jueves, 31 de marzo de 2022

 

MI OTRO YO

Soy la señora del quinto B, ésa que casi nunca saluda y que todos tildan de “agrandada” sin conocerme y sin saber mi historia.

Me levanto temprano, tomo un poco de yogur y como una fruta para salir hacia el gimnasio.

Camino apurada y no miro a nadie por la calle, en realidad soy muy tímida y tengo mucho miedo, desde que fui agredida a plena luz del día por unos chicos, los que se llevaron mi mochila, es por eso que soy muy poco comunicativa y antipática.

Mis días son aburridos, hago siempre las mismas cosas y tengo pocas personas con quien relacionarme, me encierro y no logro olvidar ése episodio desagradable.

Me gustaría ser como la del quinto A, siempre alegre y con tantas amistades. Ella que va al cine, al teatro, ella que siempre va sonriendo y saludando a todos los vecinos del edificio.

En una sesión con mi psicóloga le comenté esto y ella me dijo que estaba en mí revertir la actitud hacia los demás, y que si ponía una sonrisa en mi rostro seguramente recibiría de los otros un gesto amable. No sé si lograré cambiar.

                                                                              Ana María Muñoz - 2022

miércoles, 30 de marzo de 2022

 

Prosa poética:

 

Sueño sobre patines

 

¡Oh! ¡Anhelo que levanta vuelo y se aleja en el suspiro alado!  Me desliza, ágil y liviana el hada helada del hielo, con la gracia del cisne del lago.

Dibujo círculos, trazo espirales siguiendo las ondas de un mudo vals, que de la mano me lleva a descubrir en el blanco espejo mi silueta fundida en la danza.

Pura magia sobre el hielo en la pista de mi ensueño ¡Algún día se cumplirá mi anhelo!

 

Nela Bodoc - 2021

martes, 29 de marzo de 2022

 

Consejos

 

En lo desconocido está la posibilidad de ampliar tu conciencia, de descubrir tus propias reacciones, conocerte y reconocerte. Y ese es el encanto, la magia de esta vida, aprovéchala.

 

AMI

 

 


                 Ruptura

 

No fueron inocuas sus palabras.

Los misiles de su rencoroso duelo

horadaron el ya contrariado pecho

dejándole un agujero negro de silencio.

 

No dijo adiós. Tuvo miedo.

Se alejó arrastrando los grilletes

de una libertad que nunca fue.

 

El polvo gris del olvido,

cual cenizas de un volcán,

fue cubriendo cada rincón.

Leves telarañas envolvieron,

amorosamente, una a una,

las deslucidas joyas del recuerdo

para preservarlas del desamor.

 

Nela Bodoc - 2021

lunes, 28 de marzo de 2022

 

LA TIA ORFELINA

 

Era tía de mi padre, o sea, era mi tía abuela y era muy viejita y aunque vivía en otra ciudad, siempre nos visitaba. Le gustaba cocinar y mi madre era feliz entregándole sus ollas y así librarse de hacer la comida, tarea que nunca fue de su agrado.

La recuerdo con un cigarrillo siempre en su boca, de vez en cuando lo asía entre sus dedos y aspiraba, luego expulsaba una bocanada de humo que a mí me parecía asqueroso y creo que ella lo disfrutaba. Yo la miraba esperando el momento de ver caer la ceniza sobre las papas que ella pelaba y que más tarde serían el puré que comeríamos; pensaba ¿qué sabor tendría la comida con ceniza? Bien, el asunto es que para ella era de lo más común andar todo el día con un “pucho” en su boca.

Hablaba mucho y contaba historias muy graciosas como cuando viajó en barco en medio de una tormenta y, muy asustada, se encomendó a todos los santos, ella, que no sabía el nombre de ninguno solo repetía: “Santos, santitos, no dejen que naufraguemos en este barquito” lo decía con tanta gracia y con su cigarrillo en la boca que mis hermanos y yo reíamos a carcajadas.

Mi tía abuela estaba siempre contenta y era cariñosa con todos, sus historias eran todas verídicas, según ella, pero nadie le creía. Tenía muy buena salud, era muy flaquita pero fuerte como nadie, viajaba sola y fumó hasta sus últimos días de vida, que fueron muchos.

Hoy la recuerdo con mucho cariño.

 

Ana María Muñoz – 2022

 

Consigna: “Sacudiendo el árbol genealógico”  

 

domingo, 27 de marzo de 2022

 

                                         

                                           Dónde están


Dónde están los pájaros

Ya no vuelan, ni cantan, ni anidan

Dónde es que se han ido.

Ya no se escucha la algarabía de los niños,

Dónde están los niños,

Dónde están.

Han cambiado risa por llanto sufrido,

Sus caritas tristes, muy tristes de niños…

La congoja aprieta la garganta,

Caminan, caminan,

Desolados, resignados, tan sólo algunos

No entienden lo que pasa, pero sienten que todo es muy malo.

