miércoles, 30 de abril de 2025

 



            La Renuncia, como la Gravedad, son leyes universales: podemos ignorarlas,  pero no desconocerlas.

                                                AMI



martes, 29 de abril de 2025

 

Diálogo

 

 

EN UNA INMOBILIARIA

La secretaria está revisando unos documentos, cuando entra un señor.

-Buenas tardes señorita-

-Muy buenas tardes joven, dígame en que lo puedo ayudar-

-Verá, estoy necesitando alquilar una vivienda de forma urgente-

-Bien, entonces dígame qué es lo que usted busca. Tenemos casas, departamentos, duplex. ¿Para cuántas personas?

-Somos seis, todos adultos-

-A ver, veré qué le puedo ofrecer, aguarde un momento por favor- La secretaria abre una carpeta y busca entre varias opciones -Ah, mire usted. Acá encontré una casa que le puede interesar, tiene tres dormitorios, dos baños, patio con quincho y todos los servicios. Un amplio living comedor y cocina moderna-

-Tendríamos que ver cuánto es el costo, en realidad prefiero algo sencillo, acorde a mis ingresos- dijo el cliente.

-Bueno entonces debo decirle que lo más económico que tenemos es alrededor de los mil dólares y con actualización cada tres meses-

-No, no. Eso es mucho. ¿No puede ser en pesos argentinos?

-Lo siento señor, acá solo alquilamos en dólares- justificó la secretaria.

-Bien, no hablemos más, no sé porque tengo que pagar en moneda extranjera si la moneda de curso legal en mi país es el peso, disculpe usted y gracias por su atención, adiós-

El hombre salió de la oficina muy disgustado prometiendo no volver jamás.

 

                                                                              Ana María Muñoz. 2025 



 

 

lunes, 28 de abril de 2025

 

Poesía

 

Tus ojos

 

Ellos me arrasaron como un viento

huracanado.

Me estremecí con tu encanto

tu mirada inesperada.

No soy yo, dijo él, es la brisa

que anima y promueve

mi sombra, mi sonrisa…

Te siento aquí en el alma hondo y claro

cantando como olas muy lejanas;

suspirando tantas cosas, tantos tiempos

ya vividos: lágrimas, risas, suspiros,

sueños, una calle y una casa.

 

                               Clara Molina - 2025

viernes, 25 de abril de 2025

 

Crear un personaje.

 

                                                               Blanca.

Ella con sus zapatos de taco aguja, sus guantes blancos, su esbelta figura y su cabello corto adornado con ese tocado con flores, entra en el salón de baile.

Corren los años 20, esta mujer de 44 años sabe muy bien lo que va hacer, en su auto está la valija preparada.

Ingresa con pasos firmes, con su vestido rojo corto con flecos, tan característicos de la época, adornado en el collar con varias vueltas de perlas; el estilo es único, su personalidad así lo hace. Si bien Blanca, ese es su nombre, no está en una posición económica para vestir de esa manera ni para estar en ese lugar, de alguna manera lo consiguió.

Las miradas de los presentes voltearon a verla, ella así decidida se dirigió hacia donde él estaba para despedirse para siempre.

                                                                              Laura Mondati – 2025



 

jueves, 24 de abril de 2025

 


¿ADONDE ESTÁN LAS EXPERIENCIAS?

 

    Se pueden perder cosas materiales, por ejemplo es muy difícil encontrar un lápiz o un bolígrafo cuando se debe tomar nota de un recado, éste sólo aparecerá en el momento en que es totalmente innecesario. También se puede perder el tiempo: “No sé en qué se me ha ido toda la mañana”, pero ¿y las experiencias? Me he pasado la vida teniéndolas y, al parecer, carecen totalmente de importancia.

     Aunque pensara lo contrario, soy lo que he aprendido, para bien o para mal. Mis experiencias me han dejado un aprendizaje único y me convertí en individuo por el modo en que las he procesado. Pero las buenas costumbres enseñan que si la experiencia ha sido agradable está bien recordarla por un cierto tiempo, no demasiado, mucho menos expresar orgullo por ellas, y si la experiencia ha sido mala hay que olvidarla con mayor rapidez, y cuanto más mala haya sido más urgente es esta necesidad. Y la pregunta inevitable es, entonces ¿Para qué las viví?

