El amor duele cuando nace de la
espera.
Basilia Arenas
Este Taller es un espacio de escritura creativa, diseñado para las actividades de extensión Cafh Argentina 6
EL DESEO
También trabaja.
Nos ayuda a encontrar un ideal,
encadenar buenos pensamientos,
enseñar cómo encarar la vida.
Poder confeccionar un filtro
para que la mente aprenda
a discernir conscientemente.
Las energías encontradas
y encauzarlas dentro de nuestro ego.
Todo ello es como la selva virgen
que rodea nuestro
entorno.
Nos atacan: nos defenderemos,
nos odian: brindaremos amor,
pocos somos, lejos estamos,
y ¿si nos uniéramos?
Mi mundo, tu mundo,
no serían iguales.
iluminaría distinto.
Y el mundo, aunque
estuviera dado vuelta…como lo está,
se vería de otra forma.
Sería de otra forma.
Tratemos de conseguir utopía o esperanza.
Lidia Gastaldi
LETICIA
Leticia me llamó esta
mañana para decirme que no asistiría al curso porque estaba algo resfriada y
prefería quedarse y no correr riesgos de enfermarse. Acordamos que yo pasaría
por su casa a buscar el trabajo que estábamos haciendo junto a Elvira, preguntó
por mi salud y habló poco de sí misma.
A la hora prometida
llamé a su puerta y al abrirse apareció su pequeña y frágil figura que le da
apariencia de ser una quinceañera, edad que dejó atrás hace varios años, con su
bella sonrisa de siempre que ilumina su rostro de manera especial acentuando el
brillo de sus ojos negros. Habló brevemente de su resfrío como restándole
importancia y me explicó del apunte que había pasado en limpio muy prolijamente
para que no nos equivocáramos.
Nos despedimos, yo como que todo es
circunstancial, ella como que todo es eterno. Sentí su abrazo más firme que
otras veces y agregó a su saludo un “Muchos saludos a todas” que me sonó
exagerado, pero característico de ella.
Llegué a la
clase y dije distraídamente: “Leticia no viene porque está pachucha”. La
profesora me miró con lo que interpreté era un gesto de desagrado y preguntó un
“¿Qué?” que me hizo pensar que la palabra “pachucha” podría querer decir algo
que yo no sabía, pues la heredé de una tía abuela que siempre la usaba para
expresar que no se sentía bien, así que repetí, corrigiendo: “Leticia no viene
porque está resfriada”.
La clase
comenzó tensa y continuó con un clima denso que seguía enrareciéndose más al
transcurso de los minutos, hasta que se quebró por lo más débil: Panchi comenzó
a respirar con dificultad, le hicieron aire y le dieron agua, hasta que estalló
en sollozos, con lo que todas acordaron que era lo mejor, que llorar le haría
bien.
Ante mi muda
confusión alguien explicó: “Es por Leticia”, con lo que cada vez entendía menos
y tampoco quería dejar fluir las comprensiones que se esforzaban por aflorar en
mi mente, por lo que Elvira tomó mi mano con afectuosa compasión y me dijo:
“Leticia tiene leucemia y está en la fase final”.
A los efectos
de sincerar la situación que la mayoría conocía y solo dos ignorábamos, la
profesora tomó la palabra e hizo una breve enumeración de las elecciones de
Leticia, dijo que a nosotras nos cabe solamente respetarlas, ya que el punto
más difícil de aceptar es el saber que ella ha decidido no recurrir a la
medicina tradicional, sino a las llamadas “alternativas”. Nos dijo que no
pensáramos que la medicina alopática que algunas compañeras le habían ofrecido
casi desesperadamente sería su salvación, que hiciéramos a un lado la idea de
que se ha abandonado, pues es una decisión muy íntima de ella.
Pidió que
apartáramos también nuestros sentimientos autocompasivos y nos convirtiéramos
en soporte amistoso en sus horas difíciles. Necesita nuestra asistencia imparcial,
sin acercarle médicos ni sacerdotes, dado su ateísmo, lo que nos remite a un
trabajo real y consciente de respeto hacia sus ideas y vivencias.
