Tanka
Madre presente
Eres todo su mundo
Puedes ser frágil
Pero a tu pequeño
Nunca dejarás solo.
:::::::::::::::
Haiku
Hacen música
Las cantarinas gotas
Sobre el techo
Nela Bodoc - 2022
Este Taller es un espacio de escritura creativa, diseñado para las actividades de extensión Cafh Argentina 6
Por qué escribir
En cada alma se encuentra la chispa
divina, y la escritura lleva a cada persona que la practica a nutrirse de su
propio mundo interior, le ayuda a sacar de lo más profundo de su subconsciente
sus propias riquezas y hasta, a veces, descorrer
los velos del inconsciente desconocido.
-Incursionamos
en la descripción, la anécdota, el caso, el chiste, la leyenda, la poesía, el
dialogo, el ensayo, la fábula, el cuento, la biografía, el resumen, la
evaluación y más, practicándolas.
-Esta
ejercitación ayuda a encontrar estilo,
desbloquear sentimientos, ejercitar la memoria, permitir que las
emociones afloren, conocer un poco más la esencia humana, la propia y la ajena.
-Poder
transmitir una idea con suficiente claridad requiere práctica metódica,
investigación, algo de esfuerzo y cariño por el tema. Se necesita ordenar las
ideas, priorizar los términos, buscar en
la memoria, verificar datos si fuera necesario, comprobar ortografía y
gramática, y esto pone en movimiento nuestra maquinaria interna.
Contextualizar.
Taller
LÁPIZ CREATIVO
Humor
Una historia
burlona
Era una mañana otoñal, con una brisa suave y fresca en una
ciudad europea muy transitada por turistas de todas partes del mundo.
Una señora muy elegante y bien arreglada con una capa larga,
gris azulado, zapatos y cartera al tono, entró en la gerencia de un hotel cinco
estrellas y sin rodeos le habló al gerente.
“Soy la señora Walter Thompson y necesito que me atiendan
bien y rápido”
“Por supuesto señora, lo que Usted diga ¿Qué necesita”?
La señora partió rápidamente hacia el comedor y pidió un
desayuno completo. A continuación preguntó por la peluquería, y una vez allí
pidió masajes de todo tipo: reductores, descontracturantes, relajantes,
japoneses y con piedras calientes, y para embellecer su rostro, máscaras especiales.
También se hizo arreglar las uñas de pies y manos.
Cuando terminó con toda esta parafernalia de
embellecimiento, ya era el mediodía y volvió al comedor para pedir los mejores
platos que había en la carta. “¡Ah! y con champán, por pavor” dijo sonriente.
Estaba feliz y se notaba.
Uno de los empleados del hotel, le decía a su compañero:
“Aquí nadie puede sentirse mal. Con sólo mirar a esa mujer uno saca esas
conclusiones ¿no te parece?”
Mrs. Thompson terminó su almuerzo con un té de hierbas
especiales y partió hacia las boutiques del hotel. Como es de esperar, compró
de todo. Cargó todo a la cuenta del Señor Thompson y terminó su día con un té y
muchas masas.
Al atardecer, pidió un auto con chofer y partió rumbo a lo
desconocido. Nadie del hotel, se extrañó, ese tipo de actitudes era normal
entre esas señoras de alta alcurnia.
Al día siguiente, el señor Thompson se dirigió a la
conserjería a avisar que iba a partir antes del mediodía, por ende necesitaba arreglar
su cuenta. El conserje en cuestión salió hacia la oficina contable y volvió de
allí con una cara un tanto seria y con un largo papel en la mano.
“¿Qué es esto?”
preguntó Thompson, mirando con ojos desmesurados la cantidad y la longitud de
esa cuenta.
Como habló con voz alterada y bastante alta, salió el gerente
de su oficina a inquirir a qué se debía el alboroto.
Cuando Thompson le alcanzó la cuenta, el gerente sonriendo aclaró
con una tosecita formal. “Es de su Señora, ¿no se lo había dicho?”
Ahora fue Thompson el que sonrió. “¿Cuál señora? Yo no tengo
señora. Se ha equivocado”.
Y sin más el Thompson dio media vuelta y partió sin volver
la vista atrás.