     Un excombatiente de la guerra de Malvinas comentaba que la situación más dolorosa para él ha sido el que la gente que le rodeaba pretendía que olvidara e hiciera como si nunca hubiera vivido esa guerra, sin que pudiera procesar la experiencia adecuadamente, aunque sus pesadillas se lo recordaran permanentemente.  Permitirle a alguien recordar las experiencias dolorosas, como una situación extrema o la pérdida de un ser querido, escucharlo empáticamente es darle la oportunidad de que sus heridas emocionales vayan sanando.

     Se nos enseña desde pequeños que el triunfo es relativo, que siempre habrá una experiencia más importante que la que hemos vivido, además no es de buena educación hacer alardes de nuestros logros. También aprendemos que el fracaso es el gran maestro; donde el dolor no tiene lugar y hay que hacerlo a un lado.

     Es así que las personas que llegan a la ancianidad hablan de sus experiencias pasadas, ya deformadas por el tiempo y maceradas en sus sentimientos reprimidos, cuando ya no les importa si alguien los escucha;  la vejez les da esa franquicia, pero necesitan “destaparlas” antes de “cerrar la puerta” tras de sí. Son experiencias que están en su desván sin clasificación ni orden alguno.

     Su frustración proviene de todo aquello que no pudieron asimilar, pues han vivido como sobre una cinta transportadora, un cambio de nivel sobre una escalera mecánica, su organismo y su psiquis no hicieron el correspondiente esfuerzo, ha sido como un discurrir de sucesos no realizados, una agobiante cantidad de  experiencias sin procesar que inconscientemente quiere descargar.

     “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, pero no se aprende a amar porque se confunde el amor a sí mismo con el “amor propio”, por consiguiente amo como me amo.

     La pérdida de autoestima lleva a la frustración, quizás la mayor frustración que un ser humano pueda padecer.

     Lo que cuesta tolerar es la idea de la carencia total de importancia que su propia crisis, esencial para quien la padece, es insignificante o inexistente para los demás, quienes demuestran como mínimo, indiferencia, y como máximo, un rosario de consejos que quien los recibe no los puede aplicar.

     La pérdida de poder y de poderse lleva a la frustración y ésta a la pérdida de autoestima. Así es que se hace necesario recurrir a cualquier cosa para no sentir ese enorme peso, y generalmente no se es consciente de ese modo de actuar.

     Cuando se vive de un modo autoritario pocas veces se revisa el modo de pensar y de sentir. Se está tan seguro de tener la razón que se busca afuera la causa del fracaso, se considera que los responsables son los autoritarios que le rodean.

 

                                                                                   Asunción – 2003





miércoles, 23 de abril de 2025

 

Poesía

 

SU MIRADA

Sus ojos me arrasaron como un viento

huracanado.

Me estremecí con su encanto,

su mirada inesperada.

No soy yo, dijo él, es la brisa

que te anima y promueve

tu sonrisa.

Te siento aquí en el alma,

hondo y claro.

Cantando como olas muy lejanas,

recordando tantas cosas, tantos tiempos

ya vividos, lágrimas, risas, suspiros,

sueños, una calle y una casa.

 

                        Clara Molina – 2024



 

 

martes, 22 de abril de 2025

 

Cuento

 

Amigos en secreto.

 Paquito, un niño muy creativo de ocho años, al que le encantaba ir a la chacra de sus abuelos,ubicada en la cercanía de unos médanos de arenas doradas, que Paquito les llama un pedazo del Sahara.

 Su abuelo cultiva verduras en su terreno, donde ha dedicado un espacio rectangular para zanahorias, otro igual para rabanitos, también uno igual para lechugas y otro más extenso para hinojos, que se dieron tan abundantes que le llamaron “el bosque de los hinojos”.

 Una noche, durante la cena, su abuelo contó que cuando regaba esa tarde el cuadro de los hinojos le pareció escuchar un llanto desconsolado que provenía del robusto tronco de una hermosa planta, pero como estaba oscureciendo, con sus ojos gastados no logró ver nada.