Reflexionando
sobre estos sucesos he comprendido lo difícil que es no tratar de imponer
ideas, que por ser propias creo que son mejores que las ajenas, lo poco
observadora que soy puesto que no he sospechado siquiera el estado de mi amiga,
que su alegría siempre presente es un canto a la vida, vivida con la intensidad
de cada momento que puede ser el último y ella lo sabe, mientras que imagino
que mi vida tiene un final muy lejano.
Si no hubiera
otra oportunidad, nuestra despedida no será aquella fugaz y aparentemente
intrascendente del portal de su casa, sino un adiós largo y meditado, cargado
de admiración y de misterio.
Si volvemos a
vernos nuestro secreto no compartido será un contacto con la eterna rueda de
Nunca sabré si
el hecho de habernos conocido se debe a un contacto puntual de dos almas en el
espacio-tiempo o una enseñanza cargada de sabiduría que me da
Asunción Ibáñez - 2013
¿QUÉ VIDA?
Qué sentido
tiene la vida,
siempre
buscando lo más complicado,
con mis
recuerdos atados al pasado.
¡No vivo el
simple hecho de vivir!
Qué sentido
tiene la vida,
si ignoro mi
ser,
y al huir de
mi conciencia
vivo ausente
a la realidad
fundamental
de existir
Qué sentido
tiene la vida,
si vivir y no
ser testigo
de mi
existencia,
es incorporar
y al mismo tiempo
dar
testimonio substancial
de mi
soledad.
Qué sentido
tiene la vida,
si no oriento
mi búsqueda
en transformar
paradigmas
para mejorar
mi forma de
vivir
Qué sentido
tiene la vida,
si no es
tener
un mayor
nivel de conciencia
y transitar
un camino claro
para saber
dónde ir.
Qué sentido
tiene la vida,
si una crisis
que me enfrenta
conmigo misma
no me permite
escapar
de una
pregunta
que no debo
olvidar:
¿Qué sentido
tiene mi vida?
Norma - 2012
Háblame de amor…
- Amor que lloras y te lamentas, que ríes y te
descubres, que sientes y te
sonrojas.
- Amor que naces y mueres todos los días; que te reinventas a cada
instante y en cada amanecer.
- Amor que tomas rostro de niño y otras veces de hombre
adulto.
- Amor que a veces quedó en cuerpo de anciano o en
espíritus que ya
partieron.
- Amor…siempre Amor.
EL PERDÓN
Estaba finalizando la clase de yoga y había comenzado la relajación final. La voz de la profesora se escuchaba desde lejos hablando acerca de pensar en los músculos y relajarlos, en nuestros huesos y agradecerles por su permanente trabajo desinteresado, luego dijo que pensáramos en nuestros órganos y cada una de sus funciones, y agregó: “Enviemosles pensamientos de gratitud para que sepan que les acompañamos y agradecemos; pensemos en nuestros sentimientos y fijemos nuestra atención en quien nos hizo daño y perdonémoslo…”
Ahí mi mente vio nítidamente, en una nítida imagen creada, a corta distancia detrás de mí, a un ángulo de treinta grados, el rostro arratonado de quien, según considero, me provocó intencionalmente mucho dolor. Escuchaba la voz invitándome al perdón, y tomando mi mano derecha con la izquierda para tener mayor fuerza, elevé el codo derecho aplicándole un fuerte golpe en plena nariz. ¿Quién dijo que el perdón debe ser pasivo?
Y me sentí liberada.
AMI
Meditación
Detrás del velo
Somos uno y todo, en el mismo
instante.
Recorremos esta realidad en una
sola dirección.
El sol solo es uno en este sistema, un gigantesco ser con la misión de velar la posibilidad de la manifestación física.
En una visión del orden cósmico,
iluminar la Gran Idea.
