NO PERDER EL TIEMPO
He considerado al tiempo como a un bien ganancial. Pensé que podía utilizarlo, ganarlo o perderlo, de acuerdo a lo que hiciera, o sea un bien sometido a mis interpretaciones del momento.
Así aprendí a hacer dos cosas distintas a un tiempo, como escuchar el noticiero durante el desayuno, tejer mientras veía televisión o leer mientras descansaba los pies.
La costumbre transforma en cultura los actos repetidos y determina qué está bien y qué está mal.
Aprendí y conseguí el estrés.
AMI
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