 Paquito, que amaba explorar, le prometió que iría al día siguiente a investigar. El anciano lo autorizó, pero le dijo que no fuera solo. El niño le prometió que iría con Boni, el perrito feliz de la finca.

 Al amanecer se levantaron al mismo tiempo que el abuelo, desayunaron con las delicias que había preparado la abuela y se despidieron de ella. Partieron los tres, el abuelo, el nieto y la mascota.

 Llegaron al “Bosque de los hinojos” y el anciano, luego de señalarle el lugar donde escuchó el llanto, prosiguió su camino a cumplir con sus tareas. Paquito miraba detenidamente cada planta del lugar señalado y Boni comenzó a olfatear cada tronco aquí y allá, hasta que de pronto se oyó una vocesita chillona que dijo: “Salí perro, que soy alérgica y me vas hacer estornudar”.

 Paquito no veía a nadie, pero Boni ladraba mirando fijamente un punto, y al agacharse para mirar más de cerca la vio: una niña de la altura de su dedo meñique, con un hermoso traje verde con moñitos rosados.

 ¿Quién sos? –preguntó Paquito, muy asombrado al ver a quien respondía- “Soy Lili, de la Colonia Liliput, al pie de los médanos, vine ayer a pasear y me desorienté, ahora no sé volver” –dijo la pequeña.

 Cuando Paquito salió de su asombro, le tendió su mano y la niña subió a ella. –Te llevaremos –le dijo.

 ¡Oh! ¡Gracias –agregó Lili – mis padres estarán muy preocupados!

 Paquito la llevó en santiamén. Cuando la dejó al pie del médano, ella le pidió: Esto debe ser un secreto entre vos y yo, no se lo contés a nadie. Cuando vengas a ver a tus abuelos vení a este lugar y podremos contarnos cómo son nuestras vidas y nuestras experiencias.

 Cada uno hizo un gesto sobre su corazón en señal de promesa fiel, con lo que se despidieron felices, y fueron amigos para siempre, en secreto.

 

Asunción - 2024



lunes, 21 de abril de 2025

 




                                                Ofrenda de luz de la Naturaleza,

                                                         alimenta la paz en los corazones.



viernes, 18 de abril de 2025

 


                                            Cada día trae inmerso

                                        El tratar de ser mejor,

                                        Cada cual con su aventura

                                        Su visión y su color.

                                        Nace el día y su promesa

                                        Su espacio convocador,

                                        Vuela el sueño de un mañana

                                        Con tinte realizador,

                                        Que no me atrape la noche

                                        Su manto oscuro, sin sol.

                                                        Alberto Coronel - 2024    





jueves, 17 de abril de 2025

 

Anécdota

 

Mi compañera de sangre.

Después de varios meses sin vernos, mi hermana Teresita debía acompañarme al médico. Era un caso especial, porque la vería después de mucho esperar, y además quería hacerla más partícipe de mi estado de salud, algo que estábamos haciendo vía sólo WhatsApp.

Escribí todas las preguntas médicas, y compré unas galletas para compartir con ella que, ¡Había hecho un espacio especial en su trabajo, para estar conmigo y escuchar al médico! Quise hacerle algo especial y le tejí una carpetita a crochet, algo que quería ella desde hace mucho.

Me pasó a buscar, y conversamos mucho. Yo no dejaba de hacerle preguntas, pero ella permanecía calladita, manejando con prudencia y respondiendo en forma precisa y llena de contenido. Ella es muy linda físicamente, y se abre a la conversación cuando la temática le resulta interesante, así que también callé un poquito, para escucharla a ella.

Llegamos y expresó “Qué hermoso lugar…”, y nos sentamos a esperar el llamado. Su expresión calmó mi ansiedad y me puso tan contenta, que observaba a mi alrededor, con dulzura y esperanza, más allá de que los médicos no me gustan. Y continuamos dialogando. Fui descubriendo cómo es su trabajo, cómo es su rutina diaria, y su diálogo era constructivo y lleno de vida.

