EL INVIERNO
Desnuda los
árboles
mueren las
hojas.
La quietud
inunda,
el silencio
abruma.
Las noches
largas
los días
breves,
El sol tenue.
Los copos caen
de blanco se
tiñe el paisaje.
Este Taller es un espacio de escritura creativa, diseñado para las actividades de extensión Cafh Argentina 6
Oda al
invierno
Muchos te esperan ansiosos
por todo lo bueno que traes
exigiendo, eso sí, un esfuerzo
ni cómodo, ni fácil es recibirte.
Hábil y experto maestro
vas saneando a la naturaleza.
Nos enseñas con rigurosidad
que los cambios son necesarios,
los ciclos se deben cumplir.
Tú desnudas y secas sin piedad
para hacerle lugar a lo nuevo.
Tus herramientas son ásperas,
las noches largas, los vientos
gélidos,
las calles vacías de voces.
Todo invita a la intimidad,
a reunirse junto al fuego
y a acortar distancias.
Nela Bodoc - 2024
Descripción
El escritor
creativo.
Un joven frente a su notebook ¿En quién piensa? ¿Qué ve en
su cabeza?
Estará escribiendo un recuerdo, o una novela, o imaginando
un amor que hasta ahora parece imposible.
Imagina que conoce a una Julieta siglo XXI, de la que le
separa una gran muralla. Piensa que toma un pico y comienza a derribarla.
Va más allá con su imaginación ¡Casi la ve! Ella retira con
sus delicadas manos los ladrillos, uno a uno, con la misma ilusión: encontrarse
con el joven del que está separada.
El grosor de la pared desalienta un tanto a la joven, y, del
otro lado de esa gran masa de ladrillos se encuentra al joven Romeo, que se
enoja, y en su desesperación descarga golpes furiosos contra esa esa misma mole
que los separa.
El corazón de él se acelera con el esfuerzo desmedido, pero
persiste; escucha o cree escuchar que ella está del otro lado. Insiste.
Y lo logran… la pared cede, él toma un marchito ramito de
flores y atraviesa la distancia, se aproxima a ella que lo espera anhelante,
con el corazón abierto al encuentro.
¡Al fin juntos!
Así termina su novela, como si él mismo la hubiera vivido.
Asumi - 2024
Mi libertad
¿Qué porcentaje de mi pensamiento es auténticamente generado por mí?
Escuché que los aimaras consideran que el pasado está delante de nosotros y el futuro está detrás.
He pensado
largamente en ello, ya que contradice mi registro de que el pasado ha quedado
atrás y voy hacia el futuro, y he llegado a la conclusión de que al menos mi
pasado está delante de mí, recordándome mis éxitos a los que creo que puedo
superar o al menos igualar, y mis fracasos que inhiben mi comportamiento.
Iris
Neli - 2011
Cuento fantástico.
Viaje al futuro
Estamos
viviendo la revolución de la inteligencia artificial. Los países ricos y las
personas poderosas están desarrollando proyectos, cuál de ellos más extraño e
interesante en ese sentido.
Esta
inteligencia, de acuerdo al equipo financiado por un magnate, ha “creado” la
posibilidad de enviar seres vivos al futuro, para lo que han desarrollado un
proyecto muy interesante: han seleccionado de modo aleatorio cien personas para
viajar 50 años al futuro, o sea al 2074, y yo soy una elegida. ¡Emocionante! Y
podré llevar conmigo solo dos cosas inanimadas.
He pensado
en una foto de toda mi familia conmigo, pues cuando regrese, porque voy a
regresar, quiero ver cuánto he cambiado. Y lo otro, no sé, ¿Un lápiz tal vez?
¿Habrá papel?
Marta – 2024
AMIGOS
Los amigos llegan, llegan y se van
despiertan mi alma con palabras alegres
y dejan una estela de oro y plata.