Avanzamos al unísono dándole vida
a la gran sinfonía universal.
Nos concebimos separados… y esa
es la Gran Ilusión.
De cada ser nacen hilos de plata, de seda, de oro, de materiales desconocidos, sutiles, y que poco a poco las experiencias tejen la Gran Trama, aún desconocida en su totalidad.
El amor es la Gran Fuerza, que
sostiene, que aglutina, que ejecuta, que arrasa.
Marca el compás de cada uno en el
todo y del todo en cada uno, emulando el latido del corazón más pequeño hasta
resonar en el universo todo.
Somos nada, silencio, misterio,
luz y oscuridad, instante y eternidad.
Sella - 2020
SI YO ESCUCHARA
Si yo escuchara mi voz,
Si yo hurgara en mi adentro
encontraría el aliento
que Dios me da cada día,
y con ello la alegría
de vivir enamorado,
de amar, y de ser amado,
de soltar lo que no sirve,
y a la vez, que no fue en
vano.
Que vivir vale la pena,
que no existe la condena
que dé ceguera a mis ojos,
de soñar a mis antojos
y sentir puro y profundo,
que no hay lugar en el mundo
que quede tan alejado
que no se pueda alcanzar
con un corazón alado.
Alberto Coronel – 2019
LA BRUJA
Fue un sueño
extraño, o tal vez casi todos los sueños son extraños.
Era como un
parque de diversiones. Muchos juegos variados. La vuelta al mundo girando y
girando. Risas, gritos y más risas. De pronto me vi casi en un desierto, mucho
sol y en el centro una carpa azul claro. Era cuadrada, con sogas que la
sostenían en la arena. El techo con base cuadrada, terminaba en punta hacia
arriba. Algo había en la punta, pero no recuerdo que. En la entrada se
levantaba como un toldo de igual tela y color, sostenido por dos palos
lustrados de color claro. Sentí que debía entrar. En su interior muy iluminado,
aunque no podía ver luces, había una mesa pequeña y redonda. La cubría hasta el
suelo una especie de mantón color azul también, como con flores de variados
tonos de azul. En el centro de la mesa, la consabida bola de cristal con humo
dentro que se movía suavemente.
Había dos
sillas comunes de madera oscura. Una parecía esperarme a mí, en la otra estaba
sentada la Bruja. Era como en los cuentos de Walt Disney, vestida de azul
claro, sombrero de bruja de igual color. De piel muy blanca, cara alargada con
una gran quijada. Dos o tres dientes entre maxilar superior e inferior. Nariz
aguileña y larga. Un lunar del lado derecho de la nariz, largo y gordo. Los ojos
no recuerdo como eran, las cejas canosas y largas.
Sonreía,
sonreía de un modo agradable, tierno. Nada que ver su sonrisa, la ternura que
me despertaba, con lo que se dice de las brujas.
Mirándome y
sonriendo me dijo: - ¿Qué quieres saber? ¿Qué has venido a preguntarme?- Pensé
que yo no había tenido la intención de ir a verla y mucho menos necesitaba
preguntarle nada. Ella pareció escuchar mis pensamientos y dijo: - La niña
nacida igual que tú, encontrará mañana al amor de su vida. Y ahí desperté,
repitiendo sus palabras: “La niña nacida igual que tú, encontrará mañana al
amor de su vida.
Me pregunté
que significara ese sueño. Y luego lo dejé hasta que vi a Mili. Entonces
recordé: Mili nació el mismo día que yo. Pensé, asocié y concluí, que tal vez
ella encuentre mañana en el casamiento de su prima Guady, al amor de su vida.
¿Y me
pregunto cuál puede ser el amor de su vida? En esta etapa de mi vida, ya no
asocio amor de la vida, con la pareja, sino con ese ideal que nos llama desde
lo más hondo de nuestro ser. Ese amor que nunca nos defrauda, nunca nos
abandona, ni tan siquiera por muerte. Es el gran amor, el sueño, el ideal, eso
que depende de uno y nada más. Ojalá Mili encuentre ese gran amor, entonces,
cualquier amor se disfruta, lleva al éxtasis sin éxtasis.