Arrastran con ellos su corto pasado…

Quedaron atrás sus casas, sus juegos,

Ya no habrá más rondas, ni olores, ni fotos, ni sueños.

Todo es polvo, ventanas quebradas,

No hay puertas ni techos, ni flores, ni abuelos,

Ellos se han quedado a cuidar su tierra.

No miran atrás, siguen caminando, quien sabe hacia dónde.

Un futuro incierto sólo los aguarda,

Son niños marcados, niños de la guerra.

La vida ha cambiado,

Crecerán de golpe aun siendo tan niños…

Dónde están los niños,

Dónde están los pájaros,

Dónde están ahora

¿Qué será de ellos?

Quisiera abrazarlos, mirarlos a los ojos

Y en nombre de todos los seres humanos

Tan solo decirles:

¡Les pido perdón!

               

                                                               Alicia Rita García – Marzo 2022

 

sábado, 26 de marzo de 2022

 

Descripción

 

EL NACAR DE MI CORAZÒN.

 

Rodete blanco, cuya cabellera nacarina perdura en el recuerdo de mis mejores momentos de la infancia. Postura de matrona, con su delantal blanco (que se lo cambiaba todos los días) abría mis mañanas con el barullo en su gallinero.

Mi bisabuela, “La Eusebia”, así le decían los nietos. Decía que ella dejaría su impronta en mí (la primer bisnieta) ¿será?, por allí me veo reflejada en algún hábito medio ancestral.

Cada gallina tenía un nombre: la Colorada, la Prolífera, etc… me daba su bolsita con maíz y me levantaba en sus largos y fuertes brazos e inclinándome con cierto temor, desparramaba el alimento ante un cacareo infernal, ella me susurraba –“Dale mijita, dale que vos sos de las mías” -yo no entendía nada en ese momento.

Al desplazarse me parecía un monumento, su altura y firmeza despertaba en mí seguridad y admiración. Su placer era amasar en esas bateas grandes de madera, donde con sus manos dibujaba mi silueta en una masa dulce, luego me sentaba en sus firmes rodillas a saborear la leche con su muñequita amasada.

Algunas tardes se sentaba en la vereda alta, en su sillón preferido y, yo arrastrando mi pequeña silla acompasaba el vaivén de su sillón con el canto “Arroz con leche”. Pasaban vecinos, la saludaban y ella respondía con una sonrisa jocosa y luego me decía: “¿Decime mijita, quién es esa señora?”

Recuerdo que todas las tardes venían a visitarla distintos familiares, y eso me inquietaba, pero ella respondía: “Mijita, como soy la más antigua de la familia todos vienen a consultarme sus cosas”.

¡Un personaje “La Eusebia”! Cierto día tomé su escoba, la levanté como apuntándole y ella con su rostro benévolo, pero con mirada que denotaba autoridad, me dijo: “Mijita bajá eso que el diablo nunca duerme” La recuerdo y me florece y refresca el alma.

Con los años se acompañó de un bastón, y decía: “Mirá, me parece que este va a ser mi compañero inseparable”.

Cuando miro las Santa Rita florecidas la veo a ella; recogía sus flores, me sentaba en una silla y enredaba mis rulos con ellas.

El olor a pan horneado, los árboles frondosos, los geraneos, el delantal blanco, andar cansino pero firme, es “La Eusebia”.

Partió a los 104 años, pero permanece en la mejor estrella del cielo de mi corazón.

 

Cristina Maidana – 2022

 

Consigna: Sacudiendo el árbol genealógico.

viernes, 25 de marzo de 2022

 

Encierro

He llegado hasta el punto de sentirme sola, ausente, separada de todos los demás. Al parecer nadie puede pensar como yo, creo que ni siquiera lo intentan ¡Oh! ¡Qué impotencia!

Y mis ojos se cierran, me voy adormeciendo en este encierro que limita mi soledad. Yo, mi ego y más allá, una multitud de egos errantes.

Y mi mente se embarca en un crucero de imágenes con sentido: Me encuentro en un castillo medieval, rodeado por un profundo foso, que lo convierte en una fortaleza inexpugnable, nadie puede entrar, pero tampoco nadie puede salir, únicamente yo tengo la llave, el puente levadizo que sólo se acciona desde adentro.

Despierto sobresaltada.

Pienso, evalúo.

Encuentro el sentido.

                                                                                                              Asumi - 2022

jueves, 24 de marzo de 2022

 

REGRESO

 

No quiero volver atrás. No quiero regresar a los días de inquietud por tus salidas, por tus ausencias ni por tus llegadas…

No quiero tu regreso.

Estoy feliz, libre, sin sobresaltos.

Miro el cielo y veo estrellas, no tormentas.

Miro el paisaje, veo luz, naturaleza, no sombras peligrosas.

Ya mis ojos no te buscan, y tus manos no me llaman.

¡Ya no quiero tus caricias! Ni me estremece tu sonrisa.

Ya sin sombras, ya con tregua.

No regreso.

 

                                                    Clara Molina

                          

 

miércoles, 23 de marzo de 2022

 

Consigna: “Mi otro yo”

 

Mi amiga

 

Según dicen las malas lenguas soy muy amorosa, simpática y alegre, adornada por una gran paciencia.

Me gusta ser así. Pero no es mérito mío solamente, mi amiga colabora para que así sea.

A ella le toca la peor parte, es la que dice malas palabras, a veces en silencio mientras otras hacen temblar las paredes.

Es la que pone las quejas, por supuesto referidas a los otros: ¡Dios mío! ¡Cómo puede ser que no entienda! ¡Qué bárbaro, qué falta de comprensión lectora! Y no les cuento si a mí se me cae algo o se me vuelca el café…irreproducibles sus reproches, pero bueno dejémoslo ahí.

A veces sus reclamos son en forma de ironías, cuando vamos en el auto no perdona, dale pásalo pareces una tortuga, ¡No! No pongas el señalero total a quien le importa para dónde vas a doblar. Y bueno somos inseparable no la puedo dejar, las dos caras de la luna que habitan en mí. 

 

          Inseparables

Tengo una amiga

que me acompaña siempre.

Está a mí pegada,

no me pierde pisada.

Si yo lloro ella festeja,

si río ella llora.

Si no le hago caso

ella se queja.

 

Amiga insoportable

de mi mundo interno.

Que a veces se levanta

con el pie izquierdo.

Pero si está de buenas

salta de la cama,

conquista al mundo

y nadie le gana.

 

A veces es buena,

a veces es mala,

pero qué voy a hacer…

¡No me pierde pisada!

Somos como la luna

tenemos dos caras:

Una la muestra, la otra la oculta,

una es oscura y la otra clara.

 

         Ana Schiavone -2022

 

martes, 22 de marzo de 2022

 


CREENCIAS POPULARES (también llamadas supersticiones)

 

En mi casa paterna, un barrio de jóvenes familias, había alambre tejido entre los patios de cada vivienda. Yo tenía siete años cuando llegué a vivir allí.

Mi madre, amorosa con las plantas y un poco arisca con los vecinos, enseguida que llegamos plantó junto al alambrado una enredadera para que hiciera cerco verde y así resguardarnos de las miradas del vecindario.

La planta creció mucho muy rápido, con unas bellas flores blancas que perfumaban el lugar. Yo también crecí y me convertí en una adolescente muy agraciada.

Las vecinas se reían y le decían a mi madre: -Tu hija jamás tendrá novio y nunca se casará, porque esa es la maldición de la madreselva-

Mamá jamás creyó tal cosa, tuve mi primer novio a los 15 años y me casé a los 18. ¡Ja Ja Ja!

                                                                                             Ana María Muñoz - 2021



lunes, 21 de marzo de 2022

 


Otoño en mi tierra

 

Amanece y el sol sorprende

Con una brisa fresca que acompaña.

Color, frescura y luz

Regocijan y renuevan mi corazón.

 

Ocres, verdes, marrones

Dibujan mi paso al caminar.

Rojos, celestes y blancos

Iluminan en lo alto al mirar.

 

Muchas plazas en mi entorno

Invitan a sentarse y observar.

Catitas, loros y canarios

Tranquilizan mi agitado respirar.

 

María Gabriela Medawar – 17 de marzo de 2022

 


Reencuentro

Camina por senderos grises, cada paso que dio ya había sido dado.

En el mismo espacio, volvió a respirar ese aire repleto de retamas amarillas en flor.

Acarició los troncos ásperos de los ancianos omnipresentes… testigos silenciosos de todas las historias.

Y volvió a escuchar su voz que se hacía una con el viento:

-¿Dónde estás?-

Y sin hablar respondió:

-¡Aquí por siempre!-

 

Sella-2021

domingo, 20 de marzo de 2022

sábado, 19 de marzo de 2022

 


Por los caminos del tiempo

he descubierto mil cosas,

algunas, maravillosas,

otras se llevó la vida,

pero en la huella escondida

donde cambió mi destino,

allí encontré tus pasos,

mi querido gran amigo.

               Alberto Coronel

viernes, 18 de marzo de 2022

 

METÁFORAS


Un amor en el rio

Una vez un hombre y una mujer se peleaban con las miradas, porque se dieron cuenta que ambos tenían dos caras, una como el sol y otra como la luna, la mujer voló tan alto como un águila y el hombre corrió como Forrest Gump, sin embargo se encontraron como dos gotas de agua en un mismo río que estaba cerca de una casa y una montaña, tanto hombre, mujer, río, casa y montaña estaban dibujados en un cuadro que cuando mirabas desde el río parecían estar vivos.


                Verónica Gandarillas - 2021

 

jueves, 17 de marzo de 2022

 

El último trozo

 

Allí, en el plato, estaba la última porción de la tarta de frutilla, que horneó la dueña de casa, que es una eximia pastelera.

Quería prestar atención a la conversación de las presentes, que estaban enfrascadas en un debate sobre las dietas, pero mis ojos se iban en dirección de ese tesoro con frutitos rojos y copetes blancos de crema chantilly. Es mi favorita.

-Tienes que ser mía- pensé- No permitiré que alguien me gane de mano.

De pronto, veo que una mano que no era la mía iba en dirección al plato.

-¡No! -gritó en mi cabeza mi otro yo-¡Detente! ¡Ni se te ocurra tomarlo!¡Ya te comiste tres!-pero ¿Cómo podía satisfacer tan imperioso deseo sin quedar expuesta mi glotonería frente a las fruncidas de mis amigas?

Sentía que se me hacía agua la boca mientras seguía el monólogo en mi hemisferio izquierdo.

-¡No seas tan escrupulosa, y cómetela de una buena vez!- me decía la voz con más intensidad.

Pero aquella, la que se comió tres porciones, me robó ese trozo de gloria culinaria.

-¡Eres una egoísta y desconsiderada!- estuve a punto de gritarle. Por suerte no me atreví. Al menos pude conservar algo de dignidad.

Y mandé, a donde ya se sabe, por un largo rato a “mi otro yo”

 

Nela Bodoc – 2022

 

Consigna: “Mi otro yo”

 

miércoles, 16 de marzo de 2022

 


En San Luis

 

De vez en cuando me hablo,

la gente me mira raro

¡Pobrecita! Sé que piensan

“Miren la pobre loquita”

Yo me río porque sé

que la gente no me entiende.

Si llorara, ¿qué dirían?

pero prefiero reírme.

Sé que tropiezo y que salto

cuando la risa me atrapa,

hasta me reto o me alabo,

o pego un gran salto,

y caigo sobre algún perro cansado

¡Qué locura! ¡Qué inocencia!

que nos atrapa de a ratos

¡Una señora tan seria, pisando

el gato de al lado!

De vez en cuando me hablo,

pero no tan de costado,

porque quizás me acostumbre

y ya nunca vea claro.

 

Clara Molina - 2021

martes, 15 de marzo de 2022

 

Ensayo

Funciones y beneficios de la risa genuina

 

El reír espontaneo es para mí como la música, una vibración cálida como el trino de un ave. Si está acompañada por un contacto visual con el otro también existe una comunicación sin necesidad de palabras.

Se trata del tipo de risa que genera importantes beneficios. La risa genuina es en general la vinculada a la felicidad o a aspectos positivos, como fuera tan bellamente descripta por Astor Piazzolla y Horacio Ferrer en su célebre canción “Balada Para Un Loco “

 

“Nos sale a saludar la gente linda

Y loco, pero, pero tuyo ¡qué sé yo!

Provoco campanarios con la risa

Y al fin, te miro, y canto a media voz “


La risa nos permite la liberación de energía provocada por las emociones, podemos imaginarla como una reacción explosiva, que surge de manera más o menos súbita.

Reírnos tiende a despejarnos la mente y recargar nuestras reservas energéticas, mejorando nuestro estado de ánimo e impulsándonos a actuar.


“Quereme así, piantao, piantao, piantao

Trepate a esta ternura de locos que hay en mí

Ponete esta peluca de alondras, y volá

¡Volá conmigo, ya! ¡Vení, volá, vení!”

 

Se ha demostrado que reírse aumenta los niveles de dopamina y oxitocina, así como también que esta acción genera una importante disminución en el nivel de cortisol en sangre. De este modo, la risa permite disminuir el nivel de estrés y de ansiedad. Asimismo, disminuye el nivel de dolor percibido. Para comprobar si, efectivamente, la risa promueve efectos benéficos, un equipo de psicólogos y biólogos, encabezado por Robin Dunbar, ha llevado a cabo una serie de experimentos en los que se midió el umbral del dolor de personas sometidas a diferentes tratamientos, tanto en el laboratorio (viendo videos de humor o neutros) como en una situación de la vida real (espectadores de teatro humorístico o dramático).

Los resultados fueron concluyentes: en todos los experimentos se comprobó que al ver películas o representaciones de humor los sujetos se reían con frecuencia y con ganas, y en ellos se elevaba de forma significativa el umbral de dolor tras la experiencia. Esto solo ocurría cuando lo que habían visto les había provocado risa.

Según los autores de la investigación, la elevación del umbral de dolor es consecuencia de la producción y liberación de endorfinas en el encéfalo. Y suponen, además, que son los movimientos musculares característicos de la risa los responsables de estimular esa liberación.

Uno de los múltiples beneficios de la risa es el hecho de que mejora nuestro estado de salud al mejorar el funcionamiento del sistema inmune y la capacidad de oxigenación, estimular nuestra frecuencia cardíaca y disminuir la tensión arterial.

Permite asimismo una gestión del conflicto en el que se pueden negociar, compartir y contrastar las perspectivas existentes en el grupo sobre determinadas realidades.

Ling Yu Tang, escritor y pensador chino, reflexiona sobre este tema: El hombre moderno toma la vida con excesiva seriedad, y debido a que es demasiado serio, su mundo está lleno de dificultades. La importancia de la jovialidad nunca debe olvidarse, porque ella cambia la calidad y el carácter de toda nuestra vida cultural. La risa tiene una virtud purificadora, lo mismo tratándose de los individuos, que de las naciones. Quien posee el don de la jovialidad tiene la clave del buen sentido, de la sencillez de pensamiento, del humor apacible y de una acertada perspectiva del mundo.

 

Referencias

-Díez, S. (2005). Reírse, el mejor anti estrés. Revista Mente Sana, 5; 134-136.

-R. I. M. Dunbar, Rebecca Baron, Anna Frangou, Eiluned Pearce, Edwin J. C. van Leeuwen, Julie Stow, Giselle Partridge, Ian MacDonald, Vincent Barra and Mark van Vugt (2012): “Social laughter is correlated with an elevated pain threshold” Proceedings of the Royal Society B 279: 1161-1167


María Eugenia Bazzalo - 2021

 

lunes, 14 de marzo de 2022

 


UN SUEÑO

 

Iba caminando entre nieblas como gajos de tules blancos que colgaban tristes desde lo desconocido. Vestía un camisón ¿o era un vestido? Largo y blanco también.

Caminaba tropezando y con las manos y los brazos extendidos porque no veía nada, solo la niebla. Iba sola, de espaldas, rodeada de nubes blancas.

¿Qué buscaba? No se veía nada. Ahí dije y repetí ¿Dónde estás? ¿Adónde te fuiste?

No sé si tenía miedo. Difícil decir ¡Los sueños son tan intangibles como la niebla!

Quizás mi búsqueda de lo que alguna vez conocí estaba en el sueño, oculta a mis ojos, pero intuida por mi ser.

 

Clara Molina - 2021



domingo, 13 de marzo de 2022

 

Haiku


La gota brilló

Dentro del bello cáliz

Que agua pidió

Nela

 

Microrrelato

 

                La ola golpeó estremeciendo la cabaña. Me volví a dormir.

                Ana María Muñoz

viernes, 11 de marzo de 2022

  



Rememorando


Yo fui la sacerdotisa de oro del sol,

y fui la que alumbró tu paso

en caravanas desérticas

en tiempos inmemoriales.

Pasaron miles de años

como si fuese un día,

y en las escalinatas

de Isis te adoraba.

Señora del tiempo

y de los atardeceres suaves

en los templos,

aquí estoy remontando

el pasado de mis días

en el recuerdo azul

de tus noches.

 

                                                         Mirta Fernández - 2021


 

                                                        

                                                                REENCUENTRO


Don Arturo camina entusiasmado cada mañana al café San Cristóbal, allí desayuna y se impregna de las noticias del día anterior.

Allí se encuentra con su hijo, quien le habla de Manuel, el tercer nieto de la familia Roldán. Manuel no ve a Don Arturo desde hace cinco años, y quiere volver a verlo. Es más, hoy vino especialmente y lo espera en la puerta del café.

- ¡Abuelo Arturo! Soy tu nieto, quería verte desde hace muchos años ¿Cómo estás?

A don Arturo le saltaron las lágrimas - ¡Hijito, qué emoción! Siéntate niño ¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho?

- Vivo en una escuela albergue con quince chicos más. Pero quería verte y que me enseñes tu don para el dibujo. Me han dicho que eres muy bueno ¿Cómo te inspiras para dibujar?

- ¿Recuerdas el canario que tenías en tu casa, el canario amarillo? A veces, para despertar un talento o una habilidad, debemos abrirle la jaula. El canario querrá volar pero quizás no tenga desarrolladas sus alitas. Entonces debes practicar trazos, dejar volar tu imaginación, observar tu entorno, tratar de plasmar en el papel aquello que quieres comunicar. Poco a poco lo lograrás. Observa -Y don Arturo abrió una servilleta de papel y dibujó, con su lápiz grafito, el ave volando, a la creatividad que él sentía como un vuelo del corazón que quería expresar. Se lo entregó a Manuel, quien lo guardó lleno de gozo y sintió cumplida su misión.

Y su nieto, calladito, casi boquiabierto, asombrado, lo abrazó, le dio las gracias y se retiró corriendo. Pensando volver a ver a su abuelo unas semanas después con una carpeta llena de dibujos: había logrado volar.

Gaby Medawar 2020

 

jueves, 10 de marzo de 2022

 

Fábula

JAUCA Y PIPINA

 

Un día claro, de esplendoroso sol, estaba la vaca Jauca pastando en el campo verde. La alfalfa y el mijo habían crecido tanto que el alimento era muy abundante. Pero Jauca, comía lento y poco. De vez en cuando traía (por hábito) lo guardado en su estómago.

