Fábula
La mamá Hormiga
La hormiga trabajaba arduamente y pensaba que si daba todo de sí hacía felices a los demás, y cada día se esforzaba desde el amanecer hasta entrada la noche, por complacer a sus hijos, esposo y vecinos; en los más pequeños y grandes detalles para que estuvieran contentos.
Pero ella se cansaba y no era muy feliz, hasta llegó a enfermarse por el agotamiento y tosía a menudo.
Un día que iba a recoger a sus hijos del colegio, se detuvo a descansar a la orilla de un río de agua cristalina y vio que su rostro de hormiga estaba surcado de arrugas y en la espalda tenía una pronunciada joroba que denotaba su cansancio, el río al verla le aconsejo: “Debes cuidar de ti y amarte mucho, pues así, también podrás ser feliz y cuidar a los que amas”.
Moraleja: Un cántaro sin agua no puede saciar la sed de nadie.
Patricia Vázquez - 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario