Tanka
Por la paz.
No a la guerra
La niña sonrió
mirando al
soldado.
Bajó las armas
con tristeza
amarga
apretó el
gatillo.
Clara Molina - 2024
Este Taller es un espacio de escritura creativa, diseñado para las actividades de extensión Cafh Argentina 6
Vivencias
PERTENECER
A LAS MINORÍAS
Carmen cursó su
enseñanza secundaria en turno nocturno, cosa no muy corriente en los años
sesenta, fue una de las dos primeras mujeres egresadas en la de ciudad San
Rafael en el turno noche.
Esto le hacía pertenecer a una minoría dentro de otra minoría, ser mujer en una gran mayoría de hombres y concurrir en un turno al que solo asistían los que trabajaban durante el día.
Otro profesor
gastaba su hora en hablar de fútbol o alguna otra conversación semejante pues,
según decía “¿Ustedes para qué quieren química? Si de aquí ninguno va a ir a
Carmen guarda un sereno recuerdo de quienes la aconsejaban y movilizaban hacia la responsabilidad en su vida futura, motivándola a abrirse hacia otras expresiones como modo de ampliar el conocimiento. Y agradece el haber podido defender sus derechos de acuerdo a sus convicciones.
Asunción – 2005
APRENDER A AMAR
El amor se ejercita y se aprende del mismo modo que se aprende y se ejercita el respeto.
Naomi, una pequeña de primer grado lucía orgullosa un cartelito que le había dado su maestra que decía “Buena compañera y solidaria”. Aclaró que se la habían dado a todos, por lo que sus padres se sonrieron puesto que la solidaridad no es el fuerte de la pequeña, ella reaccionó diciendo: “Sí, yo presto mis cosas” a lo que su mamá preguntó “¿A Dalma también?”, y contestó “No porque ella no pide”, entonces le aclararon que ser solidaria es ayudar sin que se lo pidan, y ella contestó con un “Ah” que indicaba su desconocimiento sobre el tema. Solidaridad es amor, es lo que damos sin que nos lo pidan.
Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que el amor es algo que no se pide, no se exige, no se regala ni se impone a los demás ni a nosotros mismos. Es algo que se construye cada día, deseándolo y expandiendo el círculo de lo que amamos.
Un acto de amor es
un grano de arena en una flor. No en el mar ni en el desierto, pues es único e
irrepetible en cada ser.
Asunción – 2003
Caso
Un
bovino en un campo verde rodeado de arbustos y árboles, apoyaba su testuz sobre
un poste.
La piel
del animal es blanca y marrón, con formas irregulares.
Tiene
cuernos incipientes, pequeños, lo que indica que tiene poca edad, que es un
novillo. De aspecto sano, bien alimentado y cuidado.
Anécdota.
¿Qué
hace la vaca?
Salió Juan a caminar por el prado y encontró
un novillo apoyando su cabeza sobre un poste, se acercó a él para ver si había
algo que lo retuviera en esa posición, y no, al parecer no había causa alguna.
Se acercó cautelosamente, lo acarició, y el
animal permaneció inmutable, sin alejarse del poste ni por un instante.
Pensó que algo más grave le sucedería, así que
lo empujó para alejarlo del madero y el vacuno, ahora sí, levantó un segundo su
cabeza y lo miró, Juan pensó que era una
mirada indiferente y casi despreciativa, y luego el vacuno volvió a su posición
inicial.
¡Má sí –dijo Juan- arreglate como puedas! Y se
alejó del lugar, aunque el tema siguió dándole vueltas en su cabeza. ¿Estará
enojado? ¿Su mamá lo habrá retado? ¿Estará en Penitencia? Bueno, ha de ser
cosas de vacas que yo no entiendo –se dijo encogiéndose de hombros mientras se
alejaba del lugar.
Asumi – 2022
Consigna:
trabajar sobre la imagen de un vacuno apoyando su cabeza sobre una columna.
a) Caso. Objetivamente.
b) Anécdota: subjetivamente.
LAS
CREENCIAS
Creemos que lo que nos enseñaron es cierto, como creemos que es cierto lo que deducimos y lo que suponemos.
En tiempos en que la juventud parece ser una elección y no un estado natural, las personas pasamos de ser los que nos quejábamos de “los viejos” que no nos dejaban lugar en la sociedad, a ser los “jóvenes con experiencia”, donde “jamás dejaría a un jovenzuelo inexperto que tomara decisiones de vital importancia”.