En medio de la consulta, le dije que la extrañaba mucho, que quería verla más seguido. Parece que lo dije con tono nervioso, porque a la salida exclamó “¡Cómo le vas a decir al médico que no te veo! Lo que pasó ya fue, es momento de construir algo nuevo” Y eso me dejó algo más reservada, ya que no lo había visto así antes.

Regresamos calladas, reflexivas, y se retiró de inmediato. Ella no dijo mucho, pero fue completo y abierto, eso hizo palpitar mi corazón con una nueva perspectiva, con la ilusión de empezar bien el tratamiento, con una relación más agradable con mi hermana, y con el valor de su compañía más allá de conversar tanto. La belleza que se veía en el consultorio, era más de lo que cada una lleva en el corazón, y se expresa con armonía en el exterior. Y es que estábamos juntas, como hermanas y compañeras.

 

Caso

Yo tenía turno médico, y mi hermana Teresita debía acompañarme. La esperé con galletas y mucha esperanza.

 Pasó a buscarme y conversamos en el trayecto. Le gustó el espacio del consultorio, y compartimos la espera.

Expresé una incomodidad que no fue bien recibida por ella, y lo expresó en el viaje de regreso. Volvimos calladas. Aprendí el valor de su compañía, como hermana y compañera.

                                                                     Gabriela Medawar- 2025



Consigna: Elegir una circunstancia o experiencia propia, y escribir una anécdota y un caso de la misma, aportando dos visiones de un mismo hecho.


 

miércoles, 16 de abril de 2025

 


                    Un sueño gracioso

 

Recuerdo un sueño que tuve a los catorce años, por lo gracioso. Me desperté angustiada porque lo sentí muy real.

Pero, todavía me hace reír cuando lo recuerdo.

Esa noche, como casi todas las veces, me dormí pensando en un chico, amigo de mi hermano, un año mayor que yo. Eugenio, que así se llamaba, era muy lindo y aunque él ni me registraba, no me lo podía sacar de la cabeza...Yo era casi invisible.

Así fue que tuve el sueño en cuestión, .tan nítido, que dudé si no sucedió de verdad.

Había convencido a mi hermano mayor que me llevara con él a un picnic que había organizado con su barrita de amigos, entre los cuales estaba Eugenio.

Llevaba puesta una blusita blanca con flores bordadas y una faldita tableada, convencida que, esta vez, no iba a pasar desapercibida.

Aclaro que en aquella época, las chicas no usábamos pantalones, aunque fuéramos al campo. Tampoco para hacer gimnasia.

Íbamos por el campo, caminando con cuidado por un terreno irregular con algunas plantas espinosas, buscando un lugar .apropiado donde desplegar las mantas y las provisiones.

Nos encontramos con una zanja, por la corría un hilito de agua. Al cruzarla, resbalé debido a sus bordes barrosos, enterrando un pie, junto con mi blanca zapatilla. Al tratar de pararme, trastabillé y quedé tendida, boca abajo, con la falda levantada y mis calzones a la vista.

Al erguirme bruscamente, terriblemente avergonzada por las risotadas de todos, especialmente la de Eugenio, se me enganchó la falda en un alambre suelto, parte de un cerco vecino. Y allí quedó mi linda faldita.

Nadie vino en mi auxilio. Todos, de cúbito dorsal, se retorcían de la risa.

Traté de sacarme el barro, restregando el calzado, sobre los yuyos que me rodeaban. No quería ni levantar la mirada suelo.

Era tanta la angustia, la vergüenza y la rabia que desperté bañada en lágrimas y tremendo nudo en la garganta.

Tanto me había afectado la pesadilla que me sirvió parar dejar de interesarme en el ingrato y pude superar mi adolescente obsesión.

 

Nela Bodoc – 2025

 

 

martes, 15 de abril de 2025

 

            


            ALMAS

                        Mis latidos son leves murmullos

                        que vuelan al aire cada atardecer.

                        Silencio y quietud me envuelven

                        y con los ojos del alma dormidos

                        de nostalgias lejanas,

                        evoco tu nombre.

                        Tu nombre me busca al amanecer.