Juntos encontramos árboles frondosos,
paraísos sonoros, mares encantados…
Reímos, bailamos y, a veces lloramos
cuando el tiempo pasa y pasa la alegría.
Quedan los recuerdos, queda la energía
los silencios lentos que la vida deja.
Y tras de tu espalda se queda cuidando
cuida que no caigas. Cuida que tu historia
siga su onda de música y luz quieta.
Clara Molina – 2024
En la paz, reposa el alma,
En la calma, la ambición,
En la simple caminata
Fluye sangre al corazón.
Y no escucho, nada quiero,
Solo sigo mi razón
Que en lo simple está lo bueno;
Solo miro en derredor…
Siento el frio, la mañana,
Veo flores, su color,
Pocos trinos, es temprano,
Rayos tenues trae el sol,
Y disfruto en ese cuadro
La belleza al rededor
Llega al fin mi recorrido
Y regreso a mi salón,
Es igual cuando venía
Desde el lado opositor
Por un tiempo, una hora,
Olvidé preocupación,
Me refugio en esa estela
Que creó mi sumisión
Al estar solo conmigo
Vi la vida en su expresión.
Alberto Coronel – 2024
LA AMISTAD
Siempre presente y necesaria.
Para reír, para soñar y compartir.
No necesito una fecha especial;
porque cada día es propicio
para celebrar con los amigos.
Juntarnos a tomar un café suele ser
un evento espectacular y único.
Pasa la vida con sus avatares,
dejando atrás luces y sombras
y la amistad permanece intacta.
No necesito veinte de Julio
para extrañar y desear el abrazo,
entre distancias y nostalgias felices
del amigo ausente y del que está a mi lado.
Porque el amor fraterno, es amor de hoy
y de todas las horas de nuestra vida.
Ana Marría Muñoz – 2024
Las mujeres de
mi vida.
Soy el producto de mi entorno vivencial, tal vez no
totalmente, claro, soy lo que aprendí, lo que comprendí, lo que tomé de la
cultura, de la vida.
Y en esta vida hay muchas mujeres.
La que destaca fue mi madre, tan independiente, tan
creativa, y sobre todo, tan agradecida de la vida y tan Resiliente.
Mi abuela materna, siempre seria, siempre con un libro
cerca, silenciosa y respetuosa.
Me influyó mi tía Lola, con sus críticas, que me resultaban
tan molestas.
Mi prima Amparo, tan amorosa y servicial, y su hermana
Arita, tan objetiva en sus apreciaciones y en sus creaciones.
La vecina de la infancia, una española que vivía en la “Casa
de lata” (Así llamábamos a una casita adonde llegaban los inmigrantes europeos
en los años cuarenta y cincuenta) con ella descubrí el razonamiento filosófico
muy tempranamente.
Y en mi adolescencia llegó a mis manos la biografía de Marie
Curie, escrita por su hija Eve. Con ella aprendí que se pueden alcanzar los
sueños poniendo esfuerzo y voluntad.
¡Gracias mujeres inolvidables!
Asunción – 2024
Micro relato
Mis tres
estrafalarios deseos
Frente a la torta de mi cumpleaños de casi ocho décadas, me tomé un tiempo, un poco largo ante la impaciencia de mis invitados, para pensar en mis tres deseos.
Recordé cuáles habían sido los de los últimos años y esto
me provocó un bostezo.-Qué aburrida- pensé- siempre los mismos: un nuevo
lavarropas, la pintura para renovar el frente, un tratamiento mágico que mejore
mis articulaciones. O cosas por el estilo. Esta vez sería distinto. Pensé en
cosas extraordinarias, aunque fueran poco importantes ante los ojos de los
demás, pero que renovarían mi entusiasmo.
Primer deseo:
Desde que era una niña soñaba con tener un buen telescopio para observar el firmamento nocturno. No se cumplió mi sueño.
