fábula
Encuentro en otoño.
La
hoja y la pluma
Una hoja se desprendió del árbol en que vivió, ya casi sin
vida llegó al suelo. Aterrizó sobre la vereda en suave caída, saboreando el
aire otoñal.
Cuando abrió los ojos vio a su lado una hermosa pluma
vestida de tonos azulados, y el gris de su mirada le llegó en ese instante tal
un flechazo de superioridad.
Hola –saludó la
hoja, y preguntó -¿Cómo estás? ¿Cómo te
llamas? ¿De qué árbol te has desprendido?
¿Qué pretendes
demostrar con ese saludo fresco y amable? -contestó agriamente la pluma, y
continuó –No soy de ningún árbol, no
aguantaría vivir mi vida entera aferrada a un ser que no puede moverse de su
lugar. Soy una pluma de una paloma, por eso visto con hermosos colores, no como
tú que viste del color de la tierra en este momento aunque hayas sido verde y
fresca. He volado por los cielos, he visto las plazas de la ciudad en mi vuelo
y el paisaje desde las torres más altas; he vivido en musicales campanarios y
en cálidos nidos, soy famosa porque mis antepasados, las plumas de todos los
tiempos que escribieron cosas muy importantes de los pueblos y la historia.
Y calló su voz mientras sacaba pecho.
¡Ah! –dijo la hoja
–tienes razón. Yo sólo dí sombra sin
fijarme a quién se la daba, tomé el dióxido de carbono y devolví el oxígeno al
ambiente, viví sólo unos meses pero cumplí con mi propósito en la vida.
La pluma iba a responder, abriendo su boca de buzón de
asombro, cuando aparecieron dos niños.
Mira –dijo uno de
ellos – una bonita hoja para el adorno
del aula con el tema del otoño –y sin querer apoyó su pié sobre la
indefensa pluma que, desprendida del ala de la paloma, ya era historia.
AMI – 2023
MORALEJA: No es como
luces ni lo que dices si ese no es tu propósito en la vida.