                        Así es mi respiración,

                        como un leve murmullo que busca paz,

                        silencio y quietud.

                        Mis ojos están dormidos,

                        como también lo está mi alma.

                        Tu nombre está como atado a mi ser

                        en todo momento y en cada lugar.

 

                                       Any Muñoz - 2025



lunes, 14 de abril de 2025

  

    Reflexión 





            ¿Qué es lo normal? Las normas, en cada época las hace la sociedad para que otros las cumplan.

            ¿También hay normas para los sentimientos?



viernes, 11 de abril de 2025

 

Comedia

 

 

                               “ANTESALA AL CIELO”

Así se llama la sala de velatorios de Rincón Alto, y está ubicada en la Calle Antigua, en una vieja casona pintada con mucha solemnidad, decorada con angelitos regordetes y blancos pilares que sostienen macetas con plantas de interior, las que reciben más colillas de cigarrillos que los mismos ceniceros dorados con pie de madera que hay junto a las puertas, pues quizás mucha gente desconozca cuál es su función allí.

En la capilla ardiente, a corta distancia del ataúd, hay cuatro sillas y una sola estaba ocupada en el momento que velaban a don Juan Ríos. Se trataba de doña Elena Pérez, con la triste expresión que ameritaba la circunstancia, cuando entró a la sala doña María García, que luego de llorar un poco se sentó junto a ella y exclamó:

¡Era un hombre tan bueno!

¿Pariente suyo? –preguntó doña Elena.

Casi, era el suegro de mi sobrino ¿Y usted?

¡Ah! ¡Usted es doña María Pérez! ¡Claro! –dijo Elena y Agregó: Yo soy la vecina de la hija.

¡Ah, usted doña Elena García!

Ambas mujeres hicieron silencio por un pequeño lapso de tiempo, tras el cual doña María comentó para sí misma:

¡Criar tantos hijos para morir abandonado!

Y…es que era medio pícaro el viejo –comentó Elena bajando la voz.

¿Si? ¡No me diga! -María agregó fingiendo sorpresa.

Vea doña María, parece que la finada le descubrió que tenía una chinita por ahí con otros hijos…

La entrada a la sala de un hombre que fingió mirar al muerto, persignándose, para salir rápidamente les hizo guardar respetuoso silencio por un momento, para luego retomar el diálogo.

Y mire doña Elena, con la plata que ha tenido en su vida ha muerto poco menos que en la miseria, y según dicen porque le gustaba el juego.

Algo he oído doña María, parece que perdió hasta le herencia de sus padres, por lo que los hermanos no han querido saber nada con él, si llegaron hasta hacerle juicio ¡pero qué! Si todo se lo había jugado.

Como cuando trabajaba en el hospital, que me dijeron que andaba vendiendo aspirinas a mitad de precio… -aseveró Elena.

Y eso no es nada, a mí me dijeron que en su casa tenía las sábanas con el sello del hospital –dijo María, y agregó con disimulo ¡Pero mire, doña Elena, mire quién llegó ahí!

¿Quién? ¿Esa?

Sí, esa que llora es la mujer que tenía por el barrio de atrás de la estación –aseveró María.

Y Elena preguntó, con expresión ingenua ¿Y esos serán los hijos?

Los que tuvo con ésa, pero parece que no es la única –respondió María, y agregó Yo me pregunto, doña Elena ¿Cómo haría para mantenerlos a todos?

¡Ay, doña María! ¡Qué los iba a mantener! ¡Si todas sus mujeres trabajaban!

¡Qué bien! ¡Sí que lo supo hacer! ¿No le parece? –razonó María.

Ante la proximidad de los recién llegados hicieron nuevamente silencio y los llantos lastimeros de los dolientes les hicieron verter nuevas lágrimas a las buenas señoras.

Los hijos de la recién llegada hicieron salir a su angustiada madre, y nuevamente quedaron solas con el muerto, y luego de un corto silencio, doña Elena dijo con un suspiro:

No somos nada…

A lo que doña María agregó:

¡Era un hombre tan bueno el finado! ¡Pobrecito!