Proyecto visitar A.L.M.A. el observatorio que está en la Puna de Atacama, en el norte de Chile. Está a 5000 metros sobre el nivel del mar. Es uno de los más grandes del mundo y sus telescopios son los más potentes.
Me encantaría pasar unos días allí para poder observar las
estrellas, los planetas, las galaxias.
Se me pone la piel de gallina de solo imaginar el momento que se abre esa especie de techo y se pone en funcionamiento el telescopio.
Pondré todo mi empeño para lograrlo.
Segundo deseo:
Un paseo en globo, por el cielo mendocino y sobre la
pre-cordillera. Sufro de vértigo, pero las alturas me fascinan. He disfrutado
de hacer senderismo y subir algunos cerros. Varias veces visité el monumento
Cristo Redentor. La vista, allí, es extraordinaria.
Pero nunca me animé a experimentar el vuelo en parapente y mucho menos practicar paracaidismo.
En cambio el vuelo en globo me parece más seguro.
Años atrás veía las publicidades de otros países lejanos, tan inalcanzables para mí. Pero ahora, que se realizan en Mendoza, siento que estoy muy cercana a cumplir mi deseo. Tal vez en verano porque ahora hace mucho frío.
Qué maravilla volar sobre la cordillera, durante tres
horas, apreciando toda esa belleza desde las alturas. Solo espero que el costo
no sea prohibitivo, puesto que no estoy dispuesta a renunciar a este deseo.
Tercer deseo:
Este es un poco más complicado porque depende de que se
den varias cosas. Pero también me viene desde la infancia. En aquel entonces
solía ver películas de bailarines que danzaban deslizándose, graciosamente,
sobre pistas de hielo.
No hacía más que soñar que ese día llegaría, en el que podría patinar como ellos. Hasta tomé clases de danza, para que llegado el momento pudiera hacerlo. El Problema era que no había pistas de hielo y nunca aprendí a patinar.
Para lograrlo tendría que haber viajado a USA o a Europa. Y eso nunca fue posible. Pero escuché que pronto se inaugura una en Mendoza ¡No lo podía creer! Estará ubicada en Los Penitentes.
Pero a esta altura de mi vida ¿Podré aprender, aunque sea, solo a deslizarme sobre el hielo sin romperme algún hueso? – Hummm ¡Que difícil lo veo!
Mis tres deseos no son imposibles. No es cuestión de
soñar con cosas irrealizables ¿No?
Nela Bodoc – 2024
ODA AL INVIERNO
¡Llegaste con tu manto gris
y tu gélida caricia de neblina!
No te anunciaste y estás acá.
con tu ruda mirada de escarcha
y tu voz de viento que cala los huesos.
Llegaste apresurando las nieves
desde lo alto de las montañas,
para deleite de los pequeños
que no le temen a tu frío y…lo gozan.
Sublime paisaje de desnudos árboles
con los blancos copos que son testigos
de rutas cortadas y camioneros tristes.
Porque tú mi querido invierno,
eres así, placer y angustia,
terror de los más pobres y los laburantes.
Dicha de los que tienen dinero y poder,
esquiando felices ya sea en Las Leñas
el lejano Cerro Castor.
Bendito invierno, descanso a la madre tierra,
solo sé que pronto vendrán brotes verdes.
Ana María Muñoz – 2024
El lado oscuro
En un taller de psicología se hizo el siguiente ejercicio: cada participante debía llevar una máscara de su elección.
El encuentro siguiente fue de lo más interesante puesto que cada uno descubrió un aspecto ignorado de sí mismo; había elegido su máscara con una idea diferente a la que descubrió al final del taller.
Alguien llevó una máscara plateada con el rostro de la luna, brillante y luminosa, y junto al resto del grupo descubre que, como el satélite de la Tierra, no tiene luz propia sino que la refleja, que periódicamente pasa del brillo más intenso a desaparecer totalmente para recomenzar.
Otra máscara tenía fotos adheridas de familias y mostró que quien la había elegido sentía que “cargaba” con la suya.