Una señora de más
de setenta años comentaba lo desagradable que le resultaba cuando los
periodistas daban las noticias con frases como “una anciana septuagenaria”, y,
decía evidentemente molesta, “yo no me siento anciana”, por lo que su esposo le
hizo notar con cierta picardía que parecía no haberle molestado que un joven le
cediera el asiento en el transporte público, a lo que ella agregó, con una
sonrisa, “Ah, bueno, eso es otra cosa, si él me lo quería ceder…”
Asunción -2003
LA ISLA DEL SILENCIO
Parte III
En la enorme y hermosa sala que antes estuviera en penumbras brillaba ahora una tenue luz intimista y se percibían los acordes de una música indescriptible y de gran belleza que me hizo pensar en mi infancia cuando practicaba violín, no por lo bien que yo ejecutaba sino por mi dedicación a imaginar cuál era el instrumento que en cada momento se destacaba. Descubrí que, al pensar en el violín me llegaban acordes que parecían haber partido de uno muy próximo, probé una vez más y pensé en un gran coro, y una coral bellísima me inundó, entonces comprendí ¡la música estaba dentro de mí!
Comencé a observar el contenido de aquella habitación, mientras “oía” dentro de mí la música que deseaba, en el instrumento que imaginaba, aun en aquellos que nadie había inventado. La sala contenía algunos objetos tan extraños como la camilla en que me atendieron, pues ninguno de los que parecían muebles estaba apoyado sobre el piso ni colgado de parte alguna. Había estantes semejantes a bibliotecas, con lo que se podía asociar a libros, pero de una consistencia mucho más sutil y al fijar mi vista en ellos podía percibir su contenido directamente en alguna parte de mi cerebro.
Así conocí la historia de este pueblo, según un “tomo” de color sepia que atrajo mi atención: hace millones de años vivían en esta misma tierra, que era entonces una isla de la Atlántida. Sus habitantes provenían del Continente de donde eran desterrados por carecer de color en su piel ya que eran distintos, tanto en características físicas como en carácter. Mientras los isleños vivían protegiéndose del sol dado que la falta de color en su piel les dañaba enormemente, construyendo su ciudad semi sumergida en la arena en tanto se dedicaban al estudio y desarrollo de las ciencias utilizando sabiamente la energía solar y armonizando con su entorno, los originarios del continente de piel negra o morena se tornaban cada vez más agresivos, sometiendo y esclavizando a los pueblos de otros continentes con una gran capacidad tecnológica orientada hacia la guerra.
Los gobernantes de la Atlántida utilizaban también su poderío para alterar la naturaleza en su beneficio, rompiendo su equilibrio una y otra vez, hasta que una gran hecatombe sumergió a su tierra en las profundidades del Océano mientras se elevaban partes del fondo rodeando a la isla de Urm que quedó incluida en la Patagonia, tierra agreste e inhóspita, donde se refugiaron unos pocos sobrevivientes de los altivos atlantes de piel oscura.
Puse mi atención en otro “tomo” que detallaba las especies botánicas de “la isla”. Todas las especies tenían su origen en épocas remotas que presumo podría contarse en millones de años. De alguna manera las plantas tienen una comunicación con los seres pensantes y una relación simbiótica con ellos ya que absorben sus desequilibrios orgánicos ¿qué otra cosa son, si no, las enfermedades? que por alguna razón que no puedo entender se transforma en su alimento o su fuerza. También proveen de energía a los embriones de todos los seres pertenecientes al reino animal.
Ensimismada como estaba no oí a mi amigo hasta que estuvo junto a mí, aunque lo de oír es un modo de decir puesto que allí no había sonidos externos, quien se ofreció a guiarme en una vuelta por la isla, que aunque está dentro del continente es realmente una isla. Salimos de la habitación y accedimos a jardines impresionantes, con árboles, arbustos y hierbas que parecían salidas de un cuento de hadas por su extraordinaria belleza y colorido. Volvió a aparecer el perro cubierto de escamas que me hizo una gran cantidad de demostraciones de alegría como si fuéramos viejos amigos, lo acompañaban otros semejantes pero más desconfiados. También se acercaban a mirarnos unos felinos muy extraños, con ojos rojos y piel violeta, totalmente carente de pelos. Y la mayor curiosidad la proveyeron los dragones, de variados tamaños y colores, esos seres que consideraba mitológicos de grandes cuerpos y pequeñas alas, que volaban sobre nuestras cabezas con aire amistoso e intercambiaban chorros de fuego entre ellos con actitud juguetona, demostrando que sí han existido y, es más, aún existen.