                                                                              Marta - 2002

 

 

jueves, 10 de abril de 2025

 

Frases

 

-Vaciar mi cuenco, abrir mi historia, dejar que se evapore.


-Me abrazo para abarcar todas mis puestas en escena y pedirles que sean una. Desapego.


                                                Iris Neli - 2024 



miércoles, 9 de abril de 2025

 

Un cuento mendocino.

 

El Mundo de los Niños

Dos chicos, varones, jugaban en la vereda, allá por los años 50, cuando estar en la vereda no implicaba amenaza alguna.

Como es natural los niños jugaban sin pensar en peligros latentes; eso creaba un ambiente tan natural que se veían felices jugando simplemente con bolitas y una caja de cartón que hacía las veces de un camión de carga.

Pero, como es también natural, a través de los siglos en la raza humana, siempre un macho trata de superar al otro, al resto, al clan, al pueblo. Éste era el caso de Juan quién siempre quería ser el ganador de lo que fuere: llevar el camión a su reinado, ganar todas las bolitas o simplemente ser más alto y gritar más fuerte.

Rubén no se quedaba atrás, él también se consideraba un héroe; o suponía serlo. No aceptó las órdenes de Juan y lo empujó con un codazo como diciendo “Escúchame, yo tengo la palabra”.

Juan reaccionó mal, se enojó y lo empujó más fuerte. Así entre empellones y gritos ambos cayeron a la acequia con tan mala suerte que Rubén se pegó la cabeza contra el cordón de un puente y Juan se enterró hasta la cintura en un charco de barro. Pues eran acequias de tierra.

Rubén sangraba y estaba pálido y mareado. Juan, mojado, embarrado y todavía un poquito enfurruñado; de golpe tomó conciencia de la situación y se echó a reír por el aspecto de ambos. Sus cuerpitos sucios y consternados más que para risa estaban para preocuparse ¿Qué dirían sus madres? ¿Se lo contarían a papá? ¿A quién le importa ser el rey de la tierra?

Mejor esconderse hasta que bajara el sol y su aspecto pudiera, con suerte, pasar inadvertido.

Como si las mamás fueran ciegas y los padres distraídos, los niños tejieron y destejieron anécdotas para contarle a sus padres: “que habían sido atacados por algún enemigo extraño; gente con armaduras y perros feroces”

En su imaginación sin límites, igual se veían héroes, los héroes invencibles de ese mundo inocente, pueril que pronto acabaría.

 

                                                               Clara Molina – 2025

 

 

martes, 8 de abril de 2025

 

Tanka

 

                                                               Por la paz.

                                               En mi corazón

                                               paz compartida, viva.

                                               Benéfica luz,

                                               horizonte límpido,

                                               amor gozoso, libre.

 

                                                               Asumi – 2024

 

lunes, 7 de abril de 2025

 

Cuento

 

JUGANDO EN EL JARDÍN DE INFANTES

Leandro y Martina comenzaron su vida escolar juntos, desde el primer día se hicieron amigos, en la jerga juvenil, pegaron onda. A sus cinco años eran niños muy traviesos e inquietos, tanto que a veces llegaban a ser fastidiosos, interrumpiendo y también molestando a los demás niños lo cual era un problema para la maestra que no podía controlar el orden en el aula.

Cuando la seño Isabel preguntaba algo, era uno de ellos el primero en levantarse y responder, a veces lo hacían los dos a la vez, les gustaba participar en todas las actividades y estar en todos los grupos.

Leandro amaba a los animales y tenía gran cantidad de ellos en miniatura, de hecho era una colección de perros, gatos, jirafas, caballos, cerdos, carpinchos, en fin todos los que se puedan imaginar.

Un día la seño les contó una historia muy tierna de unos animalitos, éste niño interrumpía a cada momento la historia, quería contestar lo que la maestra estaba narrando.

-¡Seño, seño le cuento que yo tengo muchos animales en mi casa! si quiere mañana los traigo y los conoce-dijo.

-Bueno Leandro, pero ahora sigamos con la historia que tus compañeros están ansiosos por saber cómo sigue- dijo la maestra.