Una participante la
había confeccionado ella misma, mitad sonriente y alegre y mitad triste y
lacrimosa, sobre goma beige y sólo delineada en negro sin otros colores, pero
curiosamente dotada de orejas, necesitada imperiosamente de oír una palabra de
confianza.
Iris Neli - 2007
UN CUENTO PARA NIÑOS
Personajes: Un niño explorador, Pipo
Una niña de 2 cm de estatura
Un perrito feliz, Bubú
La
niña del bosque
Muchos, muchos años atrás, Pipo vivía solo junto al río.
Solito no, con su amigo Bubú que era su perrito. Pipo no hablaba el idioma de
los humanos si no medias palabras y le había puesto nombre a las estrellas
igual que a sus cabras.
Pipo vivía cerca de un bosque de hinojos, un bosque; aunque
él no sabía lo que era el miedo nunca se aventuraba dentro del bosque que era
espeso y oscuro, como todos los bosques.
Pero un día, mejor dicho temprano una noche de luna llena,
Bubú se adentró en el bosque ladrando y Pipo lo siguió. No estaba tan oscuro,
había luciérnagas que parecían guiarlo y acompañarlo; Pipo observó que había
plantas fascinantes, incluso un suave fulgor de color lila parecía resplandecer
en aquél bosque misterioso.
Bubú ladraba alterado junto a unas flores, entonces Pipo se
acercó a explorar, a la luz de la luna le pareció ver un gusano con manitos que
se agitaban entre los pétalos de la flor; cuando fijó la vista en el bichito
vio que no era un gusanito. Era una niña, tan pequeñita pero tan pequeña que
estaba instalada dentro de la flor. Pipo se rascaba la cabeza ¿qué hacer con
eso que tenía piernas y manos como él?
Ese ser irradiaba luz y belleza y lo miraba con una tierna
sonrisa que le trasmitió confianza. Delicadamente tomó a la pequeña con dos
dedos y la puso en su bolsillo, vio que señalaba hacia adelante.
Caminó en esa dirección, al cabo de un rato, llegaron a un
claro donde un grupo de gnomos estaba tallando figuras de madera, los gnomos se
acercaron a Pipo y le explican en su idioma cómo se puede transformar algo
simple en algo asombroso ¡Pipo les entiende! Es que ese bosque es mágico.
Agradece a aquellos amables gnomos sus palabras y conocimientos y se siente
impulsado a seguir adelante,
Llegan a otra zona del bosque, donde un resplandeciente y
blanco unicornio se encuentra pastando.
El unicornio emanaba luz; la luminosidad que los rodeaba y
envolvía se trasmite a todo su ser. Ellos también brillaron. Eran hermosos.
Pipo comprende como si tuviera una revelación: todo es
sagrado, el bosque, la luz, la tierra el cielo, sus cabras. Una sensación
desconocida lo invadió, era feliz. Sonreía. Bubú se movía y bailoteaba moviendo
su colita. Todo era paz con súbitos destellos de fulgores.
Nunca supieron cuánto tiempo pasó ni como salieron del
bosque.
Cansados, felices, sin palabras, volvieron a su “casa”, que
era una cuevita en la piedra con ramas que cubrían la entrada.
Cuando Pipo se sentó a comer, sintió cosquillas en su pierna
y de pronto recordó a Lis que seguía en su bolsillo. La sacó, la colocó arriba
de su mesa y vio que la pequeñita movía la boca y los brazos. La acercó al agua
y ella se abalanzó dentro del cuenco de piedra que servía de taza. Sorprendido,
el niño, y sin entender qué hacer con ella, la tomó suavemente y la puso sobre
un tallo verde que guardaba en un rincón. Poco a poco Lis y Pipo empezaron a entenderse;
a él le entretenía verla moverse con sus bracitos y piernas como un gusanito, y
ella ¡Quién sabe qué pensaría ella!