La bruja, la
anti belleza, lo contrario en cuanto a simbología universal de la belleza, el
amor, la confianza. Sonríe con bondad, con ternura. La cara oscura de la vida,
el antihéroe, la fealdad, el dolor ¿Qué puede ser más horrible que la muerte de
los inocentes? Un aborto, un niño, una adolescente, un joven, un cachorro de
cualquier especie. Y ahí está la bruja, el antihéroe anunciando algo muy
hermoso, el encuentro con el gran amor de la vida. En una carpa azul, vestida
la bruja de azul, símbolo para mí, de la divinidad femenina. Una carpa en un
desierto, como cualquier desierto. Como el desierto de Juan el Bautista, el
desierto de los cuarenta días de probación de Jesús, el desierto del
Principito. El desierto de los cuarenta años del pueblo judío guiado por
Moisés. Y ahí está la bruja dando su profecía de amor, y es mujer y es bruja,
con nada a su favor, salvo que a mí me gustan las brujas.
Que se
cumpla tu profecía tan amplia ¡Que se cumpla! ¿Cuál será el amor de su vida?
Teresa Columna - 2020
Noche en
el desierto
Como visitantes de otro mundo
presenciamos un ritual
ancestral,
dirigido por la “guardiana
del lugar”
que nos indicó formar un
círculo,
y nos contó sobre las
estrellas
y el Espíritu de la Tierra…
Mientras transcurría,
sentía que mis pies
se alargaban hacia el centro
del Planeta,
me descalcé para sentir
la suave arena de ese
desierto,
el más seco del planeta,
¡El desierto más desierto!
Con su potente energía me
llamaba
a sentirlo y a traspasar
más allá de mis pies,
hacia lo más profundo,
y a la vez,
lo más elevado del ser.
Quedé como un nexo
entre el cielo y la tierra
y toda esa energía pasando a
través de mí; todo era Uno…
En un lugar cercano
un añejo algarrobo
nos acompañaba en silencio,
con su estampa,
orgulloso, solo,
y de él pendían frutos,
como gotas dulces
su alimento, ofrendado, para que
pudiéramos tomarlos,
como dones,
en agradecimiento por nuestra
presencia…
Y me invadió una comprensión:
en ese instante fuimos
“dioses”
que aletargados,
habíamos sido convocados
a despertar maravillas.
Patricia Persia
2020
Los
dos trabajos
El que trabaja su campo
sin horario ni descanso y se hace uno con la tierra mientras siembra su
entusiasmo.
Saca fuerzas de sus
llagas para picar en silencio, sin pensar en otra cosa que el trabajo que está
haciendo.
En el que pone lo mejor
sin buscar el resultado, y dolido por la piedra, vuelve a vestir sus sembrados.
Si ese que pone su
ritmo puede decir su verdad, avalado por su yugo de sudor y dignidad, entonces
escucharemos el sonido de su alma, y no habrá cómo objetar la verdad de su
proclama.
Porque el trabajo así
hecho termina por hacer surcos, en el manto de la tierra y del alma a la
conciencia.
Siempre se oye al
ocioso reclamar su petitorio, sea pobre o muy dichoso, reclama siempre el
ocioso.
Al que no le importa
más que su circuito pequeño, y que el resto se las arregle o vaya a parar al
infierno.
De sofistas y poetas,
impostores de letrados, algunos con gran estética y otros con postulados.
Unos buscan la
admiración y otros darle un respaldo a lo que quieren justificar, por conveniencia
o descaro.
¿Qué avala esos
escritos de papel y tinta volado, otros plasmados en tierra de preconceptos
viciados?
San Francisco conoció
el yugo de sacrificio y sencillez, pocas palabras bastaron para inclinarme a
sus pies.
El buscador de
conciencia, sin descanso ni sosiego por encontrar la verdad, humillando nuestro
ego.