-¡Seño, seño! yo tengo muchas muñecas si quiere las traigo mañana para que también las conozca- dijo Martina.

-Bueno cuando termine de contar la historia hablamos de tus muñecas- dijo la maestra bastante molesta por tanta interrupción.

Cuando la seño por fin pudo terminar el relato todos los niños se levantaron y fueron hacia los dos amigos.

-¿En serio tienes muchas muñecas? preguntaban las niñas.

-Oh Leandro, yo quiero conocer tus animalitos- dijo un muchachito.

Al día siguiente llegó al aula Leandro con su mamá trayendo una gran caja. La maestra muy sorprendida preguntó -¿Qué trae ahí mamá de Leandro?

-Me dijo el nene que hoy debía traer sus juguetes -respondió la señora.

En eso estaban cuando apareció Martina con su madre trayendo una inmensa bolsa, la maestra no entendía nada. -¿Qué traes en esa bolsa niña? preguntó y la mamá respondió:

-Me dijo la nena que debía traer sus muñecas a la clase de hoy-

Entonces la seño Isabel lanzó una gran carcajada y exclamó:

¡Ay Dios mío estos niños adorables!

                                                                              Ana María Muñoz – 2025



viernes, 4 de abril de 2025

 

Comparaciones 


                                    Abuela.

                    Hermosa...

                    Su figura derrama paz

                    donde quiera que llega,

                    tal como una melodía

                    en el silencio,

                    calma los ánimos

                    y cambia el aire

                    con una sonrisa.

                    Un bálsamo,

                    una canción de cuna

                    es su presencia.

                            Taller Lápiz Creativo.



jueves, 3 de abril de 2025

 


                                                Cada día trae inmerso

                                                El tratar de ser mejor

                                                Cada cual con su aventura

                                                Su visión y su color

                                                Nace el día y su promesa

                                                Su espacio convocador

                                                Vuela el sueño de un mañana

                                                Con tinte realizador

                                                Que no me atrape la noche

                                                Su manto oscuro, sin sol.

                                                        Alberto Coronel - 2024



miércoles, 2 de abril de 2025

 


El ahorro

 

Josefa es una mujer de setenta y un años, que hace ya un largo tiempo que se ha jubilado, por supuesto, con jubilación mínima, que es bastante escasa.

Cuando se jubiló yo me alegré mucho por ella y también mucho por mí. Por ella porque, pensé que podría disfrutar de su tiempo con mayor libertad, que se anotaría en excursiones de jubilados y conocería a otras personas y otros lugares, y que bien se lo merecía.

Y me alegraba por mí, porque cuando ella dejara el trabajo podría contratar a una persona joven que pudiese subirse a la escalera sin riesgos y limpiar los vidrios de las ventanas, y cargar cosas pesadas, que yo ya no puedo, y terminar la tarea con rostro descansado como le sucedía a Josefa cuando llegó a esta casa.

Pero me equivoqué. Se jubiló y me pidió seguir trabajando un tiempito más, hasta pagar algunas cuentas pendientes, ¡Cómo decirle que no después de cuarenta años!

Y ahora, cuando tocamos el tema dice: “Es que estoy ahorrando para cuando sea vieja, por si me enfermo”

Y eso ¿Cuándo será? ¡Si ahora se está arruinando la salud para juntar dinero para cuando esté enferma! ¡Qué paradoja!

                                                                             Iris Neli  



martes, 1 de abril de 2025

 



Patrona de América.

 

Santa Rosa, bella hermosa,

Mensajera del amor

Llegue a todos los rincones

Tu divina bendición

Hoy tú reinas, nos visitas

Y nos traes tu pregón

Es tu mirada silente

Manto de vida y calor

Todo un pueblo te recibe

Con ruego esperanzador

Por los campos, por las siembras

Fuentes de vida y dulzor

Sea este un día de lluvia

Como inmensa bendición

Sea tu abrazo, la esperanza

Y tu presencia el amor.

                Alberto Coronel. -2024

 


 

  Descripción   Canción: “LIBRE” de Pedro Capó. La sensación de plenitud que invade mi alma al escuchar ese himno a la libertad, lleva...