Pero se quedó allí siempre acompañada por Bubú quién parecía
adivinar lo que Lis necesitaba o quería, como un pétalo con gotas de rocío, o
un granito de naranja. Cuando Pipo iba a cuidar a las cabras. Bubú le avisaba
con ladridos suaves que se quedaba solita.
Así siguieron con sus vidas. Un ruiseñor vino a vivir a su
ventana.
Cantaba, oculto a veces, y de ese modo alegraba esas
existencias puras y simples iluminadas por el misterio del bosque mágico.
Clara Molina - 2024
Tres
oportunidades de atracción
Nací el tres, del tres, de casi tres mil décadas ¡ja! ¡ja!
Tengo tres más nueve. El año que próximo se viene otra época. Este es mi año de
despedida del club de las treintonas, para entrar en las ligas mayores: el club
de las “Señoras de las Cuatro Décadas”.
Me imagino mi fiesta de cumpleaños con alguna temática o
idea divertida: fiesta de disfraz, flúor, o de colores. En casa o al aire libre
con pileta si es en el día. Si es de noche en un salón o barcito. Algún lugar
fresco o con aire acondicionado, para no morirnos de calor, porque en marzo
todavía sigue fuerte el solcito menduco.*
Disfrutando de una rica comida, muchas bebidas, buena música
“áspera” para tirar los pasos prohibidos y mis bailes ocurrentes. Riendo a
carcajadas con mi gente amada y mi grupito de amigas.
El momento de la torta es el más emotivo para mí. Me gusta
tener en mis brazos a mi tesoro y mi mejor creación, mi Ignacio. A él le
encanta cantarme el feliz cumpleaños y ayudarme a soplar las velitas. También
me hace sentir entre incomoda y bendecida recorrer con mi mirada cada uno de
los invitados, que me cantan sus buenos deseos con la canción típica
cumpleañera versión cuarteto y el infaltable canto familiar: “Feliz, feliz en
tu día, amiguita que Dios te bendiga…”
En ese momento siempre agradezco por lo bendecida que soy y
se me acurruca el alma imaginando que el cielo me sonríe.
Pienso pedir que me hagan un delicioso brownie, con crema y
frutillas con la forma del número cuarenta e igual cantidad de velitas para
soplar, como algo representativo. Me voy a quedar sin aire de tanto soplar años
de vida, o mejor dicho velas con años. Algunos muy bellos que guardo en mi
alma, y los más duros son las medallas de honor que me han hecho resiliente,
fuerte y más madura.
Frente a mi torta de cumpleaños, con las velitas encendidas,
cerraré mis ojos y la verdad es que me cuesta tener conciencia plena de lo que
quiero pedir y encima no es uno, sino
tres deseos. ¡Guau!… ¡Qué tremendo trabajo para mis neuronas conectadas con mi
alma! Lo bueno es que esto lo venía trabajando en terapia, con mi doctora de
las emociones. Voy aprovechar esta oportunidad para pedirle al del arriba un
par de sueños y atraer una década de luz, amor y abundancia.
Los deseos no se dicen, si no, no se cumplen. Sí voy a
compartir con ustedes lo que espero de cada uno. Del primero espero
independencia financiera, paz mental y más tiempo de calidad con mi hijo. Del
segundo vivir una historia de amor real y sano. Y por último disfrutar de la
arena blanca y el agua turquesa leyendo mis escritos, o por qué no mi libro.
Hecho está.
GRACIAS.GRACIAS. GRACIAS.
Vanesa Gómez – 2024
*meduco – mendocino.
Adiós amiga
Un día frío de invierno
te escapaste a la antesala,
buscando una nueva luz,
un nuevo color,
para plasmar en la tela;
quizás te enamoró ese espacio,
ese color, esa luz,
que decidiste quedarte
en ese país, donde no hay dolor…
Imagino que un ángel
te guía de su mano
hacia un hermoso vergel
donde abundan los colores,
lo imagino, en tu sonrisa,
que vas creando tu oleo
con amores de tu vida
¡Déjate guiar, querida amiga!