Urizem me explicó que las pinturas y las leyendas que hablan de dragones en todas las culturas de la tierra provienen de que algunas veces estos animales, juguetones y pacíficos, salen movidos por la curiosidad de las islas que hay diseminadas en todo el planeta e incursionan por lugares alejados de las grandes ciudades donde hay pocas probabilidades que sean avistados, pero a veces sucede. Además hay diferentes especies, lo que hace la diferencia, como sucede entre las representaciones de China con las provenientes de Europa o América.
“¿Y ustedes – pregunté – salen de la Isla alguna vez?”
“Generalmente no, solo de noche y con grandes precauciones y por extrema necesidad – contestó – por ahora las condiciones no están dadas. Hay personas muy especiales que nos visitan voluntariamente, otras, como en tu caso, accidentalmente y algunas otras, que son las menos, contra su voluntad, y lo hacemos para tratar de cambiar su comportamiento, puesto que de la supervivencia del Planeta depende también nuestra supervivencia. Luego borramos de su memoria el tiempo de su estadía aquí y son devueltos a su medio”
“¿Cómo lo hacen?” – pregunté cada vez más intrigada.
“Ya sabe – dijo, y por primera vez rió – luego hay versiones de extraterrestres y hasta algunos hablan de vampiros de rostros blancos y ojos brillantes…”
Esto me causó mucha gracia, luego mi amigo me dijo: “Es hora de que regrese y haga bien su trabajo, creo que es muy necesario para apoyar a la gente que realmente se preocupa por el futuro. - y agregó – Bien, ¿guardará nuestro secreto en lo más profundo de usted o prefiere que se lo borre de la memoria?
“¿Y por qué, si puedes borrarme todo lo que aquí he visto y aprendido no lo haces sin mi permiso y corres un riesgo tan grande?”
“Esa es su elección, se lo ha ganado - respondió Urizem - si no hubiera estado abierta y sin juicios no podría haber visto ni aprendido nada, por lo que solo sería necesario borrarle la imagen de que estuvo aquí, y únicamente podría llegar a recordar algunas cosas en sueños, a los que consideraría irreales, aunque aun así le ayudarían. Mas ha venido en son de paz, en ningún momento ha pasado por su mente sacar provecho de lo que ha visto o de lo que tenemos, sólo le ha guiado una curiosidad sana, y eso le da derecho a que reitere mi pregunta: ¿Guardará el secreto de nuestra existencia?”
Sonreí, toda palabra era inútil, pues ese ser sabía más de mí y de mis intenciones que yo misma, así que quedaba en sus manos.
Nos dirigimos a la sala principal y allí esperamos la hora propicia para partir. Aparecieron dos seres más, que según me informó Urizem habían sido quienes me rescataran el día anterior, además llegó el perro que se había hecho mi amigo, otro animal semejante a un gran cangrejo pero de patas como los alacranes y un ave parecida a un murciélago con pico como ave de presa y ojos rojos, los que serían parte de nuestra expedición.
Salimos al bosque multicolor con perfume a chocolate y de allí a una pared rocosa de aspecto impenetrable que cedió al sólo contacto de la mano de uno de mis acompañantes, e inmediatamente nos encontramos en el frío desierto de arenas iluminadas por la Luna. Inmediatamente todos comenzaron a trabajar en equipo: el extraño pájaro comenzó a emitir ondas de radar y cuando detectaba algo bajo la arena dejaba como marca un punto rojo brillante, el perro corría hasta el lugar señalado y comenzaba a escarbar con sus patas y luego el cangrejo levantaba delicadamente con sus pinzas mis pertrechos depositándolos en manos de los hombres que las tomaban como acariciándolas y haciéndolos funcionar nuevamente como si nada les hubiera sucedido. En poco tiempo tenía todo mi equipo reunido y en condiciones.
Llegó la hora de la despedida, sentí su afecto muy sólido traspasar mi ser dejándome una gran sensación de felicidad y paz. Urizem me dijo: “Siempre será bienvenida si mantiene su actitud. Nuestro pueblo la ama” Dieron media vuelta y enseguida desaparecieron tras las rocas.