 Pipina, la gorriona, andaba por ahí revoloteando, buscando granitos de mijo. Observó sin querer o queriendo, la aparente indiferencia de Jauca. Se posó en el amplio y huesudo lomo y le preguntó: -“¿Qué te pasa dulce Jauca? Te veo solo rumiar, sin aprovechar la rica alfalfa y el sabroso mijo”

 Jauca movió rápidamente la cola para espantar algunas osadas moscas, miró con lánguida mirada a Pipina y de su ojo izquierdo cayó una gruesa lágrima y dijo: -“Se han llevado a mi ternero, solo tiene dos meses y no sabe estar solito ¿A dónde se han llevado a mi bebé? Hoy temprano me ataron, me pusieron unas cosas en mis ubres dejándome seca. La suave boquita de mi bebé no sacó mi leche ¿Dónde está mi bebe?” Ahora las lágrimas caían en abundancia de sus dos ojos.

 Pipina, con su pequeña cabecita y su alma de pájaro le dijo: -“Los humanos son una especie extraña. Suelen pensar solo en su propio bien, sus gustos, sus deseos, su dolor. Todo lo demás no existe, es solo un bien de uso. Hasta se matan entre ellos, se abusan de todos los modos para quitarle al otro lo que desean para sí. Es verdad que yo me como alguna vez un mosquito, o un gusano, pero ellos no paran de comer y comer. Mi querida Jauca ¿Sabías que en España nos cazan con redes, nos matan, despluman, cortan la cabeza y las patas. Nos fríen y nos comen como tapas?”

 Jauca llora en silencio, a veces espanta las moscas. Y la gorriona le comenta: -“Jauca, tratemos de no pensar donde está tu bebé, o al revés, pensemos que está pastando feliz en un campo de alfalfa tierna.”

 -“Mi bebe no sabe todavía comer solito” -agregó la desconsolada madre.

 -“Jauca, Jauca -dice Pipina -los humanos son muy extraños, se llenan la boca hablando de amor y lo matan todo sin compasión. Dicen que nosotros somos bestias sin sentimientos y que no experimentamos dolor ni amor.”

 Jauca, rumiando suave por la fuerza del hábito y con lágrimas en sus dos ojos dice: -“No todos los humanos son así, pero la mayoría de ellos cuando hablan de nosotros, hablan de sí mismos. Dicen que no amamos, que nuestro dolor es solo una reacción refleja, que carecemos del instinto maternal y de familia. Que no sentimos nada, que Dios nos creó para ser su alimento y lo que les venga en gana. En realidad no hablan de nosotros, sino de ellos mismos mi querida Pipina. Por favor fíjate, algo en mi lomo me está pinchando fuerte. ¿Me lo puedes sacar?” Pipina le explora el lomo y encuentra una garrapata intentando atravesar el cuero de Jauca. No le gustan las garrapatas, por eso llama a la lechuza para que la desayune.

 

 

MORALEJA: En la Tierra todo se come a todo para sobrevivir, es el sistema de nutrición en este planeta. Pareciera (no lo sé) que el único que no mata es el reino vegetal, excepto las plantas carnívoras. Todos los Reinos son diferentes, lo cual no quiere decir que no sientan amor, ni miedo, ni dolor, ni enojo.

Por eso, cuando vayas a matar a quien sea, piensa que es un ser sintiente y que hay otros que lo aman. Recuerda que lo que ves en los supermercados, en prolijas bandejas cubierto de plástico con carteles anunciando su marca y precio, es un trozo de un ser sintiente. Cuando te lo comas, agradécele al menos que dió su vida por ti, para ti. Y que alguien de su especie lo extraña.

 ¿Cómo podríamos nutrirnos ocasionando el menor dolor posible? Es la pregunta del billón. ¿Alguien la puede responder? Si pudiéramos aprender a vivir del Prana…

 

Teresa Columna - 2020

miércoles, 9 de marzo de 2022

 

 

RIO Y MAR

 

Mira por donde asoma

el rio camino al mar.

Va de prisa como huyendo

de las rimas del juglar.

Mientras María ora en la misa

y la oración está en prosa,

amar, reir, asir con ilusión la vida

olvidando la ira, abrazando la risa.

Imaginando como posa el sol sus rayos con amor,

en la inmensidad de las aguas

fundidas de rio y mar.

Any Muñoz

martes, 8 de marzo de 2022

 leyenda 


LA FURIA DEL VOLCÁN

 

La abuela vivía en la Patagonia, con sus 80 años a cuestas. Era una mujer activa, audaz y una excelente contadora de historias. Nos sorprendía su creatividad ya que nunca había salido de su entorno, transcurrió su vida en ese paraje junto al lago y las montañas, pero su imaginación recorría diversos lugares y sus relatos eran parte de ellos. Conocía el mundo como si fuera una gran viajera.

 Recuerdo la historia de los volcanes que ella magistralmente nos relatara más o menos así:

Dicen los ancianos del pueblo que hace cientos de años, vino por éstos parajes un joven y apuesto criancero arreando sus ovejas, un ser solitario que por las noches tocaba su armónica y entonaba tristes melodías junto a la fogata dónde cocinaba sus alimentos. Una de ésas noches, un fuerte vozarrón lo sobresaltó: -¡Canta algo más alegre muchacho! -le dijo -¡Atiza el fuego de tu corazón!

