Ensayo
El anhelo de
libertad
“La mayoría de
nosotros aspiramos a vivir en forma coherente con valores espirituales
profundos. Sin embargo, suele ser difícil definir qué significa vida
espiritual… Vivir espiritualmente “guiado” significa estar dispuesto a sentarse
en el silencio, permitir que el conocimiento se haga presente, abandonar los
miedos y soltar todo aquello a lo que estamos encadenados.”
Graciela Pérez Martínez
La vida espiritual es, aunque parezca redundante, la vida en
toda su magnitud impulsada por el anhelo de libertad. Somos seres espirituales,
por lo tanto nuestra vida cotidiana no puede estar separada de ello.
El cuerpo físico, las emociones, la lucha diaria para
sostener la estructura que el hombre mismo creó en pos de su desarrollo está teñido
de espiritualidad. Su mayor obstáculo es la necesidad de separar por un lado lo
espiritual y por otro su cotidianeidad.
¿Se puede hablar de lo que es espiritual y de lo que no lo
es? ¿Es espiritual que vaya a trabajar, que prepare el almuerzo, o que me ocupe
en procurar para mí y los seres que me rodean una mejor calidad de vida? Son
preguntas difíciles de responder considerando que para cada punto de vista hay
una respuesta diferente, que depende de las experiencias vividas.
Podemos preguntarnos, eso sí, cuan expansiva es nuestra
espiritualidad. Considerando que espiritualidad se puede traducir en el
esfuerzo de vivir conscientemente, queda pendiente la pregunta: ¿Para qué?
El hecho de vivir consciente nos da la medida justa del aquí
y el ahora. Vivir este momento como lo único que es nos hace libres. Libres de
la pesada mochila del pasado que nos condiciona en la óptica con la que podemos
mirar la realidad, y de la distracción del futuro.
¿Y cuál es el campo dónde podemos practicar el vivir
conscientemente? Nuestra vida cotidiana. Cada instante vivido es maravilloso si
podemos estar realmente presentes.
Una vida es a cada instante lo que una extensa playa es a
cada granito de arena. ¿Se puede decir que un instante de lucidez, de
conciencia, es liberador? Mientas más consciente, más libre; mientras más
libre, más expansivo. Al romper las barreras de las limitaciones del pasado y
la ilusión del futuro se nos presentan infinitas posibilidades, y
simultáneamente cada célula de nuestro cuerpo está presente, se amplía nuestro
estado de conciencia.
Cuando estamos en presencia, somos parte, y si somos parte,
nos comprometemos. Cuando nos comprometemos con nuestra realidad se presentan
constelaciones de relaciones que, siguiendo su dirección, amplían el foco de nuestra
óptica.
El conocimiento expansivo de una realidad une muchas
realidades, dándonos un marco referencial cada vez más amplio.
Al aliviar la gran presión de sentirnos el centro de todo,
descubrimos que somos parte importante pero no única, que podemos encontrar en
los otros un espejo haciendo el esfuerzo por comprender otras realidades, nos
hace más dúctiles, más adaptables: amplía nuestra conciencia. Tiene que ver con
el concepto de libertad.
Todo lo que el ser humano busca es ser libre.
En el campo de la medicina, todas las investigaciones y
descubrimientos buscan liberarnos de las enfermedades. Desde de la tecnología
buscamos automatizar más las cosas que nos ocupan, ya que tener más tiempo nos
da más libertad para lograr nuestros anhelos. Desde lo psicológico buscamos
liberarnos de recuerdos traumáticos y condicionamientos. En cualquier aspecto
que enfoquemos, la liberación es el objetivo.
La libertad anhelada, el impulso de trascender los límites,
de establecer relaciones que nos ayuden a comprender la realidad, el instante
en que vivimos, es vida espiritual. Es la vida en toda su magnitud.
Stella Maris Olivera