Clara Molina - 2023
Invierno
Noches largas, días
cortos,
muy pocas horas de sol,
la escarcha sobre los
pastos
y el hielo en los
charcos
despertaban tentación
de pisarlos sin pensar
en las zapatillas
mojadas
que congelaban los pies,
y ganarse un coscorrón.
Recuerdo de sus noches
con olor a pororó,
arropada junto al
fuego,
oyendo cuentos antiguos
de la voz de algún
mayor,
que alimentaban mis
sueños,
llenándolos de estupor.
Recuerdos
La tremenda crisis del 2000 se vio agravada en la familia
con la reciente muerte de mi padre. Solo quedamos mi madre y yo, con la
necesidad de afrontar la economía tambaleante de nuestros ingresos.
Decidimos reducir gastos.
Mi madre dijo: “Podemos reducir, pero la compra de flores y
del periódico no por ahora, eso será lo último y solo si no lo podemos evitar”.
Ante mi asombro me aclaró: “El diarero y la florista no
tienen otros medios de sustento”
Iris Nelli
ELEGIR POR EL OTRO
Hay quienes creen conocer a un artista a través de una sola de sus obras.
Dos amigas atendieron su negocio durante treinta y tres años en el mismo lugar, dónde la población del barrio se abastecía de pequeñas cosas de uso cotidiano.
Una vez jubiladas tomaron la decisión de retirarse y comenzaron a informar a su clientela que dejarían la actividad en seis meses, y que si no lograban venderlo simplemente cerrarían.
En ese tiempo aparecieron infinidad de interesados en comprar el negocio, “para que lo atienda mi esposa” “para que lo atiendan mis hijos” o para atenderlo ellos con alguien más a quien no habían consultado.
El negocio cerró
en la fecha fijada pues ninguno de los elegidos aceptó el magnífico trabajo que
su bien intencionado benefactor le ofrecía.
Asumi – 2009
Cuento Breve
El Palacio de
los Abrazos
La abuela me abraza siempre -le cuenta Elián a su mamá- me
abraza y me aprieta mucho mucho.
Siempre es así -dice la Guada- yo ya soy grande pero me
trata como una niña chiquita.
Y bueno, -acota el papá -son lindos los abrazos, expresan
amor, calorcito de abrigo.
Y sostén -agrega la abuela.
Y sí, Emiliano canta -La abuela cariñosa, la abuela
besuquera -y tira besos Emiliano por que el besuquero de la familia es él.
Es que éste es el palacio de los abrazos ¿no se habían dado
cuenta? -Añade riéndose la mayor, Micaela.
Clara Molina –
2023
Consigna: recibimos el
título y debíamos desarrollar un cuento breve, de hechos simples y cotidianos
que nos llevaran a descubrir el enigma del título.
El vestido de
Silvana
Silvana cosía un vestido
Con seda, volados y tirantes.
La niña que lo iba a vestir
Esperaba con ilusión lucirlo.
Por más que Silvana probaba
No lograba hacerlo a su medida.
Su experiencia de nada servía
Y quería diseñarlo con esmero.
Respiró profundo Silvana,
Se concentró en su taller
colorido,
E imaginando a la niña bailando
Por fin logró su objetivo.
Gabriela Medawar - 2023
Cuento corto
El abrazo del
agua
Había estado llorando toda la tarde hasta que quedó sin
lágrimas.
Encontrar esa carta, que cayó accidentalmente del bolsillo
de él, prueba de la traición, fue devastador.
En silencio, sin explicaciones, sin una mirada, cerró la
puerta y se fue para siempre.
Ella se sintió indefensa, desamparada y vulnerable.
Con el peso de la vida, que le pareció demasiado, se levantó
lentamente de la cama y arrastrando los pies se dirigió al baño. Y sin
desvestirse siquiera, abrió la llave de la ducha y sin dilaciones se entregó al
abrazo del agua.
Nela –
2023
Consigna: recibimos el
título y debíamos desarrollar un cuento breve, de hechos simples y cotidianos
que nos llevaran a descubrir el enigma del título.
¡Por siempre gracias, Caballero!
Por siempre será una luz
Quien por amor ha vivido
Y en su camino vertido
Su conocimiento y su fe
Velando siempre, en aquel
Que se atreve al primer paso
Su alma no tendrá ocaso
Siempre eterno renacer.