Quedé
en ese estado largo rato. Poco a poco fui saliendo de mi ensimismamiento y
comencé a pensar en lo vivido en las últimas horas. Me di cuenta que podría
haber preguntado muchas cosas más, saber cuánto tiempo viven, de qué se
alimentan, si pueden emitir sonidos, si los emiten y la ciudad los acalla, y
entonces advertí que se estaba despertando mi mente especulativa. Agradecí la
experiencia vivida y me alejé hacia mi campamento a recomenzar mis estudios y
cumplir mis promesas con los amistosos habitantes de la isla y mis compromisos
con quienes me contrataran.
FIN
Asunción Ibáñez - 2013
“El
tema de las ciudades invisibles está ligado a la mitología, las leyendas y
textos de la antigüedad a los que hacen referencia las culturas de todos los
continentes. Contadas por viajeros, exploradores, navegantes, estos pueblos
míticos están habitados por extrañas criaturas, celestiales o diabólicas, que
colman el imaginario de la mente colectiva; se sostienen y mantienen a través
de la literatura, las historietas, el cine, la televisión y siempre nos siguen
acechando durante las horas de sueño profundo, enviándonos extraños mensajes
mediante símbolos que no siempre la mente consciente sabe descifrar”. Juan
Coletti - 2009
Leonela
En 2024 vivimos
una crisis aguda de toda índole: económica, política, social, relacional, y
más. Que no es nueva, pero como todo el mundo se queja yo no estoy exenta. Las noticias invaden nuestras mentes con
información, a lo que cada informante le da color con sus propios comentarios
exponiendo lo que entiende o lo que le interesa, por lo que estoy descubriendo
lo que el ruido mundano me está influyendo.
Tomé la decisión
de ver pocas noticias, observar las quejas que alimentan mis pensamientos e
inciden en mis sentimientos, lo que repercute en mi salud, así que dije ¡Basta!
He de cambiar.
Claro, proponerse
cambiar es fácil, lograrlo no tanto.
Vivo en un viejo
edificio necesitado de arreglos que cuenta con solo ocho departamentos;
uno vacío, uno con una familia de tres y
el resto con una persona cada uno.
Hace dos o tres
meses alguien llamó a la puerta de acceso con un insistente “Señora, señora” a
lo que, al parecer nadie atendía. Se repitió un rato y bajé, ya que vivo en el
piso de arriba, sin ascensor, y allí había una mujer de edad indefinida, con
buena estatura y muy escaso peso, con solo dos dientes, que al verme me
preguntó “¿Puede darme algún alimento”? Le di lo que tenía para que se llevara
y solucionara apenas su momento de escasez.
En dos o tres
días la escena se repitió, esta vez con una voz que me resonó como a angustia, bajé
y le dije el número de mi departamento para que me llamara porque me parece una
ignominia que un ser humano deba pedir a gritos un alimento.
Algunas de mis
vecinas comentaron que podría pedir trabajo en lugar de alimentos, y esto me
llevó a meditar, no sobre Leonela, que así se llama, ni del comentario que me
hicieron, sino de mis juicios también trillados, y me propuse NO JUZGAR.
Un propósito muy
difícil de cumplir, porque viene una o dos veces por semana y debo respirar en
calma, atender si puedo su necesidad inmediata, desearle en la despedida que
consiga trabajo y no dar consejos ni reclamos.
¿Cuál es su
historia? No la sé ni la voy a preguntar, pues equivaldría a juzgarla, lo que
hace y lo que debería hacer.
Probablemente no
ha tenido ejemplos amorosos como los que tuve y me formaron en el trabajo y el
agradecimiento, en valorar.
Hoy, primero de
enero, salí a caminar unas cuadras para mover mis articulaciones afectadas con
la artritis, al regresar la encontré sentada en la puerta, a la espera de que
alguien le prestara algo de atención, le dolía el estómago, quizás de hambre, y
agradeció mi sánguche improvisado, con “ahora mismo me lo como”
Pero, como en
todo, siempre especulo con lo que voy a ganar en esto: un ejercicio real de no
juzgar.
Iris Neli- 2025
Descripción Canción: “LIBRE” de Pedro Capó. La sensación de plenitud que invade mi alma al escuchar ese himno a la libertad, lleva...