 El joven muy sorprendido miró a todos lados ¿De dónde venía esa potente voz si él estaba solo? Entonces vio una inmensa llamarada salir de la cumbre de una montaña y oyó un fuerte trueno resonar en el cielo. Sintió miedo y permaneció en silencio. Al día siguiente juntó sus ovejas y se fue del lugar, jamás nadie lo vio regresar por allí.

 Cuentan que cuando alguien está muy triste, la montaña escupe bocanadas de fuego y ruge con fuerza. Por eso los lugareños están siempre contentos, así el volcán no desata su furia y por las noches se juntan en el bar y cantan alegres canciones.

 

Ana María Muñoz - 2020

lunes, 7 de marzo de 2022

 

La pequeña y el mar

 

Ella no conocía el mar. Y era su anhelo más intenso.

Soñadora de cortos años, se lo pasaba imaginando, todas aquellas cosas que escuchaba de otras voces.

-¿Cómo será sentir en el rostro la brisa, esa que acaricia la playa?- se preguntaba con la mirada perdida en un inventado horizonte.

Recogía conchillas en la orilla, en su ensoñación, como las había visto en la casa de su amiga Teresita.

Podía escuchar el sonido del mar, pegando a su oído la caracola que adornaba la repisa del modesto comedor. Y suspiraba, suspiraba, suspiraba…

En la arena húmeda de su playa imaginaria, hizo tantos castillos que no alcanzaron sus pequeños dedos para contarlos.

Sorprendida y maravillada por las gaviotas que no le temían a las olas, al volar cerca del agua.

-¡Ah, el mar!- exclamaba, con cierta nostalgia de lo no vivido.

Pero, llegó el día ¡Ese día tan soñado! El del encuentro con el objeto de su anhelo. ¡Conoció el mar!

Y todo fue como, ella lo soñó.

 

Nela Bodoc - 2021

 

viernes, 4 de marzo de 2022

 

Anécdota

 

Las palabras respiran vida.

 

Hace sesenta años, en un viaje a Buenos Aires, mi prima me condujo a una institución bancaria que funcionaba en un edificio antiguo, donde atendían al público en ventanillas con rejas, para realizar una operación.

Al parecer ella conocía al cajero, pues le preguntó cómo estaba y él, con cierta ironía le contestó: ¡Y, ya ves, aquí, enjaulado, prisionero! -Poniendo énfasis en la última palabra, en el momento que terminaba mi trámite y desocupaba el lugar y pasaba la siguiente persona, una señora que seguía en la fila, que miró asombrada al cajero mientras dejaba que unas lágrimas escaparan de sus ojos. Al extender su mano para su trámite quedó a la vista un tatuaje en su muñeca con el número del campo de concentración nazi.

Creo que nos fuimos en silencio, sin siquiera saludar.

 

                                                                       Asunción - 2021

jueves, 3 de marzo de 2022

 Historias

 

LA GALLINA ANACLETA

 

Nació en el invierno del año 1968.

Primeramente semi-empollada por su madre gallina. En un gallinero casero de gallinas ponedoras en el campo de Don Vila en el Carrizal, Mendoza, Argentina (hoy cubierto por las aguas del Dique El Carrizal).

Dicho campo era alquilado para la cría de ganando por el padre de la familia Persia, quienes residían en Godoy Cruz en ese momento y estaba constituida por cuatro hijos con edades de 2, 5, 7 años las niñas y 9 el mayor y único varón.

La familia viajaba los fines de semana y el encargado, Don Vila, nacido en el lugar, era quien criaba las gallinas para su propio consumo. Esas incursiones al campo eran una fiesta para nosotros; no faltaban los asados en una parrilla improvisada sobre el piso de tierra apisonada, las sopas de tortuga en ollones grandes que apreciaban solo los lugareños.

Aprender a montar a caballo o al menos intentarlo y también en los terneros más pequeños, privilegio del que podían disfrutar sólo los hijos del encargado del lugar y el hijo varón de la familia mostrando su destreza y coraje, aunque no sin porrazos de por medio. La hija mayor siempre lo intentaba, y aunque la madera estaba, siempre terminaba en amagues y limitándose a observar lo fuerte y corajudo que era su hermano más grande.

No faltaban los tábanos, muy molestos, cerca de los charcos que se formaban alrededor de los corrales donde el mayor atractivo era la cantidad enorme de sapitos recién nacidos, que los niños disfrutaban juntándolos de a puñados y guardándolos, a escondidas de sus padres, en los bolsillos amplios de sus jardineras de jean, donde era difícil retenerlos ya que saltaban para escaparse y se perdían por el camino, de modo que al llegar al auto para emprender la vuelta a casa ya no quedaba ninguno.