No gozará del descanso,
Su trabajo es inmenso,
Por siempre será el incienso
Aromando almas vivas
Más, siempre será partida
Porque siempre hay uno más.
Que clama por un hogar
En la gran paz prometida.
Un alma regresa a casa
A reponer energías
Y por siempre será guía
De quien es dispuesto a dar
En su eterno caminar.
Será luz en las tinieblas
Su luz transpone fronteras…
¡Está de fiesta el Umbral!
Alberto Coronel – 9 de Julio 2023
MAMBRÚ
DESPUÉS DE LA GUERRA
(Mambrú se fue a la
guerra chiribín chin chin la la la…)
Una mañana de Mayo vimos que un hombre harapiento se
acercaba a nuestra casa. Tenía cabellos muy largos y crecida barba y bigotes.
A medida que iba llegando donde estábamos mi madre y yo
pelando verduras para hacer la comida, nos pareció que su porte nos era
conocido.
El hedor que salía de su cuerpo nos hizo estornudar, era
insoportable estar cerca de él, además sus manos estaban llagadas y a través de
sus botas destruidas vimos sus pies sangrando también.
-Pobre infeliz- dijo mamá. Vamos adentro que me da miedo.
Cuando intentamos abrir la puerta para entrar a la casa, el
extraño hombre asió a mi madre de un brazo y llorando amargamente preguntó:
-¿Es que ya no conoces a tu esposo mujer? Cinco años en la
guerra no pueden haberme cambiado tanto.
Era mi padre que regresaba y al que mamá daba por muerto, yo
no lo recordaba porque era muy pequeña cuando se marchó a defender a la Patria.
Después de bañarse y ponerse ropa limpia se sentó a la mesa
a comer junto a nosotras. Mamá no habló más, el silencio era total, solo se oía
el ruido de las cucharas golpeando los platos, entonces al mirar por la
ventana, vi que llegaba el tío Luis y corrí a su encuentro para abrazarlo.
Mi madre se desmayó cayendo pesadamente al piso.
Nunca supe por qué.
Ana
María Muñoz - 2023
Una vida,
muchas vidas.
Caí un día de mayo,
en plenilunio,
en un mundo dibujado
por miles de manos,
y creí que era eso,
seguir esas líneas
que no tienen regreso.
Seguí muchos rumbos
de todos gocé,
la gran aventura
de vivir la vida
sin aceptar los rótulos
una y otra vez.
Abriendo camino,
Dejando mi ayer.
Iris
Nely - 2020
Me entrego
Ayer nací, hoy muero
¡Qué poco tiempo, que eternidad!
Una vida completa me fue dada
y en ofrenda hoy la entrego.
Encontré amor, alegría,
sufrimientos,
colores, perfumes, universo…
Aprendí a pensar, meditar, hacer
silencio,
y a orar porque sí
aquí en mi templo.
A aceptar el misterio de la
muerte
y a Dios en el dolor.
Quise ofrendar mi vida y dar
respuestas,
por eso estoy acá.
Ayer no más nacida, y, hoy muerta.
Clara Molina
Humor
DESNUDO
Una señora estaba en el living de su casa participando de un
taller de lectura virtual, como todos los martes a la tarde.
Ya estaba familiarizada con los rostros de la mayoría de los
participantes a quienes solo conocía por las redes ya que se conectaban desde
diferentes países, cosa que le encantaba al escuchar los diferentes acentos.
Por supuesto que diferían los horarios. A la protagonista de
esta historia, que vivía en Uruguay, comenzaba la actividad a las veinte horas.
El objetivo de dicha reunión era intercambiar opiniones y
debatir sobre el libro, cuyo título había sido dado la semana anterior, para
que tuvieran tiempo de leerlo.
Observar cada rostro y sus expresiones, encerrados en esas
celdillas delatoras, le resultaba bastante entretenido.
Algunos se veían interesados en el desarrollo del taller.
Otros bostezando sin cubrirse la boca, delataban su aburrimiento. Alguno comía
unos bocados o tomaban mate o café. No faltaba el que, olvidándose que estaba
expuesto, se hurgaba la nariz. También estaban los que participaban con la
cámara apagada o aquellos con el micrófono cerrado también. Todo un mundo en
esa extraña colmena.