Y con la misma pasión
hacer trabajar el cuerpo, en un mundo material, sin delegar ese esfuerzo.
A ese quiero escuchar,
ni poeta ni sofista, un buscador de verdad que aprende en las dos aristas.
Evadir el trabajo duro
para dedicarse a pensar, es aprehender las migajas que recibe el haragán.
Evadir el trabajo
interno aturdiéndose en la pala, es recibir materiales y dejar sin nada el
alma.
Gandhi limpiaba los
baños después de dar sus discursos, ahí estaba su equilibrio: teoría y trabajo
duro.
Eugenia pegaba
ladrillos para construir un templo, y luego las oraciones para completar ese
esfuerzo.
Pocos conocen a
Eugenia, que es una entre tantas otras, que estaban muy ocupadas para andar con
petitorios.
Su verdad está escrita
en hechos de los que somos testigos, un tremendo postulado para aprender por
los siglos.
A ellos quiero
escuchar, ni poetas, ni sofistas, un buscador de verdad que aprendió en las dos
aristas.
Rubén
Ferrero.
Mis
respetos a la Señorita María Eugenia Medawar, pilar indiscutida de nuestra
obra. GRACIAS.
Diálogo con mi niña interior
Encuentro conmigo misma.
Yo Adulta: Hola Clarita ¿cómo te va?
Clarita: Yo bien, feliz, me gusta saltar al sol.
A: ¡Se ve que estás contenta! ¡Qué lindo el panadero! ¿Dónde
lo encontraste?
Cl: Por ahí entre las plantas de la abuelita. ¿Viste cómo le
gustan las plantas a la abu, y cómo las cuida? A mí me gusta jugar ahí, tengo
una muñequita chiquitita que duerme en una flor.
A: ¿Entre las flores?
Cl: No, adentro de una flor. La dejo ahí para que la bruja
no la encuentre y se la lleve.
A: ¿Creés en brujas?
Cl: Seguro, tengo miedo a veces. No quiero que se aparezca
por aquí ¡No quiero verla!
A.: Y si aparece, ¿Qué hacés? ¿Gritás? ¿Quién te ayuda?
Cl: ¡Ah! Las hadas, ellas son buenas. A veces transparentes,
a veces no.
A: ¿las ves?
Cl.: Sí, seguro, bailan entre las flores y cantan. Su canto
parece el agua cuando corre por las acequias de tierra.
A: ¡Qué bueno Clarita, nunca estás sola, y qué suerte que la
abu cuida tanto su jardín! Decime una cosa Clari ¿Qué te gustaría hacer cuando
seas grande?
Cl: Volar, correr, bailar…
A: Pero yo hablaba de trabajo o tarea. ¿Te parece que vas a
poder volar?
Cl: No sé. Igual trato, y trabajar tampoco sé. A lo mejor
sea maestra. A la mami no le gusta que las mujeres trabajen.
A: No ella piensa que nos hemos recargado de tareas y no
tenemos descanso.
Cl: Yo voy a poder ¡Seguro!
A: Ay Clarita, siempre tan segura. Dame un abrazo. Te
quiero.
Cl: Yo también te quiero. ¡Cuidate!
Caminando por el jardín de la casa materna se separan
siguiendo cada una su camino y su destino.
La niña feliz
La adulta preocupada.
Clara Molina - 2020
Panadero: se le llama
al copo suave que forman las semillas de Diente de León (Taraxacum officinale) para que
el viento las disperse.
Abu: diminutivo
de abuela.
Ella…
Quería danzar bajo la
lluvia.
Tocar la nieve con los
pies descalzos.
Bailar riendo en la
iglesia frente a todos los santos.
Dar gracias porque
alguien muere
después de una vida
plena
y una muerte calma…
Todo eso quería,
y lo vivía plenamente
en su imaginación,
donde no necesitaba
permiso.
AMI - 2020
Reflexiones CAMINO ESPIRIT...