¡Pero ese día en particular la picardía del niño les trajo una de las sorpresas más hermosas! En el viaje de vuelta a casa, cuando un huevito semi-empollado se encontraba ésta vez en el bolsillo del pantalón de jean del niño mayor, y que ya piaba, como pidiendo auxilio… Gracias a lo cual la familia advirtió su existencia, pero no se explicaban de dónde provenía ese sonido, mucho menos de un bolsillo, mientras el niño dormía profundamente exhausto por todo lo vivido durante el día. Momento en que no faltó el reto de la madre que lo despertó y lo obligó a dárselo para ponerlo a salvo.

Durante el resto del viaje no faltaron conjeturas de si nacería, de si debía permanecer en el bolsillo del niño que con su calor lo mantenía vivo pero también corría el riesgo de ser aplastado. Por lo que prosiguió el viaje en la gaveta del auto, y a disgusto de los niños que confiaban más en que había que mantener el calorcito y soñaban en que llegara vivo para verlo nacer, aunque dudaran mucho que pudiera llegar a término.

Ya en la casa rápidamente se tomaron medidas para que terminara de empollar: se lo colocó con mucho cuidado en una cajita de cartón rellena de algodón y ésta sobre la cocina cerca de dos hornallas encendidas que se mantuvieron así para proveerle calor, ante la observación fascinada de los tres pequeños que veían cómo el huevo se iba a grietando y los padres descreídos aún de que el nacimiento tuviera éxito por las horas que había pasado lejos del calor de su madre.

Transcurrido un rato y con las miradas aún clavadas en él huevo se escuchaba aún el piar del pollito que estaba asomando. Los niños con los ojos brillantes de la emoción, y ansiosos por que nada saliera mal, no durmieron esa noche; horas durante las cuales el pollito al fin nació, rompió su cascarón y salió, como todos: mojado y pelado. Donándoles una de las experiencias más emocionantes de sus vidas.

Al día siguiente los tres niños iban al colegio y desde ese día en lo único que pensaban era en volver a la casa para ver cómo estaba su recién nacida mascota, cuyo nacimiento habían dichosamente presenciado y hasta los padres se habían emocionado.

Los días pasaban y el pollito crecía. Eran días en que era una constante que los niños, mientras estaban en la escuela, soñaban con volver a su casa para verlo.

Bellos y alegres días soleados, y los plumones amarillos brillantes que iban apareciendo, al calor de ese tibio sol sobre el patio de baldosas rojas de la casa, como esperándolos para que admiraran su progreso. ¡Con los días se convirtió en un pompón suave y hermoso!

El pollito creció y creció hasta convertirse en una gallina, que hábilmente huía por todo el patio para no ser atrapada por los niños que corrían detrás de ella. Por lo que se deduce que no habrá sido tan feliz como los niños.

Se decidió que había que bautizarla (ponerle un nombre) el cual pasó a ser “Anacleta” puesto al azar por los niños y que por cierto le pegaba ese nombre, sonaba gracioso, como su aspecto, pero quién sabe por qué justo ese les vino a la mente. Hoy recordando su historia y buscando información sobre el origen del nombre supe que proviene del griego y que significa el “invocado” o “solicitado” … si bien fue escogido con inocencia, tiene sentido.

El tiempo transcurrió y un día Anacleta se perdió. Los mayores, incluida la abuela de la casa, insistían en que se había perdido. Corría el año 1969.

Ese día, en la casa de campo de los abuelos maternos en Potrerillos, se preparó cazuela de gallina…

No está registrada la fecha exacta de su muerte, pero años después se descubrió por los testimonios de los adultos de la familia que ella coincide con la de su misteriosa desaparición. Transcurridos unos años, cuando el mayor de los hijos ya había alcanzado la edad de 15 años, los mayores decidieron decirles la verdad a los niños de la familia.

Después de eso lo único que se recuerda es el llanto desconsolado del joven y la explicación de la abuela diciendo que era la costumbre que se matara a la gallina cuando se hacía grande, para comerla; que después de eso no tenía otro destino.

De más está decir que tenían puntos de vista diferentes: para unos, mascota, y para otros, comida,  lo cual empeoró las cosas… Se concluye que la pobre Anacleta nunca conoció a un ser de su misma especie.

Anacleta fue recordada por siempre entre las mascotas más amadas por esos niños, hoy adultos (casi mayores).

                                                                                            
                                                                                        Patricia Persia - 2020 

miércoles, 2 de marzo de 2022

 

        

        El amor es como una flor que comienza a abrirse brindando su perfume y lo sigue                expandiendo durante su toda vida.

                                                                                           Iris Nely



 

MARIA LA MARIPOSA

 

Una mariposa y un sapo

soñaban con ir al mar.

Dieron el primer paso,

y ya nada los pudo parar.

 

Paso a paso, risa a risa,

ellos no tienen prisa.

¡Qué lindo es el camino

de la mano de un amigo!

 

Allá va volando bajo María, la mariposa

Y el sapo que supo osar,

Paso a paso, risa a risa

Hasta llegar a la mar.

 

María Eugenia Bazzalo, Junio 2021 

y su amigo saltarín.

  Reflexiones                                                                                                           CAMINO       ESPIRIT...