mi vida tratando de cambiar, como si fuera la consigna de mi existencia. Y tal si fuera una creación del Dr. Frankestein, no sé cuál de todas las partes es original, o sea que no sé quién soy, si es que ese saber sirve para algo.
He tratado de adelgazar, de saber, de creer, de leer, de cuestionar, de que mi pelo sea ondulado, o rubio, de que me aprueben, de que me consideren, de que lean lo que escribo, de que sepan quién soy, y he perdido de vista lo anhelos de aquella niña que se recostaba sobre la hierba en las noches de verano, tejiendo sus sueños a la luz centelleante de las estrellas y los pequeños flashes de las luciérnagas, oyendo la música del agua en las acequias y el suave roce del viento en los sauces.
No sé si soñar es ser, pero al
menos generaba mis propios anhelos.
Iris Nelly - 2015
MI PANCITO DE PALABRAS
Me pidieron que creara
y amasé una poesía.
Le puse gotas de polvo
de mi tierra mendocina,
la perfumé con el viento
y el olor de la jarilla,
y la dejé que leudara
bajo una luna de plata.
La adorné con el calor
de este sol cálido y ardiente.
La adorné con flores rojas
y con ramas de canela.
Le hice una cuna verde
para que no pierda su esencia.
Mi pancito de palabras,
ya está listo.
Ya me voy…
Clara Molina - 2022
ANCIANIDAD Y SABIDURÍA
Hay algo peor que llegar a viejo y es no
llegar.
Mi padre fue a la escuela solo lo suficiente para aprender a leer y escribir, y a partir de entonces fue autodidacta, y sin haber leído a Sartre, ni haber conocido a Camus, Kierkegaard o Nietzsche, era en la práctica un existencialista en cuerpo y alma, que cumplía acabadamente con lo que pensaba y sentía, tratando de transmitirlo a los demás con muy pocas palabras.
Enseñaba a mi hermano y a mí el respeto por todos los ideales, por todas las creencias y por todas las religiones, tratando de que no temiéramos ni veneráramos a los hombres que los encarnaban: “los ideales que rigen a la humanidad nacen casi perfectos –decía- pero los hombres se encargan de no cumplirlas acabadamente”.
No sé si fue un anciano sabio,
pero sí un hombre que vivió de acuerdo a su modo de pensar y murió conforme,
sencillamente habiendo agotado su tiempo.
Asunción Ibáñez - 2013
ESCRIBIR
El idioma escrito lo aprendimos cuando éramos niños, por lo tanto sabemos escribir. Ya tenemos un gran trayecto recorrido.
La idea es que practiquemos, para ello nos proponemos incursionar en la anécdota, el caso, el chiste, la leyenda, la poesía, el dialogo, el ensayo, la fábula, el cuento, la biografía, el resumen, la evaluación, y más.
No siempre podemos escribir sobre lo que no conocemos, por lo que un recuerdo, una anécdota familiar, el trozo de una conversación o ver un bello paisaje pueden ser disparadores para una buena historia.
Podemos crear situaciones partiendo de lo conocido, y lanzarnos a lo desconocido ¿Qué otra cosa es la ficción, o la ciencia ficción? Y encarnar a un personaje de sexo opuesto al nuestro, o imaginar un ser de otro planeta… todo se puede si se cultiva la creatividad.
Escribir nos permite ponernos en la piel de otro. ¿Cómo siente un místico? ¿Cómo siente la mamá de un condenado? ¿Cómo siente una novia frente al altar? ¿Y un niño pobre frente a la vidriera de una juguetería?
El cuento tiene un narrador.
Esto nos da la posibilidad de proyectar en él o en el personaje todo lo que
se nos cruce por la cabeza: recuerdos, mandatos, enojos, aspectos “tapados” de
la personalidad, prejuicios, etcétera. Escribirlos nos permite dejar aflorar
estos sentimientos, o sea: reconocerlos.
Taller LÁPIZ CREATIVO
Reflexiones CAMINO ESPIRIT...