Después de una rápida recorrida por las imágenes, se detuvo
en una que la dejó perpleja. Se restregó los ojos, pensando que estaba viendo
visiones. Un hombre, de mediana edad, se estaba enjabonando, alegremente, bajo
la ducha. En su baño, completamente desnudo, escuchaba las voces del grupo
ignorando que su cámara estaba abierta.
Aunque ruborizada por la situación, la espectadora, no podía
quitar los ojos del accidental exhibicionista.
Inmediatamente comenzaron a llover desesperados chats
rogándole a éste que apagara su cámara, algo imposible de conseguir. Con el
agua corriendo por su cara, con el móvil a cierta distancia y sin anteojos ni
se enteró. Transcurridos unos minutos, que parecieron siglos, la imagen
desapareció.
Es de imaginar que fue difícil seguir con el debate
literario. Se intentó. Pero no recuperaron el clima creativo que, hasta ese
momento, se había conseguido.
A la testigo no se le olvidó más el nombre de esa persona,
quién se borró del grupo y de las reuniones virtuales de “El libro leído”.
Nela - 2023
Un cuento clásico… un
tiempo después
Un lobo feliz.
Después de ese suceso, cuando descubre que no puede derribar
la casa de ladrillos, el lobo no volvió a amenazar a los cerditos.
Y ellos no olvidaron nunca ese hecho, y diez años después,
se preguntaban por la vida actual del lobo.
Fue así que, con mucho ánimo, se acercaron a su cueva, donde
encontraron a su pareja y a cinco cachorros inquietos y alegres.
- ¿Cómo está usted, Señor Lobo? Después de muchos años
queremos saber de usted ¿Qué nos cuenta?
- ¡Qué alegría verlos bien! Les cuento: Después de
perseguirlos tanto a ustedes, comprendí que no tenía un futuro prometedor
molestándolos. Caminando por los busques, conocí a mi actual esposa y nos
alejamos de las amenazas de los bosques, subiendo a los cerros para una vida
más sana. Tuvimos estos hermosos cachorros, a quienes les enseñamos a cuidarse
solos y a ayudar a otros cachorros como ellos, sobre todo a cuidarse de no ser
mascotas de los humanos. Gracias a la persistencia de ustedes, busqué otro
estilo de vida y me siento contento jugando con mis hijos.
Los cerditos se alejaron contentos y agradecidos de la
enseñanza que habían recibido.
Gabriela Medawar – 2023
Canción para Niños
El sol y
la luna
El sol que llama a la luna
Sonríe y lanza sus rayos.
La luna tímida y blanca
Llama a los vientos, mueve las
aguas.
El sol camina contento
Del este al oeste avanza
sonriendo.
La luna se queda quieta,
Se esconde, muestra una
orilla
De su vestido de plata.
Los chicos quieren al sol
Porque los dejan jugar sin
parar,
Pero en la luna leen dibujos
Que no pueden descifrar.
Así entre el sol y la luna
Pasan los días del año.
¡Qué maravilla es el sol
Que ilumina y da sus rayos!
Qué admirable es la luna
Que de vez en cuando aparece,
Tiene una
luz transparente
Que conmueve hasta a los
peces.
Clara
Molina
Microrrelato
Cancelado
9,30
-Buen día Adela. Esta tarde, 16,30 horas, pasará el plomero
a cobrar. Son 25.000 pesos. Hasta luego.
-Está bien, gracias.
15,30
(Portero eléctrico) –Hola, soy Roberto.
-¡AH! ¿Lo manda la arquitecta Pérez?
-Sí.
-Ahí bajo.
(Baja con las llaves) – Buenas tardes, eran 25.000 ¿No?
-Buenas tardes ¿Cómo
le va? (Recibe el dinero, lo guarda y se despide) Adiós, llámeme cuando me
necesite.
-Adiós. (Mientras vuelve a entrar, razona) Lo vi más joven.
(Y repasando la breve conversación) ¿Y si no era el plomero? porque el plomero
iba a venir a las 16,30, y son las 15,30. Solo sé que es un tal Roberto y que
lo vi más joven que al que recordaba ¡Oh!
Iris
Neli - 2023
Reflexiones CAMINO ESPIRIT...