Marta - 2024
Cuento fantástico
Un viaje al
futuro
La inteligencia artificial me ha elegido para viajar 50 años
al futuro. Puedo llevar sólo dos cosas personales inanimadas. ¿Qué puedo elegir
que sea importante para mi vida?
Lo mejor que puedo hacer para un momento inactual, donde no
sé si hará frío y lluvia o si habrá calor de sol o suaves primaveras, será
llevar un par de zapatillas bien acolchonaditas, para caminar, saltar y
ejercitar este cuerpo que se va a enfrentar a un tiempo sin edad.
También llevaría un libro, que con la música de la poesía me
recuerde la palabra fina y lejana que entre mil voces a puerta cerrada serán mi
contacto con mi vida pasada.
Si yo muero será con el corazón henchido de sonidos que
hablan de rosas rojas, prendidas a una guitarra, o un náufrago en el mar asido
a una tabla, una muchacha bajo la luna y allegros
juveniles de enamorados.
Así iré hacia lo desconocido, en silencio, de espalda al
confuso mundo que me lanzó al viento.
Clara Molina – 2024
Anécdota.
Las apariencias
En la década de 1960 vivía en San Rafael, Mendoza, y
trabajaba como contable en una tienda de ropas y telas de ocho a doce y de
dieciséis a veinte, y a las veinte quince ingresaba al colegio secundario al
que asistía y permanecía hasta las cero y treinta, y al salir allí, en la
puerta y durante los seis años que duró mi cursado, esperaba mi padre para
acompañarme a pie y conversando hasta llegar a casa, donde mi madre, que ya
estaba acostada, me había dejado lista una cena calentita y sabrosa.
Un día se presentó una necesidad en mi trabajo: alguien
tendría que ir hasta General Alvear, distante a 257 kilómetros a cobrar un
cheque en un banco. No era difícil pues el ómnibus tenía parada en la misma
puerta del banco, así que el proyecto era ir yo, estudiar lo posible para un
examen que tenía esa noche y regresar en el siguiente colectivo, del que tenía
pasaje de ida y de vuelta, dos horas después de la llegada, tiempo de sobra
para cobrar un cheque.
Descendí frente al banco, entré y en unos segundos tenía el
dinero, y faltaban dos horas para el regreso por lo que decidí dar unas vueltas
para conocer algo de la ciudad a la que no había ido anteriormente. Luego entré
a un café y posteriormente decidí que al primer transeúnte que viera le
preguntaría dónde quedaba la terminal de ómnibus.
Fui seleccionando a los ocasionales caminantes, “este no
porque es muy chico y quizás no sepa, este no porque es muy anciano y quizás
sea sordo, este no porque tiene rasgos asiáticos y tal vez no habla español”,
en ese departamento había una gran colonia japonesa, como las había de otras
nacionalidades, así que cuando ya quedaba un tiempo más que prudencial, decidí
preguntarle a una persona que me hizo pensar: “Este es de los nuestros, es el
que necesito” al ver a un hombre de mediana edad, tez bronceada por el sol,
cabello y bigotes renegridos, vistiendo una bombacha criolla con elegantes
tablitas que le daban amplitud, botas corrugadas, cinturón de rastra con
incrustación de monedas que brillaban al sol, facón a la cintura, saco negro,
chambergo gaucho, pañuelo blanco al cuello y poncho plegado sobre uno de sus
hombros.
Al preguntarle si podía indicarme dónde quedaba la terminal
me hizo repetir dos veces, pero cuando estuvo seguro de haber entendido comenzó
a explicarme, de tal modo que yo no le entendía ni una palabra, por lo que le
di las gracias para seguir pero él me retenía diciendo, en muy mal español,
“No, usted no entender” y volvía sobre su explicación. El buen hombre era ruso.
Supe entonces que las apariencias engañan.
Marta -2024
Fábula
Equipos
Mañana comienzan
las clases –dijo muy orgulloso el pizarrón- y en vacaciones me han embellecido,
pasándome una mano de pintura nueva, dejándome hermoso.
Haremos una buena
dupla –agregó la tiza- ya vi tu cara de pizarrón y me dieron muchas ganas de
escribir, de que el maestro me utilice y guíe para volcar en ti sabiduría.
¡Ja! ¡Qué ilusos!
–se oyó una vocecita pequeña, la del bolígrafo, que no por eso se podría juzgar
de tímida.
Ya lo creo
-agregó el cuaderno- nosotros, porque cada cuaderno y cada bolígrafo tiene un
dueño. Somos muy importantes, porque guardamos en nuestros cuerpos los temas
presentados para que puedan ser leídos posteriormente, y el encargado de
volcarlo en mis hojas eres tú, mi compañero inseparable.
Se oyeron unas carcajadas
sonoras, el pizarrón y la tiza se reían burlonamente.
¿Y qué podrían
transmitir vosotros si los alumnos no vieran los temas escritos en mí? –dijo
con cierta prepotencia la pizarra.
Y mi esfuerzo
–aseguró la tiza- porque yo, para que mi oficio sea eficiente, voy dejando la
vida.
El cuaderno y el
bolígrafo se sintieron algo humillados, pero en ese instante entró el profesor
y, seguido de un saludo de bienvenida a los alumnos, comenzó a explicar y
escribir con la blanca tiza sobre el negro pizarrón, ambos muy orgullosos y
sonrientes, algo burlones, sintiéndose los héroes de la clase. Sonó la campana,
y el profesor, a modo de despedida dijo:
Copien bien el
tema, que el profesor de la próxima materia seguro lo borrará –y salió del
aula.
Moraleja: Aunque el oficio parezca insignificante,
cada quien ocupa un lugar importante y necesario en el todo.
Asunción - 2024
TRES DESEOS
FRENTE A LA TORTA DE CUMPLAÑOS
Hoy es mi cumpleaños y estoy confundida, no sé si cumplo 33
o 73, ya perdí la noción de los años. Vendrán mis amigas más cercanas a tomar
el té. Bueno lo del té es una excusa, en realidad compré cerveza y otras bebidas
espirituosas.
Tengo preparada la mesa, sólo falta que llegue el pedido de
la confitería.
Mientras eso ocurre, terminaré de acomodar mi cabello y
retocar mi maquillaje, tendré que apurarme porque se está haciendo tarde.
Estoy frente al espejo y suena el timbre, voy a atender y
efectivamente, llegó la torta y los sandwich que encargué.
Todo listo, me sentaré tranquila a esperar a las mujeres que
invité. Respiro profundo para calmar mi ansiedad. Timbre otra vez.
-Pasen, pasen, que alegría verlas- Abrazos, besos, regalos y
empieza el ritual de cada año en ésta fecha.
Comimos, tomamos, charlamos, recordamos viejas historias de
viajes, de amores y de picardías, muchas risas y alegría.
-A ver, a ver. Llegó el momento de soplar las velitas, pide
tres deseos- dicen mis amigas y yo pido:
Cumplir uno más- Conservar la memoria- Tener buena salud.
El primero: Aunque quisiera cumplir varios más, me
conformaría con uno de muchos viajes y felicidad disfrutando entre familia y
amistades.
El segundo: Que nunca pierda la memoria y la razón, que son
bendiciones divinas.
El tercero: Como siempre mi salud fue frágil, esto es lo que
más deseo.
-Bien amigas, ¡Arriba las copas! ¡Brindemos por la vida!
¡Salud y viva la amistad!
Ana María Muñoz - 2024
Reflexiones CAMINO